#ZNSeries – Daredevil: Born Again. Episodio 3 – En su seno

Seguimos subidos a Daredevil: Born Again, comentamos el tercer episodio de la nueva serie del Diablo Guardián en Disney Plus

Mar 17, 2025 - 21:37
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#ZNSeries – Daredevil: Born Again. Episodio 3 – En su seno
Créditos: En la elaboración de este artículo han participado Jordi T. Pardo, Juan Luis Daza, Raúl Gutiérrez y Sergio Fernández
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Género: Ciencia Ficción, Acción, Aventuras.
Creador Dario Scardapane, Matt Corman y Chris Ord.
Reparto: Charlie Cox, Vincent D’Onofrio, Margarita Levieva, Deborah Ann Woll, Elden Henson, Wilson Bethel, Zabryna Guevara, Nikki M. James, Genneya Walton, Arty Froushan, Clark Johnson, Michael Gandolfini, Ayelet Zurer, Jon Bernthal.
Producción: Marvel Studios / Walt Disney Television.
Canal: Disney Plus

Aviso de spoilers: El artículo que sigue a continuación contiene spoilers sobre la miniserie Daredevil: Born Again. No sigas adelante si todavía no estás al día con la continuidad audiovisual de Marvel Studios… ¡o lo lamentarás gravemente!

Marvel’s Daredevil, la serie creada por Drew Goddard en 2015 para Netflix, sigue siendo junto a Marvel’s Jessica Jones una de las producciones más apreciadas y mejor valoradas por los aficionados de las lanzadas en esa época por la famosa plataforma de streaming en colaboración con Marvel Television. Esto hizo que Charlie Cox como Matt Murdock/ Daredevil y Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk/Kingpin quedasen permanentemente asociados a sus personajes y Marvel Studios no tuviese otra alternativa pasado el tiempo que recuperarlos para su universo cinematográfico compartido. Las apariciones del primero en Spider-Man: No Way Home y la serie de She-Hulk y las del segundo en las producciones de Ojo de Halcón y Echo, han allanado el camino para volver a verlos reunidos a los dos en la Cocina del Infierno. Esto ha ocurrido en la presente miniserie de Daredevil: Born Again que retoma la historia allí donde se quedó en la tercera temporada de la proudcción de Netflix y recupera para la ocasión todo su universo, incluyendo personajes clave como la Karen Page de Deborah Ann Woll, el Foggy Nelson de Elden Henson, el Bullseye de Wilson Bethel y el Punisher de Jon Bernthal. La producción creada por Dario Scardapane, y en la que están implicados Justin Benson y Aaron Moorhead como directores principales, tendrá un total de nueve episodios y una segunda temporada confirmada que se estrenará en 2026. ¡El Diablo Guardián vuelve a estar entre nosotros!

Daredevil: Born Again. Episodios 3 – En su seno

Visto para sentencia, por Jordi T. Pardo

Los dos primeros episodios de Daredevil: Born Again habían sido una declaración de intenciones. Y después de visionar el tercero, podemos asegurar con cierta confianza que mucho tendría que torcerse la historia para que no estemos ante una de las series del año y una de las mejores propuestas de Marvel Television y Disney Plus en su corta pero prolífica colaboración. En este episodio se aborda la faceta siempre más descuida del personaje: su militancia en la abogacía. Prácticamente todo el episodio sucede en una sala de justicia en la que se debate el destino de Héctor Ayala, alias el Tigre Blanco (interpretado en la ficción por el fallecido actor puertorriqueño Kamar de los Reyes).

El juicio sigue las directrices clásicas de este tipo de producciones, pero hace fácil lo difícil y, al mismo tiempo, lo hace con mucho sentimiento y apelando en todo momento a la complicidad del espectador. Ni siquiera en la serie de Netflix habíamos tenido una expresión tan clara de esta faceta de Matt Murdock, pese a lo sugerente de su dualidad como justiciero y abogado que tan buenos momentos nos ha dado en los cómics. Los giros de guión son, en ocasiones, predecibles, pero como decíamos, funcionan porque hacen fácil lo difícil y el mensaje que se lee entre líneas es potente y bien articulado.

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En ese sentido, hay que valorar positivamente la manera en la que la producción afronta de cara -como ni siquiera se ha hecho en los cómics- esa incomoda apropiación que en la realidad han llevado a cabo fuerzas de la ley y asociaciones de extremas derecha con el símbolo y la parafernalia de Punisher. Ya habíamos visto guiños en los dos primeros episodios, pero en este queda claro que será una cuestión transversal en toda la temporada y más con un final de esos que nos hacen levantarnos del sillón.

