Pompeya revela el desesperado intento de una familia por escapar de la erupción del Vesubio

Las entrañas de Pompeya , eternamente custodiadas por las cenizas del Vesubio, siguen devolviendo escalofriantes relatos de sus últimos momentos. La reciente excavación de la Casa de Elle y Frisso, ricamente decorada, ha desenterrado una escena de angustiosa desesperación: una cama atravesada en la puerta de una habitación, un último y vano intento por protegerse de la furia incandescente que se abatía sobre la ciudad. «Fue posible reproducir el molde del lecho, tras identificar huecos en la ceniza solidificada, formados como resultado de la descomposición orgánica de la madera. Se vertió yeso en los huecos para reconstruir la forma de la cama, conservada como una huella en la ceniza», se lee en la nota del Parque Arqueológico de Pompeya. El hallazgo ofrece una ventana inédita a los instantes finales de una familia sorprendida por la erupción del 79 dC. Los arqueólogos han descubierto los restos de al menos cuatro individuos , entre ellos un niño. A este pertenece probablemente el amuleto infantil encontrado aquí. Se hacía llevar a los niños varones hasta la edad adulta. La colocación de la cama para bloquear la entrada de la habitación sugiere momentos de pánico y una desesperada búsqueda de refugio ante la lluvia de lapilli, las rocas volcánicas que se colaban a través de una abertura en el techo del atrio , diseñada originalmente para recoger el agua de lluvia. Paradójicamente, esa misma abertura se convirtió en la vía de entrada de la muerte . Los habitantes de la casa, en lugar de huir, buscaron un último refugio en una de las habitaciones, intentando sellar la entrada con el mueble más grande que tenían a mano. Los arqueólogos lograron incluso obtener un molde en yeso de la impronta del lecho, conservado durante siglos en la ceniza solidificada, revelando la forma de la improvisada barricada . Este detalle permite reconstruir la dinámica de los últimos momentos vividos en la casa. La Casa de Elle y Frisso, cuyo nombre deriva de un fresco mitológico que adorna una de sus paredes, revela también otros aspectos de la vida cotidiana en Pompeya. Se encontraba en una pared del triclinio (comedor). Representa a Frisso montando a Crisomallo y a su hermana Elle poco antes de ahogarse. El mito cuenta que Elle y Frisso se salvaron de la persecución de Ino volando a lomos de un carnero con un vellocino de oro pero, en el camino, Elle cayó al mar. El fresco representa el trágico momento de la muerte de Elle, que pide ayuda a su hermano. «La representación del relato mitológico es un ejemplo de una imaginería muy extendida de tragedias de hombres y mujeres, niñas y niños, víctimas de diversos cataclismos, aunque no podemos pasar por alto el hecho de que en el siglo I d C estas historias ya no tienen el significado religioso y cultural que habían tenido en la época arcaica y clásica», explica el Parque Arqueológico de Pompeya. Debemos suponer -concluye la nota- que su función en los hogares de las clases media y alta era principalmente el entretenimiento, la exhibición del estatus económico y cultural , y la 'belleza', que también se trasluce en esta domus de tamaño medio. También se descubrió un almacén de ánforas en un sótano, algunas de las cuales contenían 'garum' , una salsa de pescado muy habitual apreciada en la gastronomía romana. También se halló un conjunto de vasijas de bronce, un cucharón, una jarra, un cesto y una copa con forma de concha, objetos que hablan de las costumbres culinarias y el estatus social de sus habitantes. Curiosamente, la casa presentaba indicios de estar en proceso de renovación al momento de la erupción: umbrales removidos, ausencia de decoración en algunas áreas y rastros de cortes en la mampostería de la entrada. Gabriel Zuchtriegel , director del Parque Arqueológico de Pompeya, reflexiona sobre el significado de estos descubrimientos. «Excavar en Pompeya y visitarla significa confrontarse con la belleza del arte, pero también con la precariedad de la vida de todos nosotros. En esta pequeña casa exquisitamente decorada hemos encontrado las huellas de los habitantes que intentaron salvarse, bloqueando la entrada de un pequeño ambiente con una cama de la que hemos realizado el calco. Esto se debe a que desde la abertura del techo del atrio entraban los lapilli, las piedras volcánicas que amenazaban con invadir el espacio. No lo lograron, al final llegó la corriente piroclástica, un violento flujo de ceniza extremadamente caliente que llenó aquí, como en otros lugares, cada ambiente. Los temblores sísmicos ya habían hecho colapsar muchos edificios». El hallazgo de la Casa de Elle y Frisso añade un nuevo y estremecedor capítulo a la historia de la antigua ciudad romana. Permite vislumbrar los últimos actos de desesperación de personas atrapadas por la erupción del Vesubio. La cama atravesada en la puerta se convierte así no solo en un objeto arqueológico, sino también en un símbolo del instinto de supervivencia y de la lucha contra la furia de la naturaleza. En definitiva, un testimo

May 5, 2025 - 15:34
