Así se hace un falso original

La figura de Han van Meegeren fue el motor de arranque de El rey de bronce  (Contraluz, 2025), sexta novela del escritor valenciano Javier Alandes, que narra la planificación y desarrollo de una ambiciosa operación cuyo objetivo es tentar a un importante museo de arte clásico de Chicago con un busto de bronce datado en... Leer más La entrada Así se hace un falso original aparece primero en Zenda.

May 7, 2025 - 00:56
 0
Así se hace un falso original

Se llama falso original a la obra espuria que pretende haber salido de las manos de un autor ya fallecido. Son célebres los falsos Vermeer del pintor holandés Han van Meegeren que engañaron a los mayores expertos en falsificaciones, incluso a los nazis que adquirieron algunas de sus obras, lo que le causó graves problemas al finalizar de Segunda Guerra Mundial, como cuenta la película El último Vermeer, de Dan Friedkin. Se estima que alrededor del treinta por ciento de las piezas que se exhiben en los museos son falsos originales o copias muy logradas. Fake Art.

La figura de Han van Meegeren fue el motor de arranque de El rey de bronce  (Contraluz, 2025), sexta novela del escritor valenciano Javier Alandes, que narra la planificación y desarrollo de una ambiciosa operación cuyo objetivo es tentar a un importante museo de arte clásico de Chicago con un busto de bronce datado en el siglo IV aC que representa a Alejandro Magno. El único problema es que esa escultura no existe. Hay que crearla a partir de cero e incitar el deseo de poseerla entre los tiburones, dejando un rastro de sangre.

"Su crecimiento como narrador autodidacta (procede del mundo del emprendimiento) no le impide permanece fiel al estilo y las maneras que ya apuntaban en sus inicios"

Alandes tiene querencia por el mundo del arte. Un mundo de fuertes contrastes entre la belleza y el talento que encierra y el obsceno despliegue de cifras astronómicas que se moviliza en torno a él. Ambientes refinados y cosmopolitas que coexisten con tramas criminales. Después de recrear la vida de Goya —su abuelo atesoraba un carboncillo del pintor de la luz—, nos contó el épico traslado de las pinturas del Museo del Prado a Valencia durante la Guerra Civil, y en su siguiente título retrató el ocaso de Goya en su exilio de Burdeos, a través de la mirada de un joven sirviente. Con El rey de bronce salta del relato histórico al thriller ambientado en la época contemporánea y arma una estructura compleja a un ritmo muy dinámico que se desarrolla en dos tiempos: 2002 y 2022. Veinte años de por medio.

Su crecimiento como narrador autodidacta (procede del mundo del emprendimiento) no le impide permanece fiel al estilo y las maneras que ya apuntaban en sus inicios. Una prosa sobria y eficaz, ajustada a lo que cuenta, arropando el esqueleto, el tema artístico, con el nervio de la familia como elemento integrador y el músculo del héroe, pues sus protagonistas son personas proactivas que no se arredran ante los desafíos, aunque pugnen con sus demonios interiores.

«El infierno está vacío porque todos los demonios se hallan aquí». Esta frase de La tempestad, de Shakespeare, desempeña un papel de amuleto en la trama, una especie de código íntimo que intercambian el artista de ascendencia italiana, Francesco Santamarta, y su gran amigo Álvaro Balboa, un importante marchante que le convence para que lleve a cabo un falso original, nada menos que una pieza atribuida a Goya, El niño de la jarra. La falsificación es descubierta al cambiar el marco y Santamarta acaba en la cárcel, donde sufre un destino cruel.

"En unas bellas páginas se describe la transmutación alquímica del metal en arte"

Veinte años más tarde su hijo Luca emprende un sofisticado plan en el que involucra a su hermano pequeño, Enzo, a su tía Pietra, hermana melliza de su padre que padece una grave enfermedad, y a un joven hacker. Además, dos mujeres de distinto perfil, una joven abogada que usa «unas gafas de montura demasiado grande para su cara» y una ex miembro del CNN, rápida y certera para disparar. Tras conseguir unos cuantos millones con la venta de una empresa tecnológica, y reclutado su equipo, Luca se dispone a hacer realidad el complicado proyecto diseñado años atrás. Es joven, atractivo, un cerebrito que lo tiene todo muy bien pensado como ideólogo de la artística y monumental estafa. Primer paso: organizar una falsa excavación arqueológica para justificar la aparición de una escultura tan especial y codiciable y, acto seguido, conseguir un bronce genuino procedente del siglo IV aC. Para ello participan en subastas clandestinas en distintas ciudades europeas, en las que Pietra desempeña un papel esencial como dama aristocrática podrida de dinero y amante del arte clásico. Como en un arriesgado ejercicio circense, en un más difícil todavía, hay que encontrar a un artífice capaz de realizar el busto alejandrino, nomenclado además (con inscripción), que dé el pego y burle los avanzados métodos científicos que hoy día existen para detectar simulacros. Y aquí Alandes recurre a la realidad, más increíble a veces que la ficción, para recrear la figura del Maestro español, un genio del engaño al que se le atribuyen decenas de falsificaciones que dan gato por liebre. Luca lo localiza en un pueblo de Teruel, anciano, apartado del mundo, al cuidado de un hosco hombretón llamado Virgilio. El maestro acepta entonar lo que posiblemente será su canto del cisne y en unas bellas páginas se describe la transmutación alquímica del metal en arte, según ancestrales métodos al calor de un fuego infernal. «El infierno está vacío…».

"Alandes describe cómo el arte puede ser un arma de engaño y manipulación en manos equivocadas"

Todavía hay que dar un paso más en el alambre sin red que no voy a desvelar. Solo diré que Luca y su equipo funcionan como un mecanismo de relojería bien engrasado y sortean los obstáculos que se presentan en su camino, a veces forzando un poco los límites de la verosimilitud. Pero la historia engancha, sobre todo al adivinar que su meta no es el vil metal sino desfacer un viejo entuerto, un agravio que afectó a su familia, que se va desvelando gradualmente en la trama que se desarrolla en 2002, el motor de la intriga.

Alandes dice que en sus novelas cuenta las aventuras que le hubieran gustado vivir, y que en este caso su mayor desafío ha sido que su protagonista «es más inteligente que él». Luca es un héroe moderno, eficaz y expeditivo, pero también un ser herido, consciente de que lo que emprende, antes o después, acaba haciéndole daño, que ha crecido atrapado en una red de mentiras. Mantiene tensas relaciones con su hermano pequeño y se resiste a aceptar el amor que siente por la chica de las gafas demasiado grandes.

Alandes describe cómo el arte puede ser un arma de engaño y manipulación en manos equivocadas, «pero también me fascinaba la idea de que, incluso en un mundo dominado por la tecnología, el talento y la creatividad humana sigan marcando la diferencia». Aunque la novela rinde tributo al mundo del arte, incluidas sus tramas oscuras, no olvida a su prima hermana, la música, presente en casi todos los episodios, sonando en una gran variedad de gustos y estilos. Y al final surge la pregunta clave: «¿Qué es más importante: las emociones que inspira una obra de arte o la mano que la firma?». El lector es libre de dar la respuesta.

—————————————

Autor: Javier Alandes. Título: El rey de bronce. Editorial: Contraluz. Venta: Todostuslibros.

La entrada Así se hace un falso original aparece primero en Zenda.