Y es que si en algo está arriesgando también Daredevil: Born Again es en su manera de construir esta ficción, con el tono de la serie clásica de Netflix, pero con un ritmo más logrado y dejando de lado el apartado más humorístico de otras producciones (que no su ausencia). Es una producción adulta que aborda cuestiones en esa línea y que no tiene reparos en que eso también defina su narración y su historia. Las muertes de Foggy Nelson y Héctor Ayala son significativas y están fuera de ser gratuitas, aunque sirvan a la causa mayor de espolear a su personaje principal hay una clara intención de retratar aspectos concretos de la sociedad estadounidense actual.

Daredevil: Born Again puede permitirse un episodio entero sin una sola escena de acción y basada en los diálogos, los encuentros y desencuentros de sus personajes. Y lo que nos propone a futuro nos crea sanas expectativas, esperando ver el papel que desempañará Punisher en este drama, las repercusiones de la muerte del Tigre Blanco, los límites que Wilson Fisk estará dispuesto a cruzar, la situación de Bullseye, la relación de Matt y Karen… Parece que se vienen tiempos interesantes en la Cocina del Infierno.

And justice for all…, por Juan Luis Daza

Después del doble combo que supusieron los dos primeros episodios de Daredevil: Born Again y en los que Dario Scardapane, Matt Corman y Chris Ord asentaron una declaración de principios con la que iban a recuperar todas las señas de identidad de la ficción indivisiblemente asociadas a su etapa en Netflix, con el tercero, titulado The Hollow of His Hand y en España En su seno, a saber por qué; toca levantar el pie del acelerador, pero sin abandonar esos lugares comunes que hicieron de Daredevil una de las mejores producciones asociadas con Marvel Cómics. Como era de esperar, la vertiente de thriller judicial que nació en los cómics y se ha visto extrapolada en no pocas ocasiones a imagen real o animada debía tener un considerable peso en la trama y como es lógico aquí toma lugar mediante la escritura del guion a manos de Jill Blankenship.

La historia se centra en el personaje de Héctor Ayala, también conocido como el vigilante White Tiger y que en esta ocasión está interpretado de manera soberbia por el actor puertorriqueño Kamar de los Reyes, que, desgraciadamente, falleció el 24 de diciembre de 2023 a causa de un cáncer. El juicio centrado en su persona y en el que cuenta con Matt Murdock como abogado apela a todas las señas de identidad de este subgénero pasado por el tamiz del protagonista, con su particular sentido de la justicia. Lo más interesante de la trama es cómo va plantando la simiente de lo que será la aparición del Frank Castle de Jon Bernthal, ya que el grupo de policías corruptos que utilizan a Punisher como «inspiración» apuntan a que darán mucho y muy buen juego en próximas entregas.

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Debo admitir que no estoy tan entusiasmado con este tercer episodio como mis compañeros, soy poco amigo del cine judicial que, aun habiéndonos proporcionado algunas obras maestras como 12 hombres sin piedad, Testigo de cargo, Matar a un ruiseñor, JFK: Caso abierto o Philadelphia, en cuanto a Hollywood son películas que suelen estar cargadas de moralina y demagogia. No es el caso de este episodio, ni del currículum del Matt Murdock de Charlie Cox en las temporadas previas del personaje, pero sí debo admitir que no es la característica de su personalidad que más me gusta. Más allá de reticencias personales la calidad del proyecto sigue intacta y estoy deseando ver cómo continúa la historia y, sobre todo, que el regreso del Frank Casctle de Jon Bernthal me quite el mal sabor de boca que me dejó la segunda temporada de su serie en solitario.

El Juicio del Siglo, por Raúl Gutiérrez

El título que utilizo para mi crítica del tercer episodio de Daredevil Born Again no está escogido al azar. No se trata de un capricho narrativo, o una frase hecha que me apetezca realizar porque en los casi cincuenta minutos que dura este episodio casi toda la trama discurre en una sala judicial de vistas.

No. El título se debe a las semejanzas de este capítulo con tres números muy concretos de Daredevil en los cómics. En concreto, los números 38 a 40 del segundo volumen de la serie protagonizada por el Diablo de la Cocina del Infierno, dibujados por Manuel Gutiérrez y guionizados por Brian Michael Bendis que llevan por título, precisamente The Trial of the Century, o lo que es lo mismo, El Juicio del Siglo.

