LOS ÚLTIMOS GUANCHES – Ana Salamanca
El choque cultural de la colonización de las islas Canarias es el tema de la novela que nos ocupa hoy. Diríase que los guanches se están poniendo de moda, porque no hace tanto que Santiago Díaz publicó Los nueve reinos, ambientada en el mismo momento histórico y con personajes coincidentes. Bienvenidas ambas novelas y las […]

El choque cultural de la colonización de las islas Canarias es el tema de la novela que nos ocupa hoy. Diríase que los guanches se están poniendo de moda, porque no hace tanto que Santiago Díaz publicó Los nueve reinos, ambientada en el mismo momento histórico y con personajes coincidentes. Bienvenidas ambas novelas y las que vengan y sirvan para ahondar en este aspecto de la historia española poco conocido, al menos para este lector. El tema añade un aliciente más al deseo de viajar a las islas, que ya toca cumplir. A pesar del título, en la novela de Ana Salamanca tiene sumado más peso toda la parte relativa a la corona de Castilla; es decir, el viaje de Colón, la ciudad de Salamanca, la corte de Isabel, la biografía de Beatriz de Bobadilla, la ciudad de Sevilla, que las vicisitudes de los guanches en sus islas. Estas se cuentan al inicio de la novela y parece que ellos serán los protagonistas, pero luego hay un quiebro sorprendente que nos lleva a otro contexto y situaciones.
Tres historias entrelazadas vertebran la novela y son la vida de los tres personajes protagonistas: el joven David Levi, un judío de Béjar enamorado del mar, sueña con explorar los rincones más remotos del planeta. Sueña con ser marino y salir de una existencia gris y abocada a seguir la profesión de su padre. La llegada a su ciudad de Cristóbal Colón, que viaja para negociar la financiación de su nueva ruta a las Indias, le abre las puertas de la esperanza, pero quienes han de aprobar la expedición de Colón rechazan su proyecto. Aunque es un jarro de agua fría sobre los sueños de David, este decide que su camino puede seguir otros derroteros y se pone en marcha dispuesto a embarcarse hacia Canarias. Beatriz de Bobadilla y Ulloa, del mismo nombre y apellido que su tía que era camarera real de la reina Isabel, fue una mujer cruel y ambiciosa, pero también es verdad que Isabel la desterró casándola con Hernán Peraza, un noble que vivía en La Gomera porque el rey Fernando se había fijado en ella. En la novela no se explica si llegaron a ser amantes. Lo que está claro es que en medio de una corte de intrigas una mujer ambiciosa debe demostrar arrojo, además de utilizar el poder de seducción que tenía gracias a su belleza. Fue amante de Colón y tras la muerte de Peraza casó con Alonso Fernández de Lugo, gobernador de Tenerife y La Palma. Se la conoce por la crueldad con la que reprimió la rebelión de los gomeros. Lo atractivo en la novela es que las motivaciones del personaje son creíbles.
La tercera historia gira en torno a otra mujer fuerte y muy valiente, Gazmira. Era una guanche de buena familia destinada a ser la esposa del hijo de unos de los reyes guanches que es capturada por los españoles y sometida a esclavitud, aunque tiene la relativa suerte de que la familia que la compra la trata bien. En Sevilla se forma, se convierte a la religión cristiana Con el tiempo acabará viajando a las islas en condición de intérprete, donde conocerá a David. Vive a caballo entre dos mundos, considera que la conquista por las islas por Castilla es inevitable y que puede traer algunos beneficios a los isleños. Intentará mejorar las condiciones de su antiguo pueblo. El hecho de que una aborigen que ha sido esclava sea capaz de luchar en los tribunales hasta llegar a las más altas instancias de la Justicia de la Corte en los Reyes Católicos para interceder por los isleños que fueron esclavizados ilegalmente, es algo que llama la atención. El suceso, sin embargo, es histórico. Según explicó la autora, el conocer este personaje fue lo que la llevó a decidirse a escribir esta novela.
Todos los personajes, incluso los secundarios, como la reina Isabel, Cristóbal Colón o el amigo de David Levi, Rodrigo de Triana, están bien configurados. David Levi y Beatriz de Bobadilla son los más complejos e interesantes, en mi opinión. El estilo y la estructura corta de los capítulos hace que la lectura sea ágil. La originalidad de la autora la lleva a construir un marco narrativo plausible y bien escrito que incorpora los elementos históricos conocidos. La autora juega con los materiales y la cronología de los hechos, combinándolos de un modo interesante para el lector.
Recordemos a los lectores que esta novela fue dotada con el decimotercer Premio Ciudad de Úbeda, con un jurado formado por jurado formado por Espido Freire, Luis Zueco, Yeyo Balbás, David Yagüe y el director de Ediciones Pàmies, Carlos Alonso. Ana creció en Salamanca, de ahí el seudónimo utilizado. Ha escrito relatos cortos e incluso una obra de teatro. Esta es su primera novela publicada. Esperamos con interés los próximos trabajos.
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Ana Salamanca, Los últimos guanches. Madrid, Ediciones Pàmies, 2024, 368 páginas.