Jay Kristoff, con la saga El Imperio del Vampiro, revive el mito en su forma más oscura y sanguinaria
Desde su publicación en 1897, Drácula ha marcado el género y ha dado forma a la imagen del vampiro moderno. Su influencia se extiende más allá de la literatura, dejando una huella imborrable en el cine, la televisión y los cómics. Sin embargo, no fue el único en explorar la figura del vampiro con profundidad.... Leer más La entrada Jay Kristoff, con la saga El Imperio del Vampiro, revive el mito en su forma más oscura y sanguinaria aparece primero en Zenda.

Los vampiros han formado parte del imaginario humano desde tiempos remotos. Antes de que la literatura los convirtiera en figuras seductoras y malditas, ya existían relatos sobre criaturas que se alimentaban de la sangre de los vivos. En distintas culturas antiguas encontramos vestigios de estos mitos: los hunos, que asolaron Europa del Este, mezclaban leche con sangre de sus caballos como parte de su dieta; mientras que Vlad el Empalador, el gobernante de Valaquia en el siglo XV, sembró el terror con sus crueles métodos de ejecución y su inquietante relación con la sangre. Su leyenda serviría siglos después de inspiración para la más famosa de las novelas vampíricas, aquella que haría que el mito dejara de ser simple superstición para convertirse en un fenómeno literario y cultural. A finales del siglo XIX, Drácula, de Bram Stoker, transformó al vampiro en un icono inmortal que trascendió la literatura para instalarse definitivamente en la cultura popular.
También George R. R. Martin, conocido por Juego de tronos, escribió una novela de vampiros poco conocida pero excelente, Sueño del Fevre, donde los fusionó con la tradición del río Misisipi y los barcos de vapor. Por supuesto, Crepúsculo, de Stephenie Meyer, aunque controvertida en algunos sectores, devolvió a los vampiros al centro de la cultura pop y atrajo a toda una nueva generación de lectores al género. Y estos son sólo algunos ejemplos entre muchos otros.
Hoy, los vampiros han regresado con fuerza gracias a Jay Kristoff, quien con El imperio del vampiro y su continuación, El imperio de los condenados, ha devuelto a estas criaturas su faceta más oscura y sanguinaria. Kristoff, nacido en Perth, Australia, en 1973, no es sólo un autor de éxito, sino que encarna la estética de sus propias historias: con su imponente físico, cercano a los dos metros de altura, y sus brazos cubiertos de tatuajes, parece sacado directamente de una novela gótica. Su presencia no desentonaría en una taberna iluminada con velas, rodeado de personajes que parecen salidos de la Inquisición o de una guerra medieval contra los no muertos.

Jay Kristoff ha publicado los dos primeros volúmenes de la saga, El imperio del vampiro y El imperio de los condenados
Su trayectoria en España ha sido irregular. Inició su andadura con Las guerras del loto, una trilogía que mezclaba mitología japonesa y steampunk. Más tarde llegó la saga Crónicas de la Nuncanoche, que tuvo un recorrido truncado en su primera publicación, la cual dejó sin editar la conclusión de la trilogía, que fue rescatada por la editorial Nocturna y alcanzó el éxito que merecía.
También cuenta con otras sagas menos conocidas en el mercado hispano, como LifeL1k3, de ciencia ficción, y Aurora Rising, esta última co-escrita junto a Amie Kaufman, donde experimenta con formatos narrativos y el género young adult. Pero ninguna de sus obras anteriores ha igualado el impacto de El imperio del vampiro, su proyecto más ambicioso hasta la fecha, que se ha convertido en una de las novelas más comentadas en redes sociales, con una legión de fans que han llegado a realizarse tatuajes inspirados en la saga.
En ocasiones catalogada erróneamente como juvenil, El imperio del vampiro dista mucho de serlo, y quien se adentre en sus páginas lo comprobará de inmediato. La violencia explícita, el gore y las crudas escenas de sexo forman parte de un relato que no se contiene en absoluto. La historia sigue a Gabriel de León, el último de los caballeros de la Orden de la Plata, guerreros sagrados dedicados a erradicar vampiros, en un mundo sumido en la oscuridad debido a un sol que ya no ilumina.

Una visión, entre lo gótico y lo sangriento, de la saga de Jay Kristoff.
La novela alterna tres líneas temporales: una en la que Gabriel, prisionero de los vampiros, narra su vida a un cronista de la corte de los inmortales; otra que muestra sus años de juventud, su formación y su lucha inicial contra las criaturas de la noche; y una tercera, en la que revela cómo estuvo a punto de salvar a la humanidad… y fracasó. La historia y la estructura tienen ecos de otras obras del género; hay, por ejemplo, ciertos aspectos que recuerdan a Entrevista con el vampiro, aunque en la trilogía de Kristoff la ambientación es más brutal, gótica y desesperada, plagada de referencias religiosas, vocabulario con tintes franceses y un aire de fatalidad y tensión constante que impregna cada página.
Con la aparición de El imperio de los condenados, en febrero de este año, la saga continúa con una segunda entrega, que amplía y enriquece la mitología del mundo creado por su autor. En España, la serie está siendo publicada por Nocturna Ediciones en libros ilustrados de cuidada presentación, que han sido muy apreciados por los lectores. Esta segunda parte, continuación directa de la primera novela, reduce ligeramente el ritmo frenético de su predecesora, pero incorpora un nuevo punto de vista que permite profundizar en la dinámica y la relación entre los personajes. Además, el dramatis personae incluido al inicio del libro no sólo presenta a los protagonistas, sino que también resume lo que les sucedió en la entrega anterior, facilitando al lector retomar la historia con claridad y sin perderse en los numerosos detalles del universo narrativo.

Una de las muchas ilustraciones de la saga El imperio del vampiro
El tercer libro, y conclusión de la saga, ya tiene título y fecha de publicación confirmada en inglés: será Empire of the Dawn y saldrá en noviembre de 2025. Kristoff ha adelantado que será el final más épico que ha escrito hasta ahora, y la expectación no ha hecho más que crecer. No es de extrañar que su próxima visita a España para el festival Celsius 232 sea uno de los acontecimientos literarios más esperados del año.
Los vampiros, como los mitos más perdurables, nunca mueren realmente. Han evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a los miedos, deseos y obsesiones de cada época. Desde las criaturas de la noche de Stoker hasta los atormentados inmortales de Anne Rice, desde la fiebre romántica de Crepúsculo hasta la crónica sangrienta de El imperio del vampiro, su atractivo sigue intacto. Jay Kristoff ha logrado recuperar la esencia más visceral del mito y llevarla a un público nuevo, demostrando que los vampiros siguen tan vivos como siempre. Quizá eso sea lo que más nos atrae de ellos: la fascinación por lo prohibido, el deseo de inmortalidad… y la certeza de que, por más que tratemos de condenarlos al olvido, siempre regresarán.
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