Daniela Forever: Un viaje emocional que se pierde en su propia complejidad

¿Vale la pena ver Daniela Forever? Descubre en nuestra crítica si la nueva película de Nacho Vigalondo logra emocionar o se pierde en su propia premisa. Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com

Mar 5, 2025 - 17:03
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Daniela Forever: Un viaje emocional que se pierde en su propia complejidad

El director Nacho Vigalondo nos tiene acostumbrados a propuestas que desafían los límites del género, y con Daniela Forever vuelve a sumergirse en la ciencia ficción con una historia de amor, pérdida y obsesión. Sin embargo, a pesar de contar con una premisa intrigante y un reparto liderado por Henry Golding y Beatrice Grannò, la película se tambalea entre la introspección emocional y una ejecución que deja varios cabos sueltos.

Un drama de ciencia ficción con ecos de grandes referentes

Desde su anuncio, Daniela Forever despertó expectativas por su planteamiento: un hombre destrozado por la muerte de su novia accede a un programa experimental que le permite recrear sus recuerdos con ella en un mundo de sueños lúcidos. La comparación con títulos como Eternal Sunshine of the Spotless Mind y Inception era inevitable, y aunque la película toma inspiración de estas obras, su desarrollo termina perdiéndose en un mar de ideas que nunca terminan de cuajar.

La película nos introduce a Nicolás (Henry Golding), un DJ que vive en Madrid y que, tras la trágica pérdida de Daniela (Beatrice Grannò), cae en una profunda depresión. Cuando se le ofrece la oportunidad de participar en un ensayo clínico que le permite revivir momentos con su amada a través de los sueños, Nicolás se sumerge en un mundo onírico que poco a poco se convierte en su única realidad.

La estética: un punto fuerte con matices

daniela forever fotograma

Uno de los mayores aciertos de Daniela Forever es su propuesta visual. La cinematografía de Jon D. Dominguez juega con los formatos y paletas de colores para diferenciar la realidad de los sueños. La vida real de Nicolás se presenta con una relación de aspecto 4:3, con colores apagados y una estética de videocámara de los años 90, mientras que el mundo de los sueños se abre en widescreen, con imágenes nítidas y colores vibrantes. Esta decisión ayuda a construir una atmósfera envolvente, aunque en algunos momentos la transición entre ambos mundos se siente más forzada de lo necesario.

Un guion ambicioso pero con falta de dirección

La premisa de Daniela Forever es sin duda atractiva, pero el guion de Vigalondo no logra desarrollar todo su potencial. En su primera mitad, la película construye de manera efectiva el dolor de Nicolás y su progresivo escape hacia el mundo de los sueños. Sin embargo, conforme avanza la historia, la narrativa se vuelve cada vez más dispersa, presentando giros que, en lugar de aportar, terminan restando impacto emocional.

Uno de los principales problemas del film es la falta de conflicto real. Aunque se nos plantea que Nicolás está atrapado en su mundo onírico, las consecuencias de sus acciones nunca se sienten lo suficientemente graves como para generar tensión. La exploración del control dentro de los sueños y su impacto en la psique del protagonista queda relegada a meros apuntes, sin la profundidad que la historia requería.

Las actuaciones: entre lo sólido y lo desaprovechado

Henry Golding entrega una interpretación convincente como Nicolás, transmitiendo con precisión la desesperación de un hombre que ha perdido todo sentido de la realidad. Sin embargo, su personaje se ve limitado por un guion que no le permite profundizar en sus conflictos internos de manera efectiva.

Por su parte, Beatrice Grannò brilla en el papel de Daniela, aunque su personaje a veces se siente más como una proyección que como una persona real. Su rol dentro de los sueños de Nicolás recuerda a Samantha en Her, con una presencia que se vuelve cada vez más autónoma. No obstante, la película nunca explora del todo esta posibilidad, desaprovechando un elemento que pudo haber elevado la narrativa.

Un tercer acto que pierde el rumbo

daniela forever fotograma

Si bien la primera mitad de Daniela Forever logra captar la atención, su tercera parte se desmorona con una serie de decisiones que debilitan el impacto de la historia. La película introduce varios conceptos interesantes sobre la naturaleza de los sueños y la memoria, pero en lugar de explorarlos a fondo, se enreda en una conclusión que no termina de cerrar con coherencia.

Los giros finales intentan sorprender al espectador, pero en lugar de generar una respuesta emocional poderosa, dejan la sensación de que la historia simplemente no supo cómo finalizar. La falta de un clímax sólido y la resolución apresurada hacen que la experiencia global de la película se sienta insatisfactoria.

¿Vale la pena ver Daniela Forever?

A pesar de sus fallos, Daniela Forever sigue siendo una propuesta interesante dentro del cine de ciencia ficción. Su estética cuidada, la premisa intrigante y las interpretaciones de Golding y Grannò la convierten en una experiencia visualmente atractiva. Sin embargo, su guion irregular y su tercer acto descuidado hacen que la película no alcance el nivel de otras historias similares.

Si eres fan del cine de Vigalondo o disfrutas de relatos que juegan con los límites de la realidad y la memoria, Daniela Forever podría resultarte una opción entretenida. Sin embargo, si buscas una historia bien estructurada y emocionalmente impactante, es posible que esta película no cumpla con todas tus expectativas.

Puedes ver las entrevistas que hicimos al equipo a continuación:

Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com