Ya en mi análisis de la semana pasada hablaba sobre la importancia que tenía Bendis de cara al desarrollo de esta serie, por mucho que la misma lleve un subtítulo propio del punto más álgido del trabajo de Frank Miller con el personaje. Y es que, no cabe duda de que Born Again es la obra icónica por excelencia que casi cualquier lector del personaje recomendaría a quien no lo conozca para introducirle en el mismo; pero igualmente está claro que, si hablamos de etapas modernas del cuernecitos, la de Brian Michael Bendis y Alex Maleev brilla con luz propia, superando en no pocas ocasiones, a la de Miller y Klaus Janson (si bien Born Again fue dibujado por David Mazzuchelli).

Los mentados números de Daredevil guionizados por Bendis y dibujados en esta ocasión por Manuel Gutiérrez, y no por Alex Maleev, que vieron la luz entre Octubre y Diciembre de 2002, esto es, hace ya más de veintidós años, narraban como Héctor Ayala, alter ego bajo el que se ocultaba el Tigre Blanco, era juzgado por haber asesinado a un policía.

Sin embargo, todo se trataba de un complot que buscaba utilizar a Ayala como un cabeza de turco y dar así una lección a los vigilantes que, al margen de la ley, se toman la justicia por su mano en las frías y oscuras calles de la Nueva York del Universo Marvel.

En aquel cómic, Héctor terminaba condenado, a diferencia de lo que hemos visto que ocurre en este capítulo, sin que Matt lograra convencer al Jurado Popular de lo contrario, y era precisamente, el hastío de Héctor Ayala el que motivaba que se negara a ir prisión, robando una pistola a uno de los policías que lo conducían a la cárcel y amenazando al resto, lo que terminaba con su triste muerte.

Bendis no fue el único actor que tratara la crueldad del sistema judicial estadounidense en el cómic USA mainstream, puesto que ahí está el trabajo de Dan Slott con Hulka, o el de Kurt Busiek con la colosal Astro City, pero sí fue uno de los que mejor lo hizo, siendo muy curioso que estando ante un superhéroe cuyo alter ego es abogado, pocos sean los autores que han decidido llevar la colección por una vía más jurídico-legal.

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Pues bien, Disney+ parte obviamente de dicho cómic, pero construye su propio camino a partir de él. Y es que, no solo Héctor termina logrando su libertad, gracias a la labor de Matt Murdock que logra convencer al jurado, sino que su muerte se produce cuando supuestamente Frank Castle (si bien tengo mis dudas al respecto) decide darle muerte para acabar con los vigilantes urbanos y lo que estos inspiran.

En ese sentido, este capítulo ahonda en una crítica muy amarga y cierta del sistema judicial estadounidense, donde la inocencia de un investigado para más inri, racializado e inmigrante no basta para librarlo de la cárcel, debiendo ser la habilidad de un abogado la que convenza no a un Juez, estudioso del derecho y experto en su aplicación, sino a los ciudadanos de un jurado popular cuyo juicio está sesgado por la opinión pública.

Si a ello le añadimos que Murdock interviene en este juicio “pro bono” o lo que es lo mismo, gratuitamente, vemos como en un sistema como el estadounidense, solo la caridad puede salvar a quien no tiene medios para litigar a pesar de su inocencia, sin que la figura del “public defender” tenga nada que ver con el abogado de oficio que nos es más conocido en el sistema legal español, y que desde luego, es infinitamente más garantista.

Además, esta serie que se aparta muchisimo de aquello a lo que el MCU nos tiene acostumbrados, hace que nos planteemos si realmente no deberían de promulgarse leyes contra los vigilantes urbanos en caso de que estos existieran. Y es que, por mucho que sea el corrupto Alcalde Fisk quien maneja los hilos de toda esta iniciativa municipal para en realidad salir impune de sus corruptelas, no es menos cierto que un sistema en el que la venganza privada triunfra sobre el poder institucional democrácticamente legislado, es un sistema fallido que solo puede ir a peor.

Por si esto fuera poco, se va introduciendo lentamente, la trama que dará lugar a la aparición del castigador de John Benthral, y en la que un determinado grupo de policías de Nueva York ha decidido utilizar su imagen como reivindicación de la ilegal dureza que muestran con los criminales, sin haber entendido en absoluto la lucha de Frank Castle, la cual, nos guste o no, siempre estuvo al margen de la ley y jamás apoyó la corrupción policial o de cualquier otro tipo.

Ingredientes todos ellos que hacen de este capítulo un absoluto goce visual para el espectador al que no le importe que las escenas de pelea no estén presentes en todos los episodios, dando una razón de ser a la profesión de Matt Murdock, más allá de ser la excusa para que éste se ponga el traje de Daredevil.

