Manuel Llamas: “En España no hay alternativa liberal al socialismo imperante”

Manuel Llamas (Madrid, 1979) sostiene que Fukuyama patinó cuando la caída del Muro, que la Historia no se acabó y que “la libertad siempre está bajo amenaza”: “Sus enemigos son muchos y poderosos”. Director de La Trinchera de Llamas en esRadio, en su ensayo Socialismo, la ruina de España (Harper Collins, 2025) defiende que el socialismo “no es otra cosa que el saqueo sistemático de los menos –gobernantes– sobre los más –gobernados– mediante el brutal y cruel ejercicio de la violencia”. La entrada Manuel Llamas: “En España no hay alternativa liberal al socialismo imperante” aparece primero en Zenda.

May 9, 2025 - 23:02
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Manuel Llamas: “En España no hay alternativa liberal al socialismo imperante”

Manuel Llamas (Madrid, 1979) sostiene que Fukuyama patinó cuando la caída del Muro, que la Historia no se acabó y que “la libertad siempre está bajo amenaza”: “Sus enemigos son muchos y poderosos”. Director de La trinchera de Llamas en esRadio y de Economía en Llamas en ViOne y director del Instituto Juan de Mariana, en su ensayo Socialismo, la ruina de España (Harper Collins, 2025) defiende que el socialismo “no es otra cosa que el saqueo sistemático de los menos –gobernantes– sobre los más –gobernados– mediante el brutal y cruel ejercicio de la violencia”, que el capitalismo no es consumo, sino producción, y que, en esta trama, el empresario es el héroe y el villano, el político. Conversamos con este viejo alumno del profesor Miguel Anxo Bastos, a quien le dedica el libro “por descubrirme las ideas de la libertad”.

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—Si yo le digo Miguel Anxo Bastos, usted me dice…

"Pablo Iglesias se va un fin de semana con Miguel Anxo Bastos a un monasterio, los dos solos, y se convierte al anarcocapitalismo"

—Mi maestro, mi mentor, un genio. El mejor profesor que he conocido a lo largo de mi vida. Ha creado toda una escuela de liberales y de anarcocapitalistas en la Universidad de Santiago de Compostela. Ten en cuenta que tanto Periodismo como Políticas, donde da clase, son nidos de rojos. Imagínate: en una promoción, Bastos daba clase a cien comunistas. De esos cien, diez o quince eran tibios socialdemócratas, entre los cuales yo me incluía. Bien, al acabar el curso, entre el 30 y el 50% de la clase se pasaba al ámbito liberal o anarcocapitalista. El efecto Bastos se caracteriza por despertar mentes, y el grado de eficacia era colosal. Luego, tiene algo muy bueno: sus clases eran muy divertidas, cada clase es diferente, no sabes cómo va a acabar. Inicialmente, te explica un tema durante diez o quince minutos. Luego, te da una serie de lecturas, y tú aprendes a través de esas lecturas sobre el tema el concreto, y, finalmente, es clase socrática: se debate. Y en el debate, te destroza. Pablo Iglesias se va un fin de semana con Miguel Anxo Bastos a un monasterio, los dos solos, y se convierte al anarcocapitalismo.

—Hace unas semanas entrevistamos a Rouco Varela. Según Bastos, es el “mejor político de la historia de Galicia”. ¿Suscribe?

—Totalmente. Con Bastos hacíamos unas jornadas, que todavía continúan, y en los cafés y en los aguardientes se canta. Y uno de los emblemas es: “Rouco Varela, papa galego”. (Risas) Rouco se ha caracterizado por ser uno de los grandes referentes de la Iglesia Católica en España. La religión tiene mucho de política, y Rouco hubiera sido un gran político. La mentalidad del gallego es muy política: es más de escuchar que de hablar, tiene una picaresca particular…

Por cierto, Jesucristo, ¿amigo o enemigo del comercio?

—Totalmente amigo del comercio.

—Escohotado dice lo contrario.

