Mata mua: Érase una vez
Su lectura ha significado un reencuentro íntimo conmigo mismo; como si al abrir sus páginas abriese también el cajón de recuerdos de una infancia costumbrista, donde los museos eran territorio exclusivo de adultos, reservado a una élite intelectual y burguesa. En esa reminiscencia, en blanco y negro, resaltan los colores de los huertos sevillanos: el... Leer más La entrada Mata mua: Érase una vez aparece primero en Zenda.

Recientemente ha llegado a mis manos una lectura que el tiempo parecía haber olvidado, un cuento que combina arte y valores: Mata mua, de la autora Rebeca Olcina Yuguero.
En esa reminiscencia, en blanco y negro, resaltan los colores de los huertos sevillanos: el verde lorquiano, el naranja embriagador del azahar y el amarillo intenso de los limoneros, que colorean los marcos de Paul Gauguin, el ilustrador de renombre de esta historia. La autora recibe su obra como un gran regalo que da título a su cuento y lo ilustra.
En lo que se refiere al arte, siempre he sido fiel al hiperrealismo de Antonio López, o a los retratos de soledad en la vida estadounidense contemporánea de Edward Hopper. Nunca logré acomodarme a los colores de los impresionistas, que tanto celebran los visitantes del Museo de Orsay, buscando la vida bohemia de soñadores parisienses que se refugiaron en el culto a Montmartre, un santuario de artistas que no deja indiferente a coleccionistas de arte. Este cuento reabre ese capítulo de pinceladas excéntricas llenas de color. Con su lectura, he viajado al paraíso de Paul Gauguin en su Tahití amado, y he comprendido —quizás por primera vez— sus gustos primitivos y un tanto simbólicos. Una pintura, diría, apropiada, para los que se adentran en este mundo pictórico y repleto de emociones.
La autora ha buscado hilar el arte con unos valores de actualidad, y más necesarios de lo que realmente pensamos: la inclusión, el compañerismo, la generosidad frente al egoísmo, tan inherente al ser humano. Un mensaje claro para las generaciones venideras, como legado de conciencia y belleza.
No deseo desvelar la trama, solo invitar a descubrirla. Tal como su autora sugiere, este cuento debe ser buscado en el templo donde habita, junto a la obra que enmarca su portada, replicada también, en un magnífico mural en la entrada del Museo Thyssen, cuya mecenas es nuestra Carmen Thyssen.
Por último, hablar de su autora como una nueva voz, cuyo espíritu joven y artístico aspira a tender puentes entre arte, literatura y valores. Su deseo es que este cuento se convierta en una herramienta educativa, accesible a instituciones educativas de toda índole, llegando a cualquier rincón del mundo sin recovecos, siendo accesible al mayor número posible de niños, especialmente a aquellos que, por distancia u otra circunstancia, no pueden acercarse al arte en su estado más puro.
En sus primeras páginas encontramos una cita de Hans Christian Andersen, subrayando que “todo lo que miras puede convertirse en un cuento de hadas”.
Y así, efectivamente, lo logra. Una magistral manera de contar cuentos.
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Autor: Rebeca Olcina Yuguero. Título: Mata Mua. Editorial: Círculo Rojo. Venta: CClibros
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