“Para ella los perdedores eran los héroes”, el emocionante retrato íntimo y político de Almudena Grandes

El documental 'Almudena' recoge las últimas imágenes de la escritora, fallecida en 2021, y repasa su vida para mostrar su compromiso como algo indisociable en su vida y su obraTodo sobre el Festival de Málaga - Julio Medem: “España tiene un trauma con la Guerra Civil y los traumas, si los tapas, pueden volver a ocurrir” En una ocasión, Almudena Grandes fue invitada por Felipe VI a una recepción en la Casa Real. Acompañaba a su pareja, Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Pero aquel día jugaba su Atleti, una de sus pasiones. Se presentó con la bufanda del equipo escondida en su bolso, y antes de llegar a los postres pidió un taxi y se fue porque tenía que ver el partido. La anécdota la recuerda entre risas su hermana Mónica Grandes desde el Festival de Málaga. A su lado se encuentra Azucena Rodríguez, amiga de la escritora y directora de cine que ha presentado Almudena, un documental que ha hecho a todo el certamen emocionarse recordando una figura fundamental para las letras españolas, fallecida el 27 de noviembre de 2021. Rodríguez coge el testigo y se acuerda de otra. Cuando Joaquín Sabina les anunció que iba a ir a una cena en casa de la escritora con Gabriel García Márquez, al que admiraba muchísimo. Ella cocinaba y la cineasta estaba de pinche. Había 30 personas invitadas. Cuando llego Sabina con el ganador del premio Nobel, avisaron a Almudena Grandes para que fuera a rendir honores a Gabo, pero ella respondió: “Que espere que se me queman las croquetas”. Anécdotas como estas hay muchas en Almudena. Todas ayudan a componer un retrato íntimo de la escritora, pero también un retrato político. Porque en todos estos gestos se deja ver el compromiso social de una autora que siempre estaba con la gente. Siempre pensaba en ellos. Para ellos eran sus novelas, sus columnas y sus discursos. El filme la recuerda a través de los testimonios de los que la conocieron. Su familia, sus amigos… pero también de las palabras de la propia Almudena Grandes, que accedió a rodar un documental para Azucena Rodríguez sin saber que estas imágenes quedarían con la triste etiqueta de ser las últimas.  La escritora Almudena Grandes, en una imagen de archivo. EFE/PABLO MARTÍN Se entiende también de dónde nació esa pasión por escribir, que ya desde niña estaba cuando escribía cuentos que nunca acababa. Pero sobre todo desde que le regalaron La odisea en una versión infantil por su comunión. Aquel libro lo empezó a leer en primera persona del plural y, como se la escucha decir en el documental, cuando Ulises rescató a Penélope y culminó su venganza, también se vengó por Almudena Grandes. La vengó de todas las veces que no la cogieron como angelito en la función de Navidad por ser “grande y peluda”. Por salirse de la norma. Si Ulises salvó a Almudena, ella nos salvó a nosotros, lectores que se veían representados en sus historias, que daban dignidad a los perdedores. “Nunca la cogían en nada. Era muy torpe. Muy patosa. Y por eso, sus personajes, cuanto más perdedores eran, más les resarcía. Eso quedó muy claro con las novelas de la Guerra Civil”, recuerda su hermana, que no puede evitar emocionarse. Recoge el testigo su amiga: “Eran perdedores, pero para ella eran héroes. Eran unas heroínas que te cagas. Cuando acomete los Episodios de una guerra interminable lo dice, que era una manera de hacer justicia, de dar voz a los perdedores de la guerra. Por eso cada libro tenía un epílogo, porque ella decía que esas historias no acababan bien y la única manera de darles un final feliz era con ese epílogo con la democracia ya conquistada. Ella nos hacía justicia. Justicia con tantos hombres y mujeres que dieron su vida por conquistar la democracia en este país”. En el documental las personas cercanas a Almudena Grandes hacen, de alguna forma, el duelo por perderla. Mientras, las imágenes de ella muestran la vitalidad que tenía. Su capacidad de captar la ate

Mar 17, 2025 - 23:17
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“Para ella los perdedores eran los héroes”, el emocionante retrato íntimo y político de Almudena Grandes

“Para ella los perdedores eran los héroes”, el emocionante retrato íntimo y político de Almudena Grandes

El documental 'Almudena' recoge las últimas imágenes de la escritora, fallecida en 2021, y repasa su vida para mostrar su compromiso como algo indisociable en su vida y su obra

Todo sobre el Festival de Málaga - Julio Medem: “España tiene un trauma con la Guerra Civil y los traumas, si los tapas, pueden volver a ocurrir”

En una ocasión, Almudena Grandes fue invitada por Felipe VI a una recepción en la Casa Real. Acompañaba a su pareja, Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Pero aquel día jugaba su Atleti, una de sus pasiones. Se presentó con la bufanda del equipo escondida en su bolso, y antes de llegar a los postres pidió un taxi y se fue porque tenía que ver el partido. La anécdota la recuerda entre risas su hermana Mónica Grandes desde el Festival de Málaga. A su lado se encuentra Azucena Rodríguez, amiga de la escritora y directora de cine que ha presentado Almudena, un documental que ha hecho a todo el certamen emocionarse recordando una figura fundamental para las letras españolas, fallecida el 27 de noviembre de 2021.

