Ha llovido un 143% más de lo normal en marzo. Aunque parezca contradictorio, para buena parte del campo español es un problema
Ha llovido mucho, muchísimo, este mes de marzo. Tanto como no se había visto nunca en gran parte de España, superando incluso las cifras de las que hasta ahora se tenían registros. El consuelo para quienes añoraban salir al sol estaba en pensar en que por fin se terminaba la sequía que llevaba más de un año asfixiando al campo y los embalses, sobre todo en el sur y sureste peninsular. Pero todos los excesos son malos. Es la dura vida del sector primario, un trabajo físicamente muy exigente que obliga a una dedicación diaria de sol a sol, y cuyos esfuerzos dependen, en gran medida, del tiempo. La sequía estaba causando estragos en numerosas zonas productoras, dejando embalses al mínimo y provocando la ruina a cultivos tanto de regadío como de secano, como había ocurrido con el olivo, disparando los precios del aceite. Ahora, tras semanas de incesantes lluvias, el sector hace balance del maná caído del cielo, y, como se suele decir, no siempre llueve a gusto de todos. Además de batirse récords históricos en 196 estaciones de la AEMET, calculándose de media nacional que ha llovido un 143% más de lo normal, lo ha hecho en las zonas donde no son las habituales; ha llovido mucho más en zonas áridas del centro y sur peninsular que en la costa norte. Y, aunque aún es pronto para hacer balance de beneficios y daños, las primeras estimaciones del impacto que han tenido en el campo son desiguales, según datos de La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Los grandes cultivos de secano, como olivares, viñedos, cereales y almendros, y la ganadería extensiva que depende de pasto, se han beneficiado de estas continuas lluvias, devolviendo a la vida a suelos que acumulaban más de un año de tierras secas con más polvo que nutrientes. El agua se ha agradecido especialmente en En Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia y la Comunidad de Madrid, mejorando la humedad del suelo justo al inicio del ciclo vegetativo. En el lado contrario de la moneda, el exceso de lluvia, con temporales que en ocasiones han caído dejando grandes cantidades de agua en pocos minutos, ha tenido un impacto negativo en las plantaciones hortícolas al aire libre y en la mayoría de cultivos de invernadero. En la Región de Murcia, por ejemplo, los daños se están dejando ver ya en más de 5.000 hectáreas de lechuga, brócoli y coliflor, con pérdidas estimadas en 10 millones de euros, según señalan en Agronegocios. Algo similar a lo ocurrido en Andalucía, donde además la ruina de muchas zonas rurales han retrasado las plantaciones de secano como girasol o garbanzos. El exceso de humedad además provoca la pudrición de las plantas, y una asfixia radicular en cultivos que deberían recolectarse ya en invierno. Así, los cultivos más afectados, por ahora, son productos que deberían haberse recolectado o estar en fase de recolección estos días, como guisantes, habas, coliflor, brócoli, repollo, fresas y frutos rojos. Las hortícolas de invernadero, como algunas brásicas, tomates, pepino, pimiento o sandía y melón, que están en sus primeras fases de cara a los primeros ejemplares de mayo, también han sufrido notables pérdidas. Además los daños directos en muchos productos por la propia acción física del agua, el viento e incluso el granizo o la nieve, muchos cultivos y sembrados sufren un ahogamiento por exceso de agua, con una tierra incapaz de asimilar tanta humedad, siendo foco de cultivo de hongos y enfermedades. El mal estado de los accesos y del propio campo también dificulta la mano de obra, dejando muchos campos sin recolectar. En Directo al Paladar Cómo la Albufera valenciana se ha convertido en “la huerta de Asia en Europa”: la verdura china crece rápido y se vende mejor Habrá que esperar unas semanas para conocer el verdadero alcance de este marzo anómalo tan lluvioso en el campo y en los productos que lleguen al consumidor, aunque, afortunadamente, no parece que haya que hablar de catástrofe en ninguna zona productiva. No es la primera vez que la lluvia o el granizo reducen drásticamente las previsiones de recolección de productos concretos, pero nuestro sector tiene capacidad para responder a este tipo de fenómenos. Puede que les lleguen menos pimientos y calabacines a los británicos y holandeses, eso sí. Y más caros. Imágenes | Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación En DAP | La DANA valenciana se sentirá en la agricultura durante años: zona catastrófica y daños multimillonarios En DAP | Pradejón es Villa Champiñón: viaje al pueblo de La Rioja que cultiva un tercio de las setas de toda España - La noticia Ha llovido un 143% más de lo normal en marzo. Aunque parezca contradictorio, para buena parte del campo español es un problema fue publicada originalmente en Directo al Paladar

Ha llovido mucho, muchísimo, este mes de marzo. Tanto como no se había visto nunca en gran parte de España, superando incluso las cifras de las que hasta ahora se tenían registros. El consuelo para quienes añoraban salir al sol estaba en pensar en que por fin se terminaba la sequía que llevaba más de un año asfixiando al campo y los embalses, sobre todo en el sur y sureste peninsular. Pero todos los excesos son malos.
