Es la mejor serie de Netflix que casi nadie conoce. Un festín para fans de Tarantino que vuelve loco a Stephen King y tiene una temporada 2 espectacular

La segunda temporada de la serie alemana de Netflix 'Kleo' vuelve a la carga con Jella Haase metiéndose en la piel de una ex-asesina de la Stasi, más introspectiva y con mucho más sentido del humor que antes. Ambientada el tumultuoso periodo entre la caída del Muro de Berlín y la reunificación alemana, la serie sigue siendo una mezcla explosiva de acción con estilo y comedia negra, pero esta vez se centra más en la historia personal de Kleo. Tras el brutal final de la primera temporada, Kleo se ve arrastrada de nuevo al mundo del espionaje internacional cuando la misteriosa maleta roja, que contiene secretos de Estado cruciales, vuelve a convertirse en el centro de atención. Pero esta vez, la búsqueda está más ligada a su propio pasado, por lo que deberá descubrir recuerdos de infancia enterrados hace mucho tiempo y reconectar con su madre, de la que lleva años distanciada. El escritor Stephen King se declaró fan en X, comentando: "¡Qué bocanada de aire fresco! Suspense y también muy divertida. Sin embargo, me pregunto de dónde saca Kleo todo el dinero. Volar a Mallorca no debe haber sido barato, ni siquiera en 1989. Bueno, simplemente disfrútala". En su primera entrega recordaba no sólo a ‘Nikita’, ‘Kick-Ass’ o ‘Kill Bill’, sino a series también de asesinos a sueldo retirados, como la más reciente, ‘The Old Man’, su narrativa encajaba con todas las historias de venganza desde ‘El Conde de Montecristo’ en adelante, todo ello aderezado con un pequeño toque a lo ‘Deutschland 83’. Ahora, los creadores de la serie, Hanno Hackfort, Richard Kropf y Bob Konrad, han dejado de lado la venganza para centrarse más en los personajes. Los primeros capítulos nos narraron el caos político de una Alemania cambiante, pero en la segunda entrega se examina cómo estos cambios afectan a Kleo a nivel personal. Como antigua agente de un Estado socialista en bancarrota, debe afrontar no sólo su misión, sino también su identidad en un mundo en rápida transformación. Jella Haase sigue brillando como Kleo, pasando de ser una máquina de matar a una persona vulnerable, y su interpretación capta tanto las capacidades letales del personaje como su anhelo casi infantil de conexión y afecto. Más humor y excelencia visual La capacidad de Haase para transformarse completamente durante las misiones encubiertas añade otra capa a su ya complejo personaje. El resto del reparto también está a la altura. Dimitrij Schaad vuelve a hacer de Sven Petzold, el ex-policía que se convierte en el compañero de fatigas de Kleo, y su química es ahora el mejor as de la serie, ya que el lado más tonto de Sven contrasta con el estoicismo de Kleo. Vuelve también el personaje de Julius Feldmeier, Thilo, el compañero de piso de Kleo que siempre está colocado y cree que es de otro planeta, es un alivio cómico y, sorprendentemente, se ve incluido en la trama de una forma que mezcla de forma genial sus visiones con la inclusión de la CIA en todo el tinglado. En Espinof Las 16 mejores miniseries de Netflix La segunda temporada mantiene el estilo visual distintivo de la serie, con colores vibrantes que contrastan con la arquitectura brutalista del Berlín posterior al Muro. El diseño de producción capta a la perfección el ambiente de la época, desde las localizaciones prácticas hasta el vestuario y el atrezzo cuidadosamente elegidos. La serie amplía su ámbito geográfico más allá de Berlín, llevando a los espectadores a Belgrado y Moscú, mostrando impresionantes decorados en cada lugar. El humor también está mucho más presente en esta temporada, en la que las improbables escaramuzas de Kleo se convierten casi en una sucesión de gags slapstick. Aunque esto puede decepcionar a los espectadores que preferían el tono más serio de la primera, añade una capa de autoconciencia que hace que los momentos más extravagantes de la serie sean más aceptables. ‘Kleo’ no se toma demasiado en serio a sí misma, ni siquiera cuando aborda temas de peso como la traición, la identidad y la agitación política. La trama puede resultar repetitiva a veces, sobre todo en su primera mitad, y la dependencia de las coincidencias y las secuencias oníricas para hacer avanzar la historia puede poner a prueba la paciencia. El mayor secreto del pasado de Kleo La fórmula establecida se mantiene en gran medida sin cambios, lo que podría hacer que algunos desarrollos de trama sean predecibles, pero lo que diferencia a ‘Kleo’ de otras series similares no es tanto su trama, que al final está plagada de Macguffins, sino su perspectiva única de un momento crucial de la historia alemana. A través del viaje de Kleo, la serie explora la compleja transición del socialismo al capitalismo, mostrando cómo este cambio político masivo afectó a los individuos a nivel personal. El enfoque multilingüe de la serie, con personajes que alternan con naturalidad entre el alemán, el

Feb 16, 2025 - 15:07
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Es la mejor serie de Netflix que casi nadie conoce. Un festín para fans de Tarantino que vuelve loco a Stephen King y tiene una temporada 2 espectacular

Es la mejor serie de Netflix que casi nadie conoce. Un festín para fans de Tarantino que vuelve loco a Stephen King y tiene una temporada 2 espectacular

La segunda temporada de la serie alemana de Netflix 'Kleo' vuelve a la carga con Jella Haase metiéndose en la piel de una ex-asesina de la Stasi, más introspectiva y con mucho más sentido del humor que antes. Ambientada el tumultuoso periodo entre la caída del Muro de Berlín y la reunificación alemana, la serie sigue siendo una mezcla explosiva de acción con estilo y comedia negra, pero esta vez se centra más en la historia personal de Kleo.