Rodríguez coge el testigo y se acuerda de otra. Cuando Joaquín Sabina les anunció que iba a ir a una cena en casa de la escritora con Gabriel García Márquez, al que admiraba muchísimo. Ella cocinaba y la cineasta estaba de pinche. Había 30 personas invitadas. Cuando llego Sabina con el ganador del premio Nobel, avisaron a Almudena Grandes para que fuera a rendir honores a Gabo, pero ella respondió: “Que espere que se me queman las croquetas”.

Anécdotas como estas hay muchas en Almudena. Todas ayudan a componer un retrato íntimo de la escritora, pero también un retrato político. Porque en todos estos gestos se deja ver el compromiso social de una autora que siempre estaba con la gente. Siempre pensaba en ellos. Para ellos eran sus novelas, sus columnas y sus discursos. El filme la recuerda a través de los testimonios de los que la conocieron. Su familia, sus amigos… pero también de las palabras de la propia Almudena Grandes, que accedió a rodar un documental para Azucena Rodríguez sin saber que estas imágenes quedarían con la triste etiqueta de ser las últimas. 

La escritora Almudena Grandes, en una imagen de archivo. EFE/PABLO MARTÍN

Se entiende también de dónde nació esa pasión por escribir, que ya desde niña estaba cuando escribía cuentos que nunca acababa. Pero sobre todo desde que le regalaron La odisea en una versión infantil por su comunión. Aquel libro lo empezó a leer en primera persona del plural y, como se la escucha decir en el documental, cuando Ulises rescató a Penélope y culminó su venganza, también se vengó por Almudena Grandes. La vengó de todas las veces que no la cogieron como angelito en la función de Navidad por ser “grande y peluda”. Por salirse de la norma. Si Ulises salvó a Almudena, ella nos salvó a nosotros, lectores que se veían representados en sus historias, que daban dignidad a los perdedores.

“Nunca la cogían en nada. Era muy torpe. Muy patosa. Y por eso, sus personajes, cuanto más perdedores eran, más les resarcía. Eso quedó muy claro con las novelas de la Guerra Civil”, recuerda su hermana, que no puede evitar emocionarse. Recoge el testigo su amiga: “Eran perdedores, pero para ella eran héroes. Eran unas heroínas que te cagas. Cuando acomete los Episodios de una guerra interminable lo dice, que era una manera de hacer justicia, de dar voz a los perdedores de la guerra. Por eso cada libro tenía un epílogo, porque ella decía que esas historias no acababan bien y la única manera de darles un final feliz era con ese epílogo con la democracia ya conquistada. Ella nos hacía justicia. Justicia con tantos hombres y mujeres que dieron su vida por conquistar la democracia en este país”.

En el documental las personas cercanas a Almudena Grandes hacen, de alguna forma, el duelo por perderla. Mientras, las imágenes de ella muestran la vitalidad que tenía. Su capacidad de captar la atención con cuatro palabras. Su energía arrolladora que pasaba por encima de todos. Una energía que tanto su hermana como Azucena Rodríguez creen que es necesaria en estos momentos. “Creo que fue después de Zapatero que un día me dijo, ‘vamos a comprarnos unas zapatillas, porque hay que salir todos los días a la calle’”, dice Mónica Grandes, que añade que la echa de menos porque era Almudena la que la empujaba a protestar, a gritar por las injusticias.

Nos gustaría ver qué estaría diciendo ahora Almudena de Trump, o de Putin. Qué bien lo habría contado, qué bien les habría machacado

Mónica Grandes Hermana de Almudena Grandes

Muchas veces piensan en qué diría ella de lo que está pasando. De este mundo donde la extrema derecha cada vez tiene más poder. Donde los derechos de las mujeres o del colectivo LGTB están cada vez más amenazados. “Yo creo que lo pensamos todos los que la conocimos y los que no, también todos sus lectores, es que nos gustaría ver qué estaría diciendo ahora de Trump, o de Putin. Qué bien lo habría contado, qué bien les habría machacado. Ahora mismo estaría horrorizada, pero lo estaría explicando fenomenal”, fábula su hermana.

“Menos mal que no está, porque le daría un infarto”, apuntala la cineasta que cree que ahora mismo lo que diría es que “hay que refundar la izquierda”, algo que “ella ya intentó varias veces” y una tarea en la que no dudaría en volver a meterse. 

Un documental donde se muestra que lo íntimo y lo político, la persona y la escritora, “no se puede disociar”. “Supongo que en otros escritores también pasa, pero en Almudena todo formaba parte de lo mismo. La literatura era su vida, y ambas se nutrían recíprocamente. Ella tenía una manera de ser y una manera de estar en el mundo como ciudadana, como madre, como hermana, como hija… y eso lo ves reflejado en sus novelas”, apuntan y dejan otra frase que resume la esencia de Almudena grandes: “Su forma de entender el mundo está plasmando en su estupenda obra, pero también en sus maravillosas croquetas a las que invitaba a todo el mundo”.

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