Se tiende a asociar (cual acto reflejo) al Domingo de Resurrección de Sevilla con Curro Romero. Podría ser una pantomima sin interés si no fuese por lo acertado de tal dicotomía, el hecho de que un día tan señalado como la resurrección de Cristo muerto, y llevado a la vida eterna por la voluntad del Padre, lleve implícito toda esa milagrería que representa la trascendencia del espíritu sobre la carne. ¿No es el arte eso mismo? Cuando en sus arcanos más secretos, vemos e intuimos ese sacrificio del hombre, el cual a través de su fe, consigue alzar su sentimiento para olvidarse del cuerpo (comogustaba a Belmonte), para dejarse llevar por su solísimo espíritu santo. Escribí en su día que...
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