"Si el hombre es dueño de su cuerpo y de su mente, también es dueño de los frutos de su trabajo"

—Escohotado les dedicó una trilogía a los enemigos del comercio. Es su gran obra junto a Historia general de las drogas. Es cierto que el papa Francisco tenía una visión del comercio que no se adapta correctamente a los principios fundacionales de la Iglesia… y del propio Jesucristo. ¿Por qué digo esto? Se insiste mucho: “Bueno, es que expulsó a los mercaderes del templo”. A ver, los expulsó porque el templo se utilizaba para cosas que no estaban pensadas para, precisamente, la difusión de la palabra de Dios. Pero los principios básicos del catolicismo se sustentan sobre la voluntariedad. En ningún caso se defiende o se legitima la opresión del prójimo o la violencia sobre el prójimo. Ya no digamos el robo. Siempre recomiendo leer a los escolásticos españoles, a la Escuela de Salamanca, que son los grandes fundadores de lo que posteriormente se conoció como Escuela Austriaca de economía. Hay una serie de derechos naturales, inherentes al ser humano. El hombre nace libre. Esto es una cuestión teológica: por gracia de Dios, tiene la potestad de ser libre, de hacer el bien o hacer el mal. Si el hombre nace libre, el hombre es dueño de su cuerpo y de su mente. Y si el hombre es dueño de su cuerpo y de su mente, también es dueño de los frutos de su trabajo y de los frutos de sus ideas. Por lo tanto, la propiedad privada, que explica la raíz del liberalismo, es un principio inmerso en el cristianismo.

—En la batalla de las ideas, ¿quiénes se enfrentan y por qué?

—Los estatistas y los liberales. O los colectivistas frente a los individualistas. En un sentido amplio, oprimidos contra opresores. Es la gran batalla de la Historia de la Humanidad: el intento, por parte de algunos individuos, de controlar, dominar, subyugar, esclavizar, expoliar…, a otra parte. Que unos vivan a costa de otros.

—Y el argumento de que son los ricos vampirizan a los pobres…

—Los grandes tiranos del mundo nunca venden sus ideas gritando “¡guerra!” o “¡sangre!”. En el caso de Lenin, lo que prometían los comunistas era “pan y paz”. Y así alcanzan el poder, mediante engaños. Una vez que lo conquistan, muestran su verdadera cara. De ahí la importancia de la batalla de las ideas: desde el poder político se pretende engañar y manipular con el fin de que ellos puedan conservar el poder, y justificar el ejercicio del poder. Las batallas que no se dan son las batallas que se pierden.

—Escribe: “La libertad siempre está bajo amenaza. Sus enemigos son muchos y muy poderosos”. ¿Fukuyama se equivocó?

"El colapso del comunismo marcó un punto de inflexión, pero los enemigos de la libertad son muy poderosos"

—Fukuyama se precipitó ante el optimismo de la caída del Muro de Berlín. El colapso del comunismo marcó un punto de inflexión, pero los enemigos de la libertad no son sólo muy poderosos, sino que siempre están amenazando las libertades de los individuos. Es una guerra que no tiene fin. La Historia de la Humanidad continúa, no hubo un fin de la Historia, ni mucho menos.

—En Occidente, hoy, ¿cuál es el mayor enemigo de la libertad?

—Estamos viviendo una oleada, ciertamente preocupante, de amenaza hacia la democracia liberal.

—¿También desde la derecha?

—Sí. Las democracias liberales, por fundamento, intentan controlar el poder político poniendo determinados límites, topes y frenos a los excesos del poder. ¿Cómo? Mediante el Estado de derecho, el imperio de la ley, la división de poderes, la independencia de los jueces, la influencia de la prensa libre como el cuarto poder para presionar y ser vigilante de los abusos del poderoso, etcétera. Todo esto está en franca decadencia en muchos países occidentales. Uno de los riesgos que atraviesa Occidente, además de una crisis de valores y principios fundamentales, es la crisis institucional. Como es el caso de España.