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Pompeya revela el desesperado intento de una familia por escapar de la erupción del Vesubio
Las entrañas de Pompeya , eternamente custodiadas por las cenizas del Vesubio, siguen devolviendo escalofriantes relatos de sus últimos momentos. La reciente excavación de la Casa de Elle y Frisso, ricamente decorada, ha desenterrado una escena de angustiosa desesperación: una cama atravesada en la puerta de una habitación, un último y vano intento por protegerse de la furia incandescente que se abatía sobre la ciudad. «Fue posible reproducir el molde del lecho, tras identificar huecos en la ceniza solidificada, formados como resultado de la descomposición orgánica de la madera. Se vertió yeso en los huecos para reconstruir la forma de la cama, conservada como una huella en la ceniza», se lee en la nota del Parque Arqueológico de Pompeya. El hallazgo ofrece una ventana inédita a los instantes finales de una familia sorprendida por la erupción del 79 dC. Los arqueólogos han descubierto los restos de al menos cuatro individuos , entre ellos un niño. A este pertenece probablemente el amuleto infantil encontrado aquí. Se hacía llevar a los niños varones hasta la edad adulta. La colocación de la cama para bloquear la entrada de la habitación sugiere momentos de pánico y una desesperada búsqueda de refugio ante la lluvia de lapilli, las rocas volcánicas que se colaban a través de una abertura en el techo del atrio , diseñada originalmente para recoger el agua de lluvia. Paradójicamente, esa misma abertura se convirtió en la vía de entrada de la muerte . Los habitantes de la casa, en lugar de huir, buscaron un último refugio en una de las habitaciones, intentando sellar la entrada con el mueble más grande que tenían a mano. Los arqueólogos lograron incluso obtener un molde en yeso de la impronta del lecho, conservado durante siglos en la ceniza solidificada, revelando la forma de la improvisada barricada . Este detalle permite reconstruir la dinámica de los últimos momentos vividos en la casa. La Casa de Elle y Frisso, cuyo nombre deriva de un fresco mitológico que adorna una de sus paredes, revela también otros aspectos de la vida cotidiana en Pompeya. Se encontraba en una pared del triclinio (comedor). Representa a Frisso montando a Crisomallo y a su hermana Elle poco antes de ahogarse. El mito cuenta que Elle y Frisso se salvaron de la persecución de Ino volando a lomos de un carnero con un vellocino de oro pero, en el camino, Elle cayó al mar. El fresco representa el trágico momento de la muerte de Elle, que pide ayuda a su hermano. «La representación del relato mitológico es un ejemplo de una imaginería muy extendida de tragedias de hombres y mujeres, niñas y niños, víctimas de diversos cataclismos, aunque no podemos pasar por alto el hecho de que en el siglo I d C estas historias ya no tienen el significado religioso y cultural que habían tenido en la época arcaica y clásica», explica el Parque Arqueológico de Pompeya. Debemos suponer -concluye la nota- que su función en los hogares de las clases media y alta era principalmente el entretenimiento, la exhibición del estatus económico y cultural , y la 'belleza', que también se trasluce en esta domus de tamaño medio. También se descubrió un almacén de ánforas en un sótano, algunas de las cuales contenían 'garum' , una salsa de pescado muy habitual apreciada en la gastronomía romana. También se halló un conjunto de vasijas de bronce, un cucharón, una jarra, un cesto y una copa con forma de concha, objetos que hablan de las costumbres culinarias y el estatus social de sus habitantes. Curiosamente, la casa presentaba indicios de estar en proceso de renovación al momento de la erupción: umbrales removidos, ausencia de decoración en algunas áreas y rastros de cortes en la mampostería de la entrada. Gabriel Zuchtriegel , director del Parque Arqueológico de Pompeya, reflexiona sobre el significado de estos descubrimientos. «Excavar en Pompeya y visitarla significa confrontarse con la belleza del arte, pero también con la precariedad de la vida de todos nosotros. En esta pequeña casa exquisitamente decorada hemos encontrado las huellas de los habitantes que intentaron salvarse, bloqueando la entrada de un pequeño ambiente con una cama de la que hemos realizado el calco. Esto se debe a que desde la abertura del techo del atrio entraban los lapilli, las piedras volcánicas que amenazaban con invadir el espacio. No lo lograron, al final llegó la corriente piroclástica, un violento flujo de ceniza extremadamente caliente que llenó aquí, como en otros lugares, cada ambiente. Los temblores sísmicos ya habían hecho colapsar muchos edificios». El hallazgo de la Casa de Elle y Frisso añade un nuevo y estremecedor capítulo a la historia de la antigua ciudad romana. Permite vislumbrar los últimos actos de desesperación de personas atrapadas por la erupción del Vesubio. La cama atravesada en la puerta se convierte así no solo en un objeto arqueológico, sino también en un símbolo del instinto de supervivencia y de la lucha contra la furia de la naturaleza. En definitiva, un testimonio conmovedor.