Así se cultiva el orégano en maceta (y se disfruta con todo el sabor): te olvidarás para siempre de la versión seca
De todas las hierbas mediterráneas, el orégano es una de las más infravaloradas en maceta. Se da por hecho que basta con comprarlo seco en el súper, pero la versión fresca, bien cultivada, tiene un sabor y un aroma que no admite comparaciones. En realidad, no hace falta tener un huerto en la Toscana ni conocimientos de botánica: solo una maceta profunda, sol y un poco de constancia. A cambio, el orégano crecerá con vigor, aroma y esa rusticidad que lo hace tan agradecido. El primer paso es elegir un sustrato bien drenado, preferiblemente con algo de arena para evitar el exceso de humedad. Esta planta tolera mejor la sequía que el encharcamiento. Regar de más es el camino directo al desastre radicular. En Directo al Paladar Con unos simples palillos de los oídos: el sistema casero de riego que hace sombra a las macetas inteligentes y a los temporizadores Por otro lado, el orégano necesita muchas horas de sol, al menos seis diarias. Una terraza orientada al sur es el paraíso. En interior, conviene colocarlo lo más cerca posible de una ventana luminosa, aunque su aroma será más tímido. No exige fertilizantes frecuentes, pero sí una poda regular para estimular el crecimiento lateral. Cortar los tallos con tijeras limpias, dejando unos 10 centímetros permite que brote con más fuerza y se mantenga compacto. El momento preciso de la cosecha La cosecha debe hacerse antes de la floración, cuando las hojas están en su punto álgido de sabor. Si se deja florecer, el aroma se desvanece ligeramente, aunque las flores también tienen su encanto visual. Puede secarse fácilmente al aire y guardarse en un tarro hermético, pero el verdadero placer está en usarlo fresco, directamente desde la maceta al plato. Tiene más aceites esenciales y un toque cítrico que desaparece al deshidratarlo. En cuanto al invierno, conviene resguardarlo del frío intenso, sobre todo si está en el exterior. Es resistente, sí, pero no invulnerable. En climas templados, puede sobrevivir todo el año con mínimas precauciones. Y si el experimento sale bien, es probable que ya no vuelvas a mirar al orégano seco del supermercado con los mismos ojos y que decidas pasar de largo cuando topes con esos botes. Foto | Iqbal farooz y Mariya En DAP | Siete plantas para plantar ya mismo en tu jardín para mantener a raya los mosquitos este verano En DAP | Los tres productos que hay que ponerle a la planta de pimientos para que tenga una producción abundante - La noticia Así se cultiva el orégano en maceta (y se disfruta con todo el sabor): te olvidarás para siempre de la versión seca fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

De todas las hierbas mediterráneas, el orégano es una de las más infravaloradas en maceta. Se da por hecho que basta con comprarlo seco en el súper, pero la versión fresca, bien cultivada, tiene un sabor y un aroma que no admite comparaciones.
En realidad, no hace falta tener un huerto en la Toscana ni conocimientos de botánica: solo una maceta profunda, sol y un poco de constancia. A cambio, el orégano crecerá con vigor, aroma y esa rusticidad que lo hace tan agradecido.
El primer paso es elegir un sustrato bien drenado, preferiblemente con algo de arena para evitar el exceso de humedad. Esta planta tolera mejor la sequía que el encharcamiento. Regar de más es el camino directo al desastre radicular.
Por otro lado, el orégano necesita muchas horas de sol, al menos seis diarias. Una terraza orientada al sur es el paraíso. En interior, conviene colocarlo lo más cerca posible de una ventana luminosa, aunque su aroma será más tímido.
No exige fertilizantes frecuentes, pero sí una poda regular para estimular el crecimiento lateral. Cortar los tallos con tijeras limpias, dejando unos 10 centímetros permite que brote con más fuerza y se mantenga compacto.
El momento preciso de la cosecha
La cosecha debe hacerse antes de la floración, cuando las hojas están en su punto álgido de sabor. Si se deja florecer, el aroma se desvanece ligeramente, aunque las flores también tienen su encanto visual.
Puede secarse fácilmente al aire y guardarse en un tarro hermético, pero el verdadero placer está en usarlo fresco, directamente desde la maceta al plato. Tiene más aceites esenciales y un toque cítrico que desaparece al deshidratarlo.

En cuanto al invierno, conviene resguardarlo del frío intenso, sobre todo si está en el exterior. Es resistente, sí, pero no invulnerable. En climas templados, puede sobrevivir todo el año con mínimas precauciones.
Y si el experimento sale bien, es probable que ya no vuelvas a mirar al orégano seco del supermercado con los mismos ojos y que decidas pasar de largo cuando topes con esos botes.
Foto | Iqbal farooz y Mariya
En DAP | Siete plantas para plantar ya mismo en tu jardín para mantener a raya los mosquitos este verano
-
La noticia
Así se cultiva el orégano en maceta (y se disfruta con todo el sabor): te olvidarás para siempre de la versión seca
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Joana Costa
.