La novela que nació de un videoclip

Este thriller cuenta la historia de un fotógrafo que retrata a una mujer que preferiría permanecer oculta. La imagen se hace viral y, poco después, ella aparece muerta. Al indagar en su pasado, el fotógrafo descubre que, treinta años antes, Rosa había participado en un videoclip icónico en los 90.

En este making of Rafa Luján cuenta el origen de Ana que fue pop (AdN).

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Depeche Mode iban a aparecer en la novela, pero eran demasiado conocidos. Como protagonista me pareció más sugerente una de las modelos que salen en el vídeo. Me fascinaba su doble naturaleza, a caballo entre la fama y el anonimato, entre la fantasía y la realidad. Le puse de nombre Ana y empecé a especular. Quienquiera que fuese esa mujer, había sido testigo y partícipe de un hito del pop, pero nadie se acordaba de ella. ¿Cómo sería hoy? ¿De qué manera le habría afectado salir en aquel videoclip? ¿Y si había tenido una vida terrible?

Con esto ya había un concepto y un título, Ana que fue pop. Ahora me faltaba todo lo demás.

Tenía claro que mi historia debía arrancar en el presente, treinta años después del rodaje. Ana se habría convertido en una mujer que llevaría una vida corriente. Millones de personas habrían visto su cara en YouTube, pero jamás la habrían reconocido en la actualidad. Hasta que, por algún motivo, el secreto se descubriría.

Ahí es cuando nació Uri, el otro protagonista, cuya misión era provocar este descubrimiento. Lo inventé como fotógrafo porque yo mismo soy aficionado a la fotografía y suelo hacer fotos a desconocidos. Ese sería el detonante de la historia: una foto cualquiera, un día cualquiera. Pero como guionista, mi trabajo consiste en tomar una situación cotidiana como esa, convertirla en excepcional e imaginar la consecuencia más sugerente de esa excepcionalidad. ¿Qué podría pasar por culpa de la foto? Tenía que ser algo que moviese al fotógrafo a investigar, así que opté por lo más potente: la muerte. Uri hace un retrato y la retratada se muere. ¿Cómo no va a sentir curiosidad por su pasado?

De pronto me había metido de lleno en el género negro. La cosa iba tomando forma.

El siguiente paso era encontrar una estructura. Decidí usar una línea temporal para cada personaje, una en 2019 para la investigación de Uri, y otra en 1989 para el videoclip de Ana. Eso colocaría al lector en una posición privilegiada, porque sabría cosas del pasado de Ana que ella misma desconocía. Es un mecanismo muy eficaz de suspense.

En el caso de la trama de Uri, opté por narrar en primera persona para transmitir inmediatez. Pero también porque me permitía introducir el matiz de la subjetividad. Uri no iba a ser un detective, iba a ser un fotógrafo. Y como tal, se movería siempre entre la verdad y la mentira. Para él las fotos serían siempre una manipulación que, sin embargo, transmitirían impresión de solidez. Esa idea de la construcción de la verdad sobre una realidad escurridiza me pareció perturbadora.

En la otra trama utilizaría la tercera persona. Decidí que Ana iba a ser víctima de su marido, y pensé que un tono más distante se ajustaría mejor a los horrores que tendría que describir. La violencia de género en la España de los años ochenta sería uno de los temas principales de la novela, y sentí que un estilo crudo haría reflexionar al lector sobre cuánto hemos mejorado… o no.

Para los escenarios busqué lugares que subrayasen esa dualidad que tanto me gustaba de Ana, entre lo inventado y lo real, entre el presente y el pasado. Por eso decidí que ubicaría la acción en Campohermoso, un pueblo de colonización en Almería que se creó hace solo 60 años. O en Fort Bravo, el set donde se rueda el videoclip, porque es un sitio real que solo existe en las películas.

Por supuesto, en una historia sobre videoclips tenía que haber música. A mí me interesa el pop como una radio que está siempre encendida. Quería que la novela respirara esa atmósfera y se me ocurrió que cada capítulo tuviese una canción. Como melómano que soy, pude permitirme un montón de guiños. Pero lo interesante es que estas canciones no sólo se escuchan, sino que influyen en los acontecimientos y los hacen avanzar.

Así fui escribiendo capítulos, uno tras otro, y el videoclip de “Personal Jesus” fue perdiendo relevancia. Al final, en la novela salen los Depeche y sale el rodaje, y estoy seguro de que mi yo-de-quince-años habría disfrutado esos capítulos. Pero en Ana que fue pop la protagonista es Ana. Porque de eso se trataba desde el principio: de darle la vuelta a la fórmula y que, por una vez, la figurante no fuese anónima.

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Autor: Rafa Luján. Título: Ana que fue pop. Editorial: AdN. Venta: Todos tus libros.

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