Barajas: medio millar de indigentes convierten el aeropuerto en su hogar
El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se ha convertido en el refugio improvisado para cerca de medio millar de indigentes. Así lo advierte el sindicato ASAE, que denuncia que estas personas “generan muchos problemas” tanto a los trabajadores como a las instalaciones (La cara B del aeropuerto de El Prat: aloja a más de un centenar […]

El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se ha convertido en el refugio improvisado para cerca de medio millar de indigentes. Así lo advierte el sindicato ASAE, que denuncia que estas personas “generan muchos problemas” tanto a los trabajadores como a las instalaciones (La cara B del aeropuerto de El Prat: aloja a más de un centenar de sintecho).
“Mientras Aena se tira la pelota con el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid o la Delegación del Gobierno desde hace años y años, la solución legal no llega”, denuncia el sindicato, que también critica la inacción de la Policía Nacional.
Aniceto Javier Armas, senador electo por El Hierro del grupo parlamentario plural, ha planteado esta problemática en el Senado. “Estas personas son víctimas de exclusión social y muchas veces no se dejan ayudar, pero ese problema lo sufren también los trabajadores del aeropuerto de Barajas de todas las empresas concesionarias”, alerta.
Aunque reconoce que “no es un problema nuevo”, afirma que “desde el 2006, cuando se abrió la T4, ha ido aumentando año a año”. “Pese a los intentos del Ayuntamiento de Madrid, del SAMUR Social y la propia Delegación del Gobierno, el problema persiste”, remarca.
El senador expone que “fuentes de ASAE nos informan que el personal de Barajas no para de recibir amenazas e insultos por realizar su trabajo”. “Los empleados no pueden trabajar a gusto porque sufren miedo por el comportamiento de muchas de estas personas, por no hablar del deterioro evidente de muchas instalaciones que provocan, especialmente los aseos”.
“Esta situación da una imagen deplorable del aeropuerto. Si Aena no hace más para proporcionar un entorno de trabajo seguro, algo a lo que están obligados por ley, que lo haga por dar la buena imagen que vende de sus aeropuertos”, concluye Aniceto Javier Armas.