En enero del 2020 se hacía público un descubrimiento excepcional: La erupción del Vesubio, en el año 79 d.C., con su lluvia de cenizas y fuego, convirtió el cerebro de una víctima en vidrio por la elevada temperatura, que alcanzó los 520 grados centígrados . Durante la primera jornada de la erupción, que algunos la datan el 24 de agosto y otros investigadores la sitúan en otoño, el 24 de octubre, la antigua ciudad portuaria de Herculano había escapado a los daños. La lluvia de piedra pómez que caía sobre Pompeya había perdonado a sus habitantes hasta esa noche. Muchos acudieron a los muelles buscando un barco que los llevara a un lugar seguro. El guardián del Collegium Augustalium (Colegio...
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