La fragilidad

Juan Jacinto Muñoz-Rengel (1974) extrae oro de nuestras cabezas en La transmigración (AdN, 2025), maravillosa y aterradora novela acerca de la eterna dualidad entre mente y cuerpo, que se devora con la fruición de un thriller, se paladea como las mejores preguntas filosóficas y se atesora en el recuerdo como lo que es: un ejercicio... Leer más La entrada La fragilidad aparece primero en Zenda.

May 2, 2025 - 05:09
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La fragilidad

Decía Novalis (1772-1801) que «solo hay un templo en el mundo, y es el cuerpo humano». No está mal como concepto, sobre todo si es usted afín al epicureísmo. Pero lo cierto es que la afirmación del poeta y filósofo alemán puede pecar de eso, de romántica, cuando se piensa en la realidad de los cuerpos. Porque hay cuerpos que duelen. Cuerpos ancianos y cuerpos pequeños. Hay cuerpos deformes, heridos y humillados. Cuerpos que mueren. No hay quien se libre de alguno —o varios— de ellos. ¿Somos, entonces, solo eso? ¿Un conjunto de órganos embutidos en un traje corpóreo? Y de existir el alma, la conciencia, el espíritu o como queramos llamarlo… ¿está atada indisolublemente a ese saco de carne y huesos?

Juan Jacinto Muñoz-Rengel (1974) extrae oro de nuestras cabezas en La transmigración (AdN, 2025), maravillosa y aterradora novela acerca de la eterna dualidad entre mente y cuerpo, que se devora con la fruición de un thriller, se paladea como las mejores preguntas filosóficas y se atesora en el recuerdo como lo que es: un ejercicio honesto de auténtica literatura.

"Con un estilo ágil y minucioso, que no renuncia a la riqueza léxica y al cuidado de los matices propios de un maestro, el autor se erige en arquitecto de una metáfora de situación exquisita"

¿De qué va? Imagine que se marea, se cae y pierde el conocimiento. Al despertar no lo hace en su propio cuerpo. Imagine el shock, la confusión, el terror puro que emana de no reconocer las manos artríticas que ahora tiran de unas mejillas arrugadas, que se mesan el pelo ralo o golpean esa tripa grotesca. Imagine contemplar a su antiguo yo desde otros ojos, miopes y con cataratas; no contemplar en absoluto, porque son los ojos de un ciego. Que hay pechos colgantes donde antes no había nada, o que de repente posee un falo flácido y molesto. Ahora imagine todo lo contrario: la aparición involuntaria en un cuerpo joven y vibrante, preparado para las acrobacias, el sexo, el trabajo duro, la violencia, el amor. Como llevamos carrerilla, imagine que ese nuevo cuerpo se encuentra en la otra punta del mundo; si antes se disponía usted a fregar los platos en la cocina de su piso de Lavapiés, ahora está tirado en una calle de Tokio y no entiende una palabra de lo que los demás —con el mismo rostro desencajado que usted, las mismas facciones y color de piel— le gritan. Vamos, no hemos llegado hasta aquí para detenernos: usted sigue en su sitio, pero es a su pareja o a su hijo —de cualquier edad— a quienes nota… ¿cambiados? Como si por dentro no fueran ellos mismos. Como si los habitase un extraño. Pues bien: Muñoz-Rengel ha imaginado todo esto y mucho más con una precisión escandalosa.

Los personajes —médicos, madres, influencers, científicos y matarifes, entre otros— tratan de adaptarse a una realidad global a la que parece imposible adaptarse. Habrá quien intente reunirse con los suyos a toda costa, quien sucumba al miedo, quien reaccione con rabia o aproveche la oportunidad para liberar sus más bajos instintos —el mal existe y siempre lo hará. Por eso mismo tampoco faltará quien elija luchar por seguir adelante, conservar cuanto había de bueno en lo viejo y redefinirse en este nuevo escenario mutante.

"La transmigración lo hace valiéndose de la brutalidad, la ternura, el humor, el miedo, la empatía o la confianza, y manteniendo una tensión que apenas dará respiro"

Con un estilo ágil y minucioso, que no renuncia a la riqueza léxica y al cuidado de los matices propios de un maestro, el autor se erige en arquitecto de una metáfora de situación exquisita: ¿somos cuerpo o somos mente? ¿Ambas cosas? ¿Qué queda de nosotros si una de las dos deja de casar con la otra? La paradoja de Teseo hecha página, y página apasionante, porque hace falta un dominio excelso de los recursos narrativos, es necesario haber vivido, amado, sentido y temido —esto último, sobre todo— para alumbrar una obra así.

Muñoz-Rengel nos ha acostumbrado a historias desbordantes de imaginación, y sigue avanzando a hombros de gigantes; las conexiones con José Saramago (1922-2010) —su brillantez discursiva y la excepcionalidad para enfrentar el hecho fantástico— son anchas y robustas, como deslumbrante resulta el uso del dificilísimo narrador cósmico de Jorge Luis Borges (1899-1986), que fluctúa como si nada entre segundas y terceras personas. Deudora de ficciones como La carretera (2006), de Cormac McCarthy (1933-2023) —¿cuánto durará la llama de la humanidad contra el frío de la destrucción?—, o el Apocalipsis (1978) de Stephen King (1947) —¿puede un grupo de elegidos surgir de las cenizas?—, esta aventura de reencarnaciones y moderna metempsicosis también bebe del pesimismo existencial de H.P. Lovecraft (1890-1937) —porque, ¿qué importamos nosotros ante la vastedad del cosmos?

"Nos impele a preguntarnos qué significa ser humano, desdibuja las líneas entre géneros, edades, clases y procedencias y se pregunta por la huella que dejamos"

No es fácil que un libro ponga a prueba nuestra relación con la vulnerabilidad —la propia y la ajena—, y que nos obligue a repensar el cuerpo de la mujer y el enfermo, el trato que damos a nuestros mayores y a nuestros niños, la crueldad infinita que exhibimos frente al resto de animales, o la incomprensión hacia quienes viven identidades distintas a las normativas. La transmigración lo hace valiéndose de la brutalidad, la ternura, el humor, el miedo, la empatía o la confianza, y manteniendo una tensión que apenas dará respiro.

En tiempos de prédica transhumanista, donde cada vez más piensan que pronto podremos descargar nuestra conciencia en servidores al más puro estilo Black Mirror, en un mundo fascinado por la aparente omnipotencia de la inteligencia artificial, y que coquetea con recuperar viejas leyes —la del talión o la del más fuerte— Muñoz-Rengel ha elegido hablarnos de la fragilidad. Nos impele a preguntarnos qué significa ser humano, desdibuja las líneas entre géneros, edades, clases y procedencias y se pregunta por la huella que dejamos. Como también —al margen de cuerpos y almas— deberíamos estar haciendo el resto.

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Autor: Juan Jacinto Muñoz-Rengel. Título: La transmigración. Editorial: AdN. Venta: Todos tus libros.

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