El precepto 'nulla dies sine linea', como advierte Pascal Quignard, tiene que ver con una cuestión de supervivencia; esa línea es la de pescar que se lanza al mar. Fue Plinio el Viejo quien sedimentó esa sentencia en su 'Historia Natural', en la que también contó el origen mítico del dibujo como la sombra del amado trazada en el muro. Arte de sombras y, por tanto, anticipatorio de la melancolía, pero también astucia que anhela un pez procedente de un mundo acaso insondable. La prodigiosa travesía artística, laberíntica en muchos sentidos, de Gego (1912-1994) me obliga a convocar un saber ancestral, el que traza, con la mayor simplicidad, lo que da cuenta de lo más profundo. La joven ingeniera-arquitecta que...
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