En un restaurante de comida china en Miraflores, Lima , quiso el destino que yo conociese a Vargas Llosa . Acababa de leer, deslumbrado, 'La guerra del fin del mundo'. Tenía dieciocho años y era columnista del diario 'La Prensa' de Lima. Mario dijo que le había gustado una columna mía contra los intelectuales de izquierdas que, oportunistas, acomodaticios, se daban la gran vida, disfrutando de las bondades del capitalismo como profesores universitarios en Estados Unidos. Yo había escrito que Vargas Llosa era nuestro Malraux. No se sintió halagado. No quería ser ministro de cultura, como Malraux, quería ser presidente de la república. Era nuestro Víctor Hugo. Al año siguiente lo entrevisté en un programa de televisión, 'Conexiones', que hacía...
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