Un capítulo magnífico que deja con ganas de más de cara a la semana que viene.

Código rojo, por Sergio Fernández

En su tercer episodio, Daredevil: Borgn Again continúa en un nivel muy alto. Si teníamos alguna duda de si la calidad se podía resentir tras un inicio arrollador, este pensamiento se ha evaporado rápidamente. Daredevil es uno de esos personajes que, gracias a su alter ego, más juego pueden dar en sus historias. Y no, no me refiero al superhéroe que hace suyas las azoteas, sino al abogado que defiende con uñas y dientes a sus clientes en los juzgados. El juicio a Tigre Blanco ha monopolizado En su seno (The Hollow of His Hand en su versión original), con un Matt Murdock ejerciendo su profesión con una defensa implacable.

John Benjamin Hickey (doble del locutor de baloncesto, David Carnicero) encarna al fiscal que, en este capítulo, es el verdadero rival del hijo de Jack Murdock. Como si de una novela de John Grisham se tratara, el proceso ha tenido absolutamente de todo. Desde un testigo, Nicky Torres (Nick Jordan), que, temoroso por su vida, decide cambiar su declaración en el último minuto, pasando por un Matt que tiene que transformar su estrategia para conseguir la inocencia de Hector Ayala hasta llegar a un juez que, cabreado por los acontecimientos, lee la cartilla al letrado invidente. Tan solo nos ha faltado ser testigos de la deliberación del jurado para tener una foto al completo.

El punto clave de esta semana ha sido la modificación en los planes de Matt a los que hacía referencia en el párrafo anterior. Sin el testimonio de Nicky Torres, Murdock tiene que sacarse un conejo de la chistera. El problema es que había prometido no jugar en la partida este as que guardaba bajo la manga. Para sorpresa de todos, acusado incluido, Matt revela en el juicio que Héctor Ayala es, en realidad, el Tigre Blanco. En ese mismo momento podemos intuir que dicho movimiento será crucial para que el acusado sea declarado no culpable pero que, en su futuro, pinten bastos. Matt Murdock ha provocado que el Tigre Blanco esté en claro peligro de extinción. Tras su liberación, el personaje interpretado por Kamar de los Reyes será asesinado y, prevemos, esta será una muesca más en la mochila de culpabilidad que Matt carga en su espalda.

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Mientras ha durado todo el pleito, el protagonista se ha visto reflejado en su defendido. Más allá de sus caminos paralelos, Murdock recuerda sus tiempos de Dan Defensor jugueteando, entre sus dedos, con el cuerno que le entregó Karen Page. Si bien sigue de luto por la muerte de Foggy Nelson un año atrás, Matt está un paso más cerca de volver a enfundarse el traje de Daredevil.

En el otro lado del ring, se pone de manifiesto la distancia entre Wilson Fisk y Vanessa. El primero sigue insistiendo en que ya no le interesan los asuntos turbios aunque sus nudillos no digan lo mismo. El hábito no hace al monje o, en este caso, al alcalde. Puedes sacar a un hombre de la violencia, pero no puedes sacar la violencia de un hombre. Con los mismos principios que cuando era el señor del crimen, Kingpin sigue al pie de la letra esa máxima que reza “a río revuelto, ganancia de pesacadores”. El parecido con Trump es innegable. Fisk quiere que el caos se apodere de la ciudad (siendo agente activo de dicho desorden), para erigirse como salvador y poder gobernar con mano de hierro. Vanessa, por su parte, se muestra incómoda con el retorno de su marido. La ausencia de este provocó que ella se hiciera con el control de los negocios, liderando con una astucia ejemplar. Veremos si, en vez de arreglar su matrimonio, esto no acaba como en La guerra de los Rose.

Genneya Walton se mete en la piel de BB Urich, sobrina del ilustre periodista Benjamin Urich. A pesar de tener el mismo olfato que su tío, BB corre el riesgo de convertirse en un aparato de propaganda de Fisk. Hasta cruzarse en el camino del personaje interpretado por Vincent D’Onofrio, BB ha sido el altavoz del pueblo. Como ocurre en nuestro día a día, el nuevo alcalde de la Gran Manzana ve en las redes sociales un canal excepcional para seguir distorsionando la realidad con un mensaje cargado de odio que sirva como acelerante para sembrar el caos. Una rana croa.

En capítulos anteriores…

Daredevil: Born Again. Episodios 1 y 2 – Media hora en el cielo y Apariencias