Tras el brutal final de la primera temporada, Kleo se ve arrastrada de nuevo al mundo del espionaje internacional cuando la misteriosa maleta roja, que contiene secretos de Estado cruciales, vuelve a convertirse en el centro de atención. Pero esta vez, la búsqueda está más ligada a su propio pasado, por lo que deberá descubrir recuerdos de infancia enterrados hace mucho tiempo y reconectar con su madre, de la que lleva años distanciada. El escritor Stephen King se declaró fan en X, comentando:

"¡Qué bocanada de aire fresco! Suspense y también muy divertida. Sin embargo, me pregunto de dónde saca Kleo todo el dinero. Volar a Mallorca no debe haber sido barato, ni siquiera en 1989. Bueno, simplemente disfrútala".

En su primera entrega recordaba no sólo a ‘Nikita’, ‘Kick-Ass’ o ‘Kill Bill’, sino a series también de asesinos a sueldo retirados, como la más reciente, ‘The Old Man’, su narrativa encajaba con todas las historias de venganza desde ‘El Conde de Montecristo’ en adelante, todo ello aderezado con un pequeño toque a lo ‘Deutschland 83’. Ahora, los creadores de la serie, Hanno Hackfort, Richard Kropf y Bob Konrad, han dejado de lado la venganza para centrarse más en los personajes.

Los primeros capítulos nos narraron el caos político de una Alemania cambiante, pero en la segunda entrega se examina cómo estos cambios afectan a Kleo a nivel personal. Como antigua agente de un Estado socialista en bancarrota, debe afrontar no sólo su misión, sino también su identidad en un mundo en rápida transformación. Jella Haase sigue brillando como Kleo, pasando de ser una máquina de matar a una persona vulnerable, y su interpretación capta tanto las capacidades letales del personaje como su anhelo casi infantil de conexión y afecto.

Más humor y excelencia visual

La capacidad de Haase para transformarse completamente durante las misiones encubiertas añade otra capa a su ya complejo personaje. El resto del reparto también está a la altura. Dimitrij Schaad vuelve a hacer de Sven Petzold, el ex-policía que se convierte en el compañero de fatigas de Kleo, y su química es ahora el mejor as de la serie, ya que el lado más tonto de Sven contrasta con el estoicismo de Kleo. Vuelve también el personaje de Julius Feldmeier, Thilo, el compañero de piso de Kleo que siempre está colocado y cree que es de otro planeta, es un alivio cómico y, sorprendentemente, se ve incluido en la trama de una forma que mezcla de forma genial sus visiones con la inclusión de la CIA en todo el tinglado.

La segunda temporada mantiene el estilo visual distintivo de la serie, con colores vibrantes que contrastan con la arquitectura brutalista del Berlín posterior al Muro. El diseño de producción capta a la perfección el ambiente de la época, desde las localizaciones prácticas hasta el vestuario y el atrezzo cuidadosamente elegidos. La serie amplía su ámbito geográfico más allá de Berlín, llevando a los espectadores a Belgrado y Moscú, mostrando impresionantes decorados en cada lugar. El humor también está mucho más presente en esta temporada, en la que las improbables escaramuzas de Kleo se convierten casi en una sucesión de gags slapstick.

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Aunque esto puede decepcionar a los espectadores que preferían el tono más serio de la primera, añade una capa de autoconciencia que hace que los momentos más extravagantes de la serie sean más aceptables. ‘Kleo’ no se toma demasiado en serio a sí misma, ni siquiera cuando aborda temas de peso como la traición, la identidad y la agitación política. La trama puede resultar repetitiva a veces, sobre todo en su primera mitad, y la dependencia de las coincidencias y las secuencias oníricas para hacer avanzar la historia puede poner a prueba la paciencia.

El mayor secreto del pasado de Kleo

La fórmula establecida se mantiene en gran medida sin cambios, lo que podría hacer que algunos desarrollos de trama sean predecibles, pero lo que diferencia a ‘Kleo’ de otras series similares no es tanto su trama, que al final está plagada de Macguffins, sino su perspectiva única de un momento crucial de la historia alemana. A través del viaje de Kleo, la serie explora la compleja transición del socialismo al capitalismo, mostrando cómo este cambio político masivo afectó a los individuos a nivel personal. El enfoque multilingüe de la serie, con personajes que alternan con naturalidad entre el alemán, el ruso y el inglés, sigue dando autenticidad a su intriga internacional.

La segunda temporada concluye con un final suficientemente cerrado para satisfacer a los curiosos, pero deja la puerta abierta a posibles entregas futuras con un cliffhanger de libro. Aunque no alcanza el nivel de su predecesora en impacto narrativo, consigue ampliar el mundo de la serie en seis episodios divertidísimos, con una mejora en su dimensión visual, con iluminaciones y diseño de arte que se convierten ya en tratados cromáticos de surrealismo onírico que va más allá de la adecuación de época a la que nos tiene acostumbrados.

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La segunda temporada de ‘Kleo’ mantiene un ritmo ágil que evita que sus elementos más raritos se hagan pesados. Aunque puede que no abra nuevos caminos en el género del thriller de espionaje, su combinación de estilo, humor y contexto histórico, anclada en la convincente interpretación de Haase, demuestra que la originalidad en televisión no siempre consiste en reinventar la rueda, sino en ejecutar elementos conocidos con cierto estilo y convicción, ahora ya solo falta que Netflix publicite mejor sus joyas escondidas, porque ni con el algoritmo a favor se ha enterado demasiada gente.

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La noticia Es la mejor serie de Netflix que casi nadie conoce. Un festín para fans de Tarantino que vuelve loco a Stephen King y tiene una temporada 2 espectacular fue publicada originalmente en Espinof por Jorge Loser .