Se cierra la subasta de Velintonia con la única puja de la Comunidad de Madrid

El laberinto de Velintonia parece llegar a su fin. La tercera subasta de la histórica casa de Vicente Aleixandre se ha cerrado este lunes a las 18.00 horas con una única puja, la de la Comunidad de Madrid, que en el primer día del procedimiento, el pasado 19 de marzo, presentó una oferta de 3.193.225 euros. La administración regional –y no el Ministerio de Cultura, que finalmente se ha desentendido de la casa– será así la propietaria de la vivienda. Esto ocurrirá tras el cierre oficial de la subasta (que se decretó pasadas las 19.00 horas) y una vez que el Juzgado de Primera Instancia nº35 de Madrid emita la certificación del cierre de subasta, se deposite la cantidad ofrecida y se entreguen las llaves, lo que ocurrirá en las próximas horas. El viejo anhelo de convertir Velintonia en un centro cultural en recuerdo del poeta y premio Nobel será por fin una realidad, tras cuarenta años de abandono y desidia institucional. Como avanzó el consejero de Cultura madrileño en una entrevista con ABC , Mariano de Paco, la Comunidad de Madrid quiere que Velintonia sea la piedra angular de los homenajes que ha empezado a organizar en 2027, coincidiendo con el centenario de la Generación del 27, a la que perteneció Aleixandre, y los cincuenta años de la concesión del Nobel al poeta. «Hace cuarenta años que los intelectuales de todo el mundo están clamando por que Velintonia no se caiga. Elaboraremos todo un programa alrededor de la casa. El gran homenaje a la Generación del 27 es la apertura de las puertas de Velintonia a toda la ciudadanía, a todos los que la quieran visitar, tras estar cuarenta años cerrada». El primer paso para estos planes era comprar la casa, que es casi un hecho, solo a falta de la última certificación del juzgado que gestiona la subasta. Lo siguiente será reformar y mantener la casa, por la que han pasado los estragos de cuatro décadas de abandono, pues ha estado deshabitada y apenas cuidada por los desencuentros irreconciliables entre los herederos. En paralelo, la Comunidad de Madrid trabaja en elevar la protección patrimonial del inmueble de Bien de Interés Patrimonial (BIP) a Bien de Interés Cultural (BIC). La primera figura se limitaba a exigir mantener la disposición actual de determinados elementos de la casa, como la fachada y algunas habitaciones; el BIC sí que vincularía el uso de la vivienda a criterios culturales. Velintonia fue el lugar donde Aleixandre vivió hasta su muerte, en 1984, y también punto de encuentro de muchos poetas. Hasta cinco generaciones de escritores pasaron por allí a recibir el magisterio del Nobel. Entre ellos, figuras de la talla de Federico García Lorca, Carlos Bousoño, José Luis Cano, José Hierro o la generación de los Novísimos. La Comunidad de Madrid asegura que les interesa Aleixandre «en un sentido amplio». «Vamos a trabajar en la adquisición del archivo porque nos parece lo normal», declaró el consejero Mariano de Paco a ABC . «Nos interesa su archivo porque es el fruto de su creación». El archivo es propiedad de Ruth Bousoño , viuda del poeta Carlos Bousoño, y en 2008 la Diputación de Málaga estuvo a punto de pagar cinco millones por él. Todo este proceso se ha desarrollado sin que el Ministerio de Cultura, que en enero pagó 7,24 millones de euros por la Casa Gomis para torpedear la ampliación del aeropuerto de El Prat, haya dicho nada. Ernest Urtasun se las ha apañado para no pronunciarse sobre Velintonia en estas tres semanas que ha durado la tercera subasta de la casa de Aleixandre. Velintonia, de hecho, ha sido uno de los desencuentros más sonados entre Urtasun y De Paco desde la llegada de Sumar al Ministerio de Cultura. El ministerio ha pasado por varias fases: cuando salió la primera subasta, coincidiendo con la llegada de Urtasun a la cartera, guardó silencio; luego, cuando el consejero de Ayuso dijo que quería comprarla en solitario, ofreció hacerlo de manera conjunta; y después se dedicó a torpedear la operación, prometiendo a una de las herederas de Aleixandre una cantidad superior a la que ofrecía la Comunidad de Madrid. La salvación de Velintonia era una de las grandes asignaturas pendientes de la clase política. La primera vez que una administración se planteó adquirir la casa del premio Nobel fue hace tres décadas, cuando Esperanza Aguirre era concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid. En el año 2007 hubo otro intento, pero el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid no ofrecieron más de 1,95 millones de euros. Con los herederos divididos, fue imposible llegar a un acuerdo. Desde entonces, todo han sido brindis al sol. La compra de la casa por parte de la Comunidad de Madrid pone fin a este laberinto. «Isabel Díaz Ayuso es la única política en cuarenta años que se ha atrevido a acabar con el problema de Velintonia», presume Mariano de Paco.