—¿Por qué España “vive un punto de inflexión crítico”?

"No somos conscientes de donde estamos, de verdad, y es algo que me preocupa especialmente"

—Me cogí el último siglo de la Historia de España y vi cuál había sido su evolución, a grandes rasgos, en materia económica, política y social. No somos conscientes de donde estamos, de verdad, y es algo que me preocupa especialmente. España era un país miserable, pero miserable de verdad, hace un siglo. Nuestros bisabuelos las pasaron canutas. No sólo porque sufrieron una terrible Guerra Civil, sino porque España era un país tremendamente pobre, tercermundista: la gente lo pasaba realmente mal, tenía economía de subsistencia, era una economía fundamentalmente agraria. Llegó la guerra, después la posguerra…, realmente, no empezamos a sacar cabeza hasta los cincuenta, o más bien sesenta, después del Plan de Estabilización de Franco del año 59. Ahora somos ricos, pero somos ricos desde antes de ayer. Desde el 59 hasta el año 2009, aproximadamente, España vivió un proceso de convergencia hacia Europa, pero se produjo otro punto de inflexión, que yo sitúo en 2004: la llegada de Zapatero al Gobierno a lomos del peor atentado terrorista que ha sufrido este país. Yo soy muy de karma, muy de justicia poética, y lo que mal empieza mal acaba: eso empezó terriblemente mal y acabará terriblemente mal.

—Rajoy fue, en su opinión, “el presidente más irresponsable”.

—Rajoy, para mí, hasta la fecha, porque todavía no ha terminado Pedro Sánchez, ha sido el peor presidente que ha tenido España. ¡Es terrible! La tragedia de un país no es que haya un mal gobierno, sino que no haya alternativa. Argentina es para mí el espejo en el que nos tenemos que fijar: el problema no fue la alternancia de gobiernos, porque había elecciones, sino que, a pesar de que los gobiernos cambiaban, las políticas se mantenían. Todos eran peronistas. Bajo distintas siglas y diferentes partidos. Hay matices, pero todos comparten el justicialismo. A veces se olvida que el justicialismo que creó Perón es una copia del fascismo mussoliniano. Lo mismo sucede con Venezuela. Dicen: “¿Cómo es posible que el líder del socialismo del siglo XXI, Hugo Chávez, llegara al poder?”. Se olvida que todos los partidos políticos que jugaban en democracia eran socialistas. ¡Todos! Bueno, pues en España sucede exactamente lo mismo. ¡Todos son socialistas! En distinto grado, pero son socialistas. El PP no es un partido liberal: el liberal-conservadurismo desapareció con Aznar, quitando la excepción de la Comunidad de Madrid.

—¿Y Vox?

"A veces se olvida que Falange era nacionalsindicalista, y en poco se diferenciaba de lo que hoy defiende Podemos"

—Inicialmente era un partido de carácter conservador que tenía grandes referentes liberales, pero está transitando hacia un socialismo de derechas que defiende el proteccionismo, el sindicalismo, la intervención del Estado en la sociedad y en la propiedad privada, las ayudas, bajo el prisma nacional, en determinados sectores… A veces se olvida que Falange era nacionalsindicalista, y en poco se diferenciaba de lo que hoy defiende Podemos. Es más, Podemos, Sumar y PSOE están reivindicando buena parte de las políticas franquistas de la posguerra. El límite de precios en los alquileres, la vivienda pública o la Seguridad Social: todo esto son inventos franquistas. ¿Cuál es la gran tragedia de España? Que no hay alternativa liberal al socialismo imperante. Y Rajoy, que tuvo la mayor capacidad de poder que ha tenido ningún presidente en democracia, por encima, incluso, de Felipe González, no hizo absolutamente nada. Es el gran culpable de la situación que vive ahora España con Sánchez al frente. Rajoy ha sido el hacedor de Pedro Sánchez.

—Y “la corrupción de Sánchez es la peor corrupción posible”.

