5 poemas de París Berlín Roma, de Pedro Alcarria

Este poemario explora las tensiones entre los efímero y lo eterno, el deseo de creación y el desánimo ante la incertidumbre y la transitoriedad. En definitiva, un libro que se enfrenta a la fragilidad de la existencia y a la pregunta de si aún es posible el poema en un mundo despojado de certezas. En... Leer más La entrada 5 poemas de París Berlín Roma, de Pedro Alcarria aparece primero en Zenda.

Mar 8, 2025 - 06:19
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5 poemas de París Berlín Roma, de Pedro Alcarria

Este poemario explora las tensiones entre los efímero y lo eterno, el deseo de creación y el desánimo ante la incertidumbre y la transitoriedad. En definitiva, un libro que se enfrenta a la fragilidad de la existencia y a la pregunta de si aún es posible el poema en un mundo despojado de certezas.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de París Berlín Roma (Vitruvio), de Pedro Alcarria.

***

Führerbunker

Hay un niño que condena a los demás
con su traición en el abismo.

Siempre acaparando la triste luz de los búnkers.

El vértigo de su voz sin escrúpulos
se despliega desarmado en el espacio,
en el rumor de las calles que por azar
transporta una débil maldición,

sobre un fondo enloquecido de canciones marciales.

Desde el charco de sangre que se irisa y dialoga con el sol,
hasta el ruido blanco que a escondidas recita su amargura.

Preámbulo o fragmento de placer carbonizado,
posesión inaccesible en el templo de ayer.

Ironías que se convierten en la retórica de un dolor real,

en una cámara de tortura habitada
por el enfant terrible del megáfono,

de pie sobre la silla de dentista,
gritando al mañana,

que se enciende y apaga en un salvaje ballet,
bailado por el corazón mecánico.

*** 

Roma, si yo hubiera sabido

Roma, si yo hubiera sabido que eras su dueña,
recordaría los ojos que una vez dijeron el oro
del poema.

Aunque con los años el poema ya no me importa,
incluso si adoptó un contorno y fue la imponente piel
que cubre este mundo de ruinas y vestigios,
en un lugar perdido del futuro.

Dijiste que era una bestia sufriente,
que acechaba entre las iglesias amontonadas,
rugiendo verdades con el cabello erizado
y el falo incandescente igual que un muñón.

Que era un frío tren sentimental devorando los raíles,
declamando su verdadera densidad metálica.

El poema estaba vivo entonces y obsesionado
con la idea de desgarrarme los ojos.

Laten los frescos de las paredes
teñidos de verde por el moho.

Late el poema teñido por un recuerdo
y flota sobre el recuerdo un instante.
Luego se hunde bajo el cauce de todas las cosas
repetidas, simétricas, nubladas, muertas.

***

Un paseo por el Louvre

Es el error fatal de abrigar esperanzas:

Siempre que voy al Louvre a iluminarme
me asalta un ataque de furor.

No perdono la belleza
que es como una perra cariñosa
saltando de alegría a mi lado.

Y querría apalearla hasta la muerte,
por un repugnante juego de la inteligencia,
por el trino ambicioso de mi corazón.

Y me pongo a contar fábulas idiotas,
de las que no tengo fotos ni pruebas.

Todo para que el asno ascienda.

A menudo me arrepiento,
-sala tras sala del Louvre
de este arranque atrabiliario,
de esta flor de mi crimen,
de estos estúpidos augurios.

Maldiciendo por los pasillos del museo,
enfermo de esperanza.

***

El poema te advierte del abismo

El poema te advierte del abismo
antes de reunirse contigo bajo el caos.

Pues no hay lugar ni tiempo para el valor
y te atraparán vivo con mil nieves.

Mejor perfeccionar la entonación,
mejor ahora que el objetivo es discutible,
que estás compitiendo por la miseria.

El poema va a ser el árbitro de tu tribulación,
él te ayudará a calcular las dimensiones,

él te ayudará a horrorizarte.

***

Un aviso a todas la criaturas

Un aviso a todas las criaturas que
a pesar de la infinita belleza, buscan solas:

La única certeza está en el aire
de plácida satisfacción de los imbéciles.

Es inútil intentar comprender al espejo
o la oscuridad de la muerte.

Pero la canción en que no creemos,
esa sí habría sido un sueño pródigo.

No una sombra en todas las ventanas de la ciudad.

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Autor: Pedro Alcarria. Título: París Berlín Roma. Editorial: Vitruvio.

BIO

Pedro Alcarria, (Barcelona, 1975), es escritor, traductor, gestor cultural y colaborador en la radio municipal de la ciudad de Castelldefels. Es autor de los poemarios “El dios de las cosas tal y como deberían ser” y “Camada”, elegido como uno de los mejores libros de poesía de 2021 por la Asociación de editores de poesía. También ha publicado poemas, reseñas y entrevistas en revistas como Zenda, República Digital, El coloquio de los perros, Casapaís o Radical 3. En su faceta de gestor cultural fue coeditor del número 7 de la revista Tinta en la medianoche y coordina el Festival de poesía que cada año organiza Ediciones Vitruvio en Barcelona. Como traductor es autor de la primera traducción al español de “Las ciudades tentaculares” de Émile Verhaeren, y de una nueva versión de “Las flores del Mal” de Charles Baudelaire. Su último trabajo es “Paris Berlín Roma” (Ediciones Vitruvio 2025).

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