Apr 7, 2025 - 18:38
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Se cierra la subasta de Velintonia con la única puja de la Comunidad de Madrid
El laberinto de Velintonia parece llegar a su fin. La tercera subasta de la histórica casa de Vicente Aleixandre se ha cerrado este lunes a las 18.00 horas con una única puja, la de la Comunidad de Madrid, que en el primer día del procedimiento, el pasado 19 de marzo, presentó una oferta de 3.193.225 euros. La administración regional –y no el Ministerio de Cultura, que finalmente se ha desentendido de la casa– será así la propietaria de la vivienda. Esto ocurrirá tras el cierre oficial de la subasta (que se decretó pasadas las 19.00 horas) y una vez que el Juzgado de Primera Instancia nº35 de Madrid emita la certificación del cierre de subasta, se deposite la cantidad ofrecida y se entreguen las llaves, lo que ocurrirá en las próximas horas. El viejo anhelo de convertir Velintonia en un centro cultural en recuerdo del poeta y premio Nobel será por fin una realidad, tras cuarenta años de abandono y desidia institucional. Como avanzó el consejero de Cultura madrileño en una entrevista con ABC , Mariano de Paco, la Comunidad de Madrid quiere que Velintonia sea la piedra angular de los homenajes que ha empezado a organizar en 2027, coincidiendo con el centenario de la Generación del 27, a la que perteneció Aleixandre, y los cincuenta años de la concesión del Nobel al poeta. «Hace cuarenta años que los intelectuales de todo el mundo están clamando por que Velintonia no se caiga. Elaboraremos todo un programa alrededor de la casa. El gran homenaje a la Generación del 27 es la apertura de las puertas de Velintonia a toda la ciudadanía, a todos los que la quieran visitar, tras estar cuarenta años cerrada». El primer paso para estos planes era comprar la casa, que es casi un hecho, solo a falta de la última certificación del juzgado que gestiona la subasta. Lo siguiente será reformar y mantener la casa, por la que han pasado los estragos de cuatro décadas de abandono, pues ha estado deshabitada y apenas cuidada por los desencuentros irreconciliables entre los herederos. En paralelo, la Comunidad de Madrid trabaja en elevar la protección patrimonial del inmueble de Bien de Interés Patrimonial (BIP) a Bien de Interés Cultural (BIC). La primera figura se limitaba a exigir mantener la disposición actual de determinados elementos de la casa, como la fachada y algunas habitaciones; el BIC sí que vincularía el uso de la vivienda a criterios culturales. Velintonia fue el lugar donde Aleixandre vivió hasta su muerte, en 1984, y también punto de encuentro de muchos poetas. Hasta cinco generaciones de escritores pasaron por allí a recibir el magisterio del Nobel. Entre ellos, figuras de la talla de Federico García Lorca, Carlos Bousoño, José Luis Cano, José Hierro o la generación de los Novísimos. La Comunidad de Madrid asegura que les interesa Aleixandre «en un sentido amplio». «Vamos a trabajar en la adquisición del archivo porque nos parece lo normal», declaró el consejero Mariano de Paco a ABC . «Nos interesa su archivo porque es el fruto de su creación». El archivo es propiedad de Ruth Bousoño , viuda del poeta Carlos Bousoño, y en 2008 la Diputación de Málaga estuvo a punto de pagar cinco millones por él. Todo este proceso se ha desarrollado sin que el Ministerio de Cultura, que en enero pagó 7,24 millones de euros por la Casa Gomis para torpedear la ampliación del aeropuerto de El Prat, haya dicho nada. Ernest Urtasun se las ha apañado para no pronunciarse sobre Velintonia en estas tres semanas que ha durado la tercera subasta de la casa de Aleixandre. Velintonia, de hecho, ha sido uno de los desencuentros más sonados entre Urtasun y De Paco desde la llegada de Sumar al Ministerio de Cultura. El ministerio ha pasado por varias fases: cuando salió la primera subasta, coincidiendo con la llegada de Urtasun a la cartera, guardó silencio; luego, cuando el consejero de Ayuso dijo que quería comprarla en solitario, ofreció hacerlo de manera conjunta; y después se dedicó a torpedear la operación, prometiendo a una de las herederas de Aleixandre una cantidad superior a la que ofrecía la Comunidad de Madrid. La salvación de Velintonia era una de las grandes asignaturas pendientes de la clase política. La primera vez que una administración se planteó adquirir la casa del premio Nobel fue hace tres décadas, cuando Esperanza Aguirre era concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid. En el año 2007 hubo otro intento, pero el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid no ofrecieron más de 1,95 millones de euros. Con los herederos divididos, fue imposible llegar a un acuerdo. Desde entonces, todo han sido brindis al sol. La compra de la casa por parte de la Comunidad de Madrid pone fin a este laberinto. «Isabel Díaz Ayuso es la única política en cuarenta años que se ha atrevido a acabar con el problema de Velintonia», presume Mariano de Paco.