Sánchez llegó al poder con la excusa de la corrupción mediante una moción de censura que defendió Ábalos, su segundo a bordo, ahora inmerso en varios casos de corrupción. El suyo es el Gobierno más corrupto, inmoral e indecente que ha tenido la democracia española.

—Disculpe que rebobine. Antes ha dicho que en España no hay un solo partido liberal.

—No, no lo hay.

—¿Por qué España no es liberal? ¿El español es socialista?

"España navega entre la izquierda y la extrema izquierda"

—España navega entre la izquierda y la extrema izquierda. El español medio se identifica con el centro-izquierda: PP y PSOE razonable. El español prima la seguridad frente a la libertad. Se ha acostumbrado, desde hace mucho tiempo, a un Estado paternalista. Porque lo fácil es descargar la responsabilidad propia en la responsabilidad ajena. Descargar responsabilidades es la vía fácil hacia la mediocridad, y en España está muy extendido. Y tenemos un pecado capital: la envidia. El español medio es envidioso. No nos alegramos cuando a alguien le va bien. Dicho lo cual, el gran culpable de que en España no haya partidos liberales o políticos liberales, o liberal-conservadores, es la inexistencia de grandes líderes políticos. Y España los ha tenido: Aznar lo ha sido, pese a sus luces y sus sombras. Los ha habido a nivel regional: Aguirre y Ayuso. Pero no más. Y yo creo que, al igual que en cualquier empresa, los cambios políticos se lideran desde la cúpula.

—Hablemos de libros. ¿Cuál es el primero que recuerda haber leído?

—No recuerdo el primero, pero sí muchos iniciales. Quizá alguno de Los cinco. Una de las muchas cosas que hizo bien mi madre fue suscribirme al Círculo de Lectores. Desde mi tierna infancia, empecé a pedir una serie de libros. Siempre fui de libros de ensayo. Sobre todo, disfrutaba las biografías. El diario de Ana Frank me marcó muchísimo. O el maravilloso Volando solo, la biografía de un piloto de la aviación británica en la II Guerra Mundial.

—¿Alguna obra que alimentara su vocación?

"La economía en una lección, de Henry Hazlitt, es el mejor libro de divulgación económica que se ha escrito hasta la fecha"

—Sin duda: La economía en una lección, de Henry Hazlitt. El mejor libro de divulgación económica que se ha escrito hasta la fecha. Y el mejor libro que puede leer cualquiera para entender la economía. Cualquiera que lo lea sabrá más de economía que el 90% de los economistas.

—¿Algún libro que le quitara el sueño?

—Para bien, diría que El diario de Ana Frank. Literalmente, porque lo leía de madrugada. Y, por decirte un libro de ficción: El hobbit.

—¿Algún autor u obra que no soporte?

—No sabría decirte. Si alguna obra o autor no me gusta, fuera. Soy hipocondríaco, no me gusta sufrir (risas).

—¿Algún personaje literario del que se haya enamorado?

—Personaje literario no, pero tengo que mencionar al gran Hayek. Camino de servidumbre fue un libro que me marcó mucho y me generó pasión. Creo que, pese al Nobel y a que es relativamente conocido, aún está por descubrir.

—¿Cuál es el último libro que le ha gustado de verdad?

—Estoy leyendo mucho sobre psicología financiera. Me ha gustado mucho Hábitos atómicos, de James Clear, sobre cómo el cambio de mentalidad puede cambiar tu vida. Los grandes cambios empiezan con pequeños cambios. Las ideas hacen los hábitos y estos determinan tu vida.

—Y, para finalizar, ¿un hombre que no lee es mejor que uno que no lo hace?

—No. Hay gente muy intelectual, ducha y lectora que es auténtica escoria humana y, al mismo tiempo, gente iletrada que es buenísima persona. Sí es cierto que es fundamental leer. La lectura te permite ampliar el conocimiento, pero no tiene por qué hacerte mejor persona.

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