10 recetas fáciles para niños en las que te pueden ayudar

Que sí, que hay niños que ven una zanahoria y salen corriendo. Pero si la escondemos en forma de muffin salado, con queso y un huevo cuajado en el centro, la cosa cambia. Esta receta es ideal para meriendas, cenas o incluso para el tupper del cole.

¿Quién dijo que una patata no puede ser divertida? Estas patatas en espiral se preparan con un palillo largo y un poco de maña (la nuestra), pero luego ellos pueden pintarlas con aceite y especias, o espolvorear queso. El resultado queda tan vistoso que hasta les entra por los ojos, y además las puedes preparar al horno o en tu airfryer.

Esta es la pizza exprés que salva cualquier cena improvisada. Usamos tortillas de trigo como base y ellos se encargan del resto: extender el tomate, colocar el queso, elegir los ingredientes… Como no hay que amasar ni esperar levados, van directos a la freidora de aire o al horno, y a la mesa en menos de lo que tardan en preguntar “¿ya está?”

Perfectas para colar verdura sin dramas. Estas tortitas de calabacín son una opción fácil para una cena ligera y rápida, y los niños pueden ayudarte a mezclar los ingredientes, formar las tortitas con las manos y, si son más mayores, con supervisión, ponerlas en la sartén. Con un poco de yogur o salsa, se las comen sin rechistar.

El clásico de los clásicos que, además, es perfecto para aprovechar arroz que nos ha sobrado. Les encanta lo de mezclar ingredientes en la sartén como si fueran chefs en un wok. Entre el jamón, el huevo revuelto y las verduritas, conseguimos un plato completo que se prepara en 15 minutos y que pueden tunear a su gusto.

Esto no falla: pollo crujiente por fuera, jugoso por dentro y sin pringue ni fritura. Usando la freidora de aire evitamos los líos con aceite y podemos dejar que los niños empanen con sus cereales ellos mismos (con supervisión, claro). Es fácil, rápida y siempre triunfa.

Esta es de las recetas más agradecidas para hacer con niños: solo hace falta hojaldre, azúcar y ganas de pringarse un poco las manos. Les encanta ver cómo se enrollan y cómo se convierten en palmeritas en el horno. Si encima les dejas pincelar o espolvorear azúcar, el éxito está asegurado.

Esta receta es puro entretenimiento familiar. Medir, batir, ver cómo burbujean en la sartén… y luego apilarlas como si fueran una torre. Se pueden decorar con frutas, sirope, chocolate o lo que encuentren por la cocina. Ideal para un desayuno o una merienda en familia donde no haya reloj.

Estas galletas de avena son una de esas recetas que puedes hacer con los peques sin miedo a que se líe demasiado. Solo necesitamos plátano maduro, copos de avena y unas chips de chocolate para convertir la masa en algo irresistible. Ellos pueden machacar, mezclar y dar forma a las galletas con sus manos (sí, con las manos), y tú solo tienes que encargarte del horno. Fáciles, riquísimas y sin azúcar añadido, perfectas para la merienda o como tentempié para llevar.