Es la dura vida del sector primario, un trabajo físicamente muy exigente que obliga a una dedicación diaria de sol a sol, y cuyos esfuerzos dependen, en gran medida, del tiempo. La sequía estaba causando estragos en numerosas zonas productoras, dejando embalses al mínimo y provocando la ruina a cultivos tanto de regadío como de secano, como había ocurrido con el olivo, disparando los precios del aceite. Ahora, tras semanas de incesantes lluvias, el sector hace balance del maná caído del cielo, y, como se suele decir, no siempre llueve a gusto de todos.
Además de batirse récords históricos en 196 estaciones de la AEMET, calculándose de media nacional que ha llovido un 143% más de lo normal, lo ha hecho en las zonas donde no son las habituales; ha llovido mucho más en zonas áridas del centro y sur peninsular que en la costa norte. Y, aunque aún es pronto para hacer balance de beneficios y daños, las primeras estimaciones del impacto que han tenido en el campo son desiguales, según datos de La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Los grandes cultivos de secano, como olivares, viñedos, cereales y almendros, y la ganadería extensiva que depende de pasto, se han beneficiado de estas continuas lluvias, devolviendo a la vida a suelos que acumulaban más de un año de tierras secas con más polvo que nutrientes. El agua se ha agradecido especialmente en En Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia y la Comunidad de Madrid, mejorando la humedad del suelo justo al inicio del ciclo vegetativo.
En el lado contrario de la moneda, el exceso de lluvia, con temporales que en ocasiones han caído dejando grandes cantidades de agua en pocos minutos, ha tenido un impacto negativo en las plantaciones hortícolas al aire libre y en la mayoría de cultivos de invernadero.

En la Región de Murcia, por ejemplo, los daños se están dejando ver ya en más de 5.000 hectáreas de lechuga, brócoli y coliflor, con pérdidas estimadas en 10 millones de euros, según señalan en Agronegocios. Algo similar a lo ocurrido en Andalucía, donde además la ruina de muchas zonas rurales han retrasado las plantaciones de secano como girasol o garbanzos. El exceso de humedad además provoca la pudrición de las plantas, y una asfixia radicular en cultivos que deberían recolectarse ya en invierno.
Así, los cultivos más afectados, por ahora, son productos que deberían haberse recolectado o estar en fase de recolección estos días, como guisantes, habas, coliflor, brócoli, repollo, fresas y frutos rojos. Las hortícolas de invernadero, como algunas brásicas, tomates, pepino, pimiento o sandía y melón, que están en sus primeras fases de cara a los primeros ejemplares de mayo, también han sufrido notables pérdidas.
Además los daños directos en muchos productos por la propia acción física del agua, el viento e incluso el granizo o la nieve, muchos cultivos y sembrados sufren un ahogamiento por exceso de agua, con una tierra incapaz de asimilar tanta humedad, siendo foco de cultivo de hongos y enfermedades. El mal estado de los accesos y del propio campo también dificulta la mano de obra, dejando muchos campos sin recolectar.
Habrá que esperar unas semanas para conocer el verdadero alcance de este marzo anómalo tan lluvioso en el campo y en los productos que lleguen al consumidor, aunque, afortunadamente, no parece que haya que hablar de catástrofe en ninguna zona productiva. No es la primera vez que la lluvia o el granizo reducen drásticamente las previsiones de recolección de productos concretos, pero nuestro sector tiene capacidad para responder a este tipo de fenómenos. Puede que les lleguen menos pimientos y calabacines a los británicos y holandeses, eso sí. Y más caros.
Imágenes | Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
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La noticia
Ha llovido un 143% más de lo normal en marzo. Aunque parezca contradictorio, para buena parte del campo español es un problema
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Liliana Fuchs
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