#ZNCine – FLOW, de Gints Zilbalodis
Una película que arrastra como un torrente con su animación fluida que no parece haber sido desarrollada en un programa gratuito como Blender. Flow nos acerca la historia de un gatete que sale de su zona de confort para descubrir un mundo tan bello como hostil y rodearse de compañeros de viaje que calmen las aguas.



Dirección: Gints Zilbalodis.
Guion: Gints Zilbalodis, Matīss Kaža, Ron Dyens.
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: Gints Zilbalodis.
Producción: Matīss Kaža, Gints Zilbalodis, Ron Dyens, Gregory Zalcman.
Duración: 83 minutos.
Productora: Dream Well Studio, Sacrebleu Productions, Take Five.
Nacionalidad: Letonia.
La naturaleza de la animación
Miau.
Primera vez que me embarco en las aguas del séptimo arte, espero que los compañeros de la Zona de Cine me perdonen si me paso de embarcaderos y dejo que los vientos de la imágenes en la gran pantalla me guíen sin timón aparente. Hablemos de Flow, de una película de animación en 3D que aunque estrenada en 2024 participando en el Festival Internacional de Cine de Cannes (el de Francia por desgracia, no el de Galicia), nos llegó a nuestras pantallas el mes pasado. Un film de corta duración pero concentrado argumento que nació de un corto que elaboró el director en 2012 llamado Aqua.
Y por ser una obra tan corta será muy complicado hablar de ella sin arruinar la experiencia, así que de querer verla primero antes de que la nominen hasta a los premios Collar de Oro, aún quedan cines donde la pasan y se estrenará en FILMIN en mayo de 2025, a tiempo para los Óscar.
Un gato negro abre escena con su ya conocida animadversión al agua. En su zona habita una jauría de perros que le hace la existencia un poco más peliaguda, aunque no todos lo persigan por su condición de gato, sino que algunos buscan solo la compañía y juegos de otro colega cuadrúpedo. Tanto es así que el cánido amigo labrador lo sigue hasta la que es la casa del gato donde antes habitaba con un humano muy dedicado al que tanto veneraba a su felino amigo que tiene casa y alrededores plagados con estatuas del mismo. Pero la calma dura poco, y el nivel del agua comienza a subir misteriosamente. Y aunque el gato intente huir de esta subiéndose a lo más alto que alcanza, el agua continúa avanzando y amenazando el dejarlo aislado. Es cuando en este momento divisa una barcaza y se lanza fuera de su zona de confort a la única salvación posible, encontrando dentro de la misma a un capibara pachón. El viaje no tiene rumbo, solo el escapar de las aguas hasta lo más alto posible, ni tiene número de grumetes fijo, pues a lo largo de la cinta se sumará fauna de lo más variada.
Una película que, curiosamente trata del respeto y solidaridad entre animales que a priori no deberían hacerlo como gatos perros y aves, y sobre todo de la comunicación. Comunicación no verbal pero comunicación al fin y al cabo. Lemures, aves secretaria, ballenas, perros, peces… todos ellos representan una forma de afrontar la vida y las decisiones ante el cambio. Los humanos aunque existiesen como podemos suponer al existir embarcaciones, estatuas y urbes por encima de este nivel de agua cambiante, ni pinchan ni cortan para la trama. Estarían pero han huido dejando que la natura se defienda como siempre ha dispuesto.
El director de la película, Gints Zilbalodis, aunque no se estrene con Flow sí es la primera película en la que funciona como director. Y como él mismo comenta para la academia de los Óscar en una entrevista, mucho de este proceso nuevo y de descubrimiento lo vuelca en su principal personaje y reclamo gatuno. Uno en el que cualquiera se puede ver reflejado y con el que vivir toda la experiencia de superación. Por eso, aunque la película tenga una corta duración, más corto aún es el número de secuencias. Solo 22 de estas para que podamos seguir más de cerca lo que sienten todos estos animales embarcados; desde la humedad y frío del agua hasta el calor radiante y lo verde de la flora.
Quizás los animales tengan comportamientos que harían arquear la ceja a un etólogo, como el hecho de verlos manejar el timón de la embarcación, la forma de pescar del gato o la expulsión del clan del ave secretaria, pero solo en las partes que buscan avanzar una trama coherente. Los demás movimientos y expresiones animales casan con extrema naturalidad. Yo que he tenido gatos toda la vida me impresionaron con lo bien plasmada que está la dualidad del gatete negro, que por veces era altivo y un tanto curioso y en otras un juguetón amistoso imparable. Tuve la suerte y grata compañía de ver el film con alguien que tenía un labrador, curiosamente, y se maravillaba de lo que le recordaba al bichete de carne y hueso también. Pasó incluso el test interrealidad como el gato de Stray, pues han llegado a grabar a gatos reales interactuando con el de la película.
Por lo que he podido leer los animadores tenían una gran cantidad de vídeos y referencias en las que basarse para darles vida dentro de la pantalla, alguno hasta comentaba con cierta sorna que tenía el trabajo soñado, pues le estaban pagando por ver vídeos de gatos en YouTube.
Al ser una película con cero diálogos, si no contamos los sonidos de animales que transmiten tanto como un guion al uso, la música toma una relevancia mayor. La banda sonora fue compuesta por el mismo director junto con Rihards Zalupe, y la tenéis por entero en el siguiente enlace de Spotify. Es una música de acompañamiento que casa y ensalza los sentimientos que transmite la parte y animales que toman escena. Por curioso que parezca, todos los animales cuentan con una canción o motivo único, a excepción del gato protagonista, incluidos los ciervos que representan el peligro en ciernes.
Si alguien esperaba imparcialidad en esta reseña que aguarde a un nuevo diluvio. Soy biólogo y edito en Blender (ahí va elenlace a un paper en el que tuve la suerte de participar mezclando ambos mundos, por si hay algún loco más leyendo esto). El mensaje de supervivencia que tiene la fauna y flora de este mundo está ahí. La empatía animal que surge sin una sola línea de diálogo es palpable. Que se hayan sacado un film hecho por completo en un software libre tan versátil y ameno me parece un golpe sobre la mesa del panorama de animaciones de alto presupuesto, e incluso de lo que se viene con la IA generativa.


No quiero cerrar con frases grandilocuentes como que el futuro de la animación está en el cine independiente porque no tengo ni idea, pero que una obra chiquita como Flow dé que hablar indica que no copa la atención del público el cine palomitero o continuaciones famosas. Que hay lugar para historias y concentradas de emociones, que nos lleven al cine a mayores y peques y disfrutar de historias imposibles, de mundos enormes creados para interpretar libremente. Mundos en los que nadar libremente con una imaginación rebosante cual torrente imparable donde sumergirnos.
Os dejamos también la charla que tuvo en la B-CON el director de animación de Flow por si queréis ver toda la parte de Blender.
LO MEJOR
+ Amena, para todos los públicos, preciosa y sensible.
+ Parece increíble que se creara una pieza tan única con un software libre como es Blender.
+ Aunque no tenga diálogos, la conexión y entendimiento de los animales con el público es constante y sorprendente.
LO PEOR
– Al no tener diálogos, es una película muy abierta a interpretaciones que no gustará a todo el público.
– Llevad pañuelos si sois de lágrima fácil.