Bilbao, Vizcaya, BBV, BBVA… ¿y ahora BBVAS?
La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos. Si sale adelante, ¿cómo se llamará la nueva entidad? Archiletras | Todo es lengua - ¿Sin ánimo de lucro o sinónimo de lucro? La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos. BBVA es una sigla, una abreviación formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión larga o compleja. En este caso, viene de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria. El término opa (de “oferta pública de adquisición”) es más que una sigla. Es un acrónimo, una “sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra”, según el Diccionario de las academias. El mundo financiero es muy de siglas y de acrónimos. Cuando yo andaba en el periodismo económico, hace treinta y tantos años, hablábamos mucho de los Siete Grandes para referirnos a las principales entidades bancarias: Central, Banesto (curioso acrónimo de Banco Español de Crédito; tomaron para formarlo las dos primeras sílabas de las dos primeras palabras y la última de la tercera), Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular. Los presidentes de los Siete Grandes se reunían periódicamente a almorzar y a pactar cosas que hoy les llevarían a los tribunales o al menos a los organismos encargados de velar por la competencia. Tras cada almuerzo, comunicaban al gobernador del Banco de España y al ministro del ramo las decisiones tomadas, rara vez en términos de sugerencias, y nos lo contaban a la prensa. El nombre que se dieron a sí mismos probablemente era un remedo patrio de las Big Four, las cuatro grandes firmas mundiales de consultoría y auditoría (Deloitte, PwC —abreviatura de PriceWaterhouseCoopers—, Ernst & Young —ahora también conocida como EY— y KPMG). Años atrás, habían sido las Big Eight, y entre las ocho estaba Arthur Andersen, una gran firma que acabó desapareciendo tras verse salpicada en un gran escándalo financiero, el caso Enron. Volviendo a España, el Santander, que en los años noventa del pasado siglo no era de los más grandes, acabó comiéndose hábilmente por fusión o por adquisición primero al Banesto, después al Central y al Hispano, que se habían fusionado, y por último al Popular. Hubo incluso un tiempo en que tuvimos una entidad llamada BSCH, siglas de Banco Santander Central Hispano, que en los mercados internacionales coincidía con otra entidad con las mismas letras en su nombre, pero en distinto orden: el HSBC, siglas de The Hongkong and Shanghai Banking Corporation. En agosto de 2007, el BSCH desapareció como marca y dio paso al Banco Santander. Como ya estaréis hartos de siglas y sopas de letras, vamos a ir llegando al final. En el otro lado del tablero de los Siete Grandes, Bilbao y Vizcaya firman en 1988 un acuerdo de fusión. Nace así el BBV. Un amigo le decía entonces a uno de los responsables de comunicación de la entidad: “Tenéis fácil las campañas de publicidad: ‘Si tienes sed de crédito, bebe uve’”. Las siglas BBV vuelven a crecer una década después, cuando en 1999 se fusionan con Argentaria y se renombran como BBVA. La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos. Si la operación sale adelante, ¿cómo se llamará la nueva entidad? ¿Bautizarán a la criatura como BBVAS?

La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos. Si sale adelante, ¿cómo se llamará la nueva entidad?
Archiletras | Todo es lengua - ¿Sin ánimo de lucro o sinónimo de lucro?
La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos.
BBVA es una sigla, una abreviación formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión larga o compleja. En este caso, viene de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.
El término opa (de “oferta pública de adquisición”) es más que una sigla. Es un acrónimo, una “sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra”, según el Diccionario de las academias.
El mundo financiero es muy de siglas y de acrónimos. Cuando yo andaba en el periodismo económico, hace treinta y tantos años, hablábamos mucho de los Siete Grandes para referirnos a las principales entidades bancarias: Central, Banesto (curioso acrónimo de Banco Español de Crédito; tomaron para formarlo las dos primeras sílabas de las dos primeras palabras y la última de la tercera), Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular.
Los presidentes de los Siete Grandes se reunían periódicamente a almorzar y a pactar cosas que hoy les llevarían a los tribunales o al menos a los organismos encargados de velar por la competencia. Tras cada almuerzo, comunicaban al gobernador del Banco de España y al ministro del ramo las decisiones tomadas, rara vez en términos de sugerencias, y nos lo contaban a la prensa.
El nombre que se dieron a sí mismos probablemente era un remedo patrio de las Big Four, las cuatro grandes firmas mundiales de consultoría y auditoría (Deloitte, PwC —abreviatura de PriceWaterhouseCoopers—, Ernst & Young —ahora también conocida como EY— y KPMG). Años atrás, habían sido las Big Eight, y entre las ocho estaba Arthur Andersen, una gran firma que acabó desapareciendo tras verse salpicada en un gran escándalo financiero, el caso Enron.
Volviendo a España, el Santander, que en los años noventa del pasado siglo no era de los más grandes, acabó comiéndose hábilmente por fusión o por adquisición primero al Banesto, después al Central y al Hispano, que se habían fusionado, y por último al Popular. Hubo incluso un tiempo en que tuvimos una entidad llamada BSCH, siglas de Banco Santander Central Hispano, que en los mercados internacionales coincidía con otra entidad con las mismas letras en su nombre, pero en distinto orden: el HSBC, siglas de The Hongkong and Shanghai Banking Corporation. En agosto de 2007, el BSCH desapareció como marca y dio paso al Banco Santander.
Como ya estaréis hartos de siglas y sopas de letras, vamos a ir llegando al final. En el otro lado del tablero de los Siete Grandes, Bilbao y Vizcaya firman en 1988 un acuerdo de fusión. Nace así el BBV. Un amigo le decía entonces a uno de los responsables de comunicación de la entidad: “Tenéis fácil las campañas de publicidad: ‘Si tienes sed de crédito, bebe uve’”.
Las siglas BBV vuelven a crecer una década después, cuando en 1999 se fusionan con Argentaria y se renombran como BBVA.
La opa que presentó en mayo del año pasado el BBVA sobre el Banco Sabadell llega estos días a sus momentos decisivos. Si la operación sale adelante, ¿cómo se llamará la nueva entidad? ¿Bautizarán a la criatura como BBVAS?