Se lo reconoce y casi confiesa ya desde el título al que no redime del todo el injerto de ese subtítulo donde se nos seduce con un 'Las pasiones literarias de James Salter ' y una foto en portada de galán 'vintage' que, además, escribe. Y el asunto aún queda más esclarecido en el honesto y sentido prefacio de su viuda. Y, sí, entonces: fondo de cajón, calcetín perdido desde hace tiempo que súbitamente aparece, amorosas postales sueltas dentro de un libro que bien puede ser del mismo Salter. Planeador y piloto de una inmensa obra pequeña en la que abundan las obras maestras ('Juego y distracción', 'Años luz', la muy extraña a la vez que clásica —y de título...
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