Cinco poemas de José Naveiras
Este poemario es una panorámica que refleja la convivencia del ser humano con el medioambiente; una mirada imaginaria y cruda que nos aporta la naturaleza y el colapso al que se acerca. Los bosques y ríos habitan sus lugares en colores imposibles para otorgarles una voz escombraria, llena de imágenes reconocibles por la realidad a... Leer más La entrada Cinco poemas de José Naveiras aparece primero en Zenda.

Este poemario es una panorámica que refleja la convivencia del ser humano con el medioambiente; una mirada imaginaria y cruda que nos aporta la naturaleza y el colapso al que se acerca. Los bosques y