Fiel a sí mismo
Por él sabemos que Hey! ha sonado en el espacio y que Julio a secas ganó la batalla de brebajes entre Pepsi y Coca-Cola a Michael Jackson, que se quedó los dominios locales del refresco más azucarado, mientras Julio a secas saciaba su sed a escala planetaria y añadía más chispa a su vida. Sí,... Leer más La entrada Fiel a sí mismo aparece primero en Zenda.

Si alguien podía aventurarse a forjar un perfil de Julio Iglesias —adviértase que no hablamos de biografía al uso sino del honroso género de la semblanza, una tradición que va de Fernán Pérez de Guzmán, pasa por el Marqués de Santillana y desemboca con aires de grandeza en Manuel Chaves Nogales— ése no podía ser otro que Ignacio Peyró (Madrid, 1980), pluma tan ilustrada como afilada, dotado como pocos para perpetrar semejante osadía y salir airoso del empeño. Entrenado tras la estela (y a veces tutela) de maestros heterodoxos como Valentí Puig, José Carlos Llop, Andrés Trapiello, Marcos Ordóñez, Ignacio Vidal-Folch o Mariano José de Larra, el autor del filobritánico Pompa y circunstancia entrega un libro fascinante, que lleva el hechizo, el encantamiento, el embrujo dentro, para deconstruir la leyenda del más grande “impulsor de la autoestima nacional” que es Julio Iglesias.
En El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias, el actual director del Instituto Cervantes de Roma le ha dado una genial vuelta de tuerca al género y ha demostrado de paso que son los empeños gratuitos como éste los que dan sentido al vivir. Porque, ¿quién necesitaba a estas alturas una biografía de Julio Iglesias? Más si cabe cuando a la figura que será el foco del libro se la trae al pairo ennoblecer su caramelizado legado con las prosa irónica, culta, divertida sin rozar la vulgaridad (“Julio, caballero español a quien lo cortés no le ha quitado lo caliente”), ingeniosa, traviesa (“entre fornicios, Julio a veces cantaba”) y elegante (“esas campañas de entusiasmo generan también anticuerpos de escepticismo”) de Ignacio Peyró. Y sí, Julio está por encima de eso, pero Peyró también. Ésa es, al fin, la grandeza de esta semblanza con la que todavía se gana tiempo para que el escritor siente la cabeza, si es que alguna vez hubiere de hacerlo, que no nos parece la mejor opción, a tenor del tratamiento que le da a la materia de sus sueños, que en este caso también son los nuestros. Me va, me va, me va. Un libro que no se harta uno de subrayar, que quiere hacerlo suyo, como el mundo hizo con ese Julio que ha dejado huella en al menos un par de generaciones con la tríada inapelable de belleza, inteligencia y éxito (la suerte se le supone, le hubieran dicho al cantante en ciernes durante el servicio militar que no hizo por aquella lesión futbolística que no fue —lean, lean, van a ser muchas las sorpresas).
Como Barry White, Huey Lewis and The News o La Paquera de Jerez, Julio tampoco falla en lo que propone, pero le ha tocado ser más grande que ellos y lidiar con los estertores de un mundo que él ayudó a crear, desde el Festival de Benidorm al nacimiento de la prensa rosa con el ¡Hola! por bandera, de la Ley del Divorcio a la internalización del país y la conquista de otros mundos, desde el marshallismo a la globalización, sin olvidar la latinización de la música contemporánea más allá de “La Macarena” y el perreo reguetonero contemporáneo, hijos también del truhanismo señorial de Julio Iglesias. Todo eso lo trata Ignacio Peyro con respeto pero sin pleitesía, ahondando el las turbiedades del personaje y mostrando debilidades y grandezas de una figura de talla universal (no cabrían más Julios en el Sistema Solar, al menos).
“Queremos escribir para dar forma a algo y al final es la propia escritura la que nos da forma a nosotros”, propone el maestro Peyró en Ya sentarás cabeza (2020), esa suerte de memorias periodísticas de cuando el periodismo era una fiebre. Al hablar de Julio, Peyró habla de él mismo, desde luego; pero también habla de todos aquellos que, más allá del famoso meme veraniego, cruzaron sus vidas de un modo accidental o premeditado con la estrella más grande de la canción española. Porque, digámoslo ya, lo que promete el universo catedralicio de Julio Iglesias es un estado emocional que encuentra su acomodo en la perpetua sensación de vivir en un viernes por la tarde eterno, la promesa consistente e ilusionante de un fin de semana de ensueño. Qué importa que no se cumplan luego las previsiones y acabemos en el tedio y la desgana que acontece cada domingo por la tarde, la que desemboca en la temible frase que recordaba hace nada el mismo Peyró en una de sus columnas, esa sentencia con la que pobres e infelices ponemos fin a las distracciones y el solaz, la atroz “Mañana hay que madrugar” que conduce al abatimiento y al inapelable lunes tormentoso. Con todo el caramelo que se quiera, melifluo hasta el tuétano, queda un cariñoso hey! como eco musical de esa promesa condenada de antemano por el castigo eterno de Sísifo.
Al saber de Julio y de su entendimiento por intuición de lo que Píndaro rogaba a su alma con aquel no afanarse por la vida inmortal hasta agotar el ámbito de lo posible, sabemos también de nosotros. Porque la prosa de Peyró permite la ensoñación de un mundo que es mejor con ellos dentro, y con nosotros como testigos del milagro. ¡Cómo se ríe uno en cada capítulo, breves todos para no agotar, y cómo se gasta la punta del lapicero —no es metáfora salaz— con los subrayados de alerta y emoción! Muchas risas y no menos hallazgos, ya en el anecdotario juliano, ya en la materia literaria con la que Ignacio Peyró ha vestido este retrato de una época y del fenómeno que llevaba dentro. Con Pla, Maurois, Chesterton o Evelyn Waugh como indispensables luminarias, Ignacio Peyró hace brillar a ese ser condenado a la inercia que es Julio Iglesias mientras llena de ingenio nuestros días con esa prosa que sólo queda admirar y leer sin temor a saciarse, pues no cabe empacho posible. Dicen que si hay que aprender, que sea de los grandes. Aquí se han juntado dos de los mejores para que persista el embrujo, para “que no se rompa la noche”.
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Autor: Ignacio Peyró. Título: El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias. Editorial: Libros del Asteroide. Venta: Todos tus libros.
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