Hospitalizado con quemaduras internas un hombre en Vigo tras beber agua con gas embotellada: «Bebí un trago y…»

Cuando un hecho sacude a toda una ciudad. No es habitual que un simple almuerzo termine convirtiéndose en una historia que paraliza a toda una comunidad. Pablo González, fabricante de rótulos y vecino de Salvaterra do Miño, permanece hospitalizado desde hace casi dos semanas en Vigo tras ingerir una botella de agua mineral con gas ... Leer más

Apr 26, 2025 - 10:43
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Hospitalizado con quemaduras internas un hombre en Vigo tras beber agua con gas embotellada: «Bebí un trago y…»

Cuando un hecho sacude a toda una ciudad.

No es habitual que un simple almuerzo termine convirtiéndose en una historia que paraliza a toda una comunidad. Pablo González, fabricante de rótulos y vecino de Salvaterra do Miño, permanece hospitalizado desde hace casi dos semanas en Vigo tras ingerir una botella de agua mineral con gas en un restaurante. La bebida, que parecía inofensiva, le causó graves quemaduras internas en el estómago y el esófago.

Durante trece días, su única fuente de alimentación fue un suero intravenoso, sin poder ingerir sólidos ni líquidos por vía oral. Recién hace unos días ha logrado beber nuevamente y ha comenzado a retomar su actividad profesional de forma limitada. «Afortunadamente no fue un niño quien bebió de esa botella», reflexiona Pablo, mientras prepara una denuncia para que se esclarezcan los hechos.

La investigación pone el foco en el restaurante.

La Policía Nacional ha tomado cartas en el asunto, abriendo una investigación oficial sobre el incidente. Agentes de la Policía Local acudieron de inmediato al restaurante de la calle Pizarro para levantar un primer atestado. Posteriormente, la Policía Científica inspeccionó el lugar, recogiendo muestras clave, incluida la botella implicada.

El fatídico suceso ocurrió el 12 de abril, en lo que debía ser una comida tranquila con amigos. Pablo había pedido una botella de agua mineral con gas mientras elegían las tapas que iban a compartir. Sin sospechar nada extraño, abrió la botella cerrada herméticamente y vertió el contenido en su vaso, acompañado de un hielo y una rodaja de limón.

Un trago que cambió todo en cuestión de segundos.

Bastó un solo sorbo para que Pablo sintiera que algo no estaba bien: el sabor era demasiado fuerte, anómalo. En un intento desesperado de mitigar la sensación, bebió Coca-Cola, pero el ardor no cesaba. Se dirigió corriendo al baño para beber agua del grifo, mientras la sensación de quemazón se intensificaba a cada instante.

La rápida intervención de sus amigos fue crucial: lo llevaron de inmediato al punto de atención continuada (PAC) cercano. Desde allí, una ambulancia lo trasladó al Hospital Povisa, donde ingresó en la unidad de quemados. Una radiografía reveló la gravedad: su estómago había quedado ennegrecido y su esófago severamente dañado.

La incógnita de la sustancia sigue sin resolverse.

Los médicos decidieron observar la evolución antes de plantear una cirugía, temiendo posibles perforaciones internas. Afortunadamente, tras cuatro días críticos, descartaron la operación al comprobar que no había daños de ese nivel. La hipótesis médica apunta a que ingirió un agente cáustico de alta concentración.

Pablo ha repasado una y otra vez los hechos, tratando de encontrar una explicación lógica. Primero pensó que el vaso estaba contaminado, pero la intensidad de la quemadura le llevó a concluir que la sustancia debía de estar en el agua. Según su percepción, no se trataba de un líquido diluido, sino de algo extremadamente puro y dañino.

Recuperarse también pasa por sanar la mente.

Tras dos duras semanas de hospitalización, Pablo intenta recuperar poco a poco su vida habitual. Aunque ya puede beber líquidos, admite que el golpe psicológico ha sido fuerte. «No hacer nada, no poder moverte, te afecta; tanto personal como laboralmente», explica el empresario, quien ya atiende a algunos de sus clientes desde el hospital.

La noticia de su caso ha provocado movimientos entre los responsables del restaurante y la compañía de aguas implicada. Ambos intentaron contactar con él para interesarse por su estado de salud, mientras la comunidad sigue de cerca las actualizaciones de la investigación.

La vía judicial, próxima a activarse.

El abogado vigués Ignacio Amoedo sigue de cerca la evolución de las pesquisas. A la espera de los resultados que determine la Policía, se prepara para emprender las acciones legales correspondientes. Si se confirma la responsabilidad de alguno de los implicados, Pablo González podría reclamar una indemnización por daños físicos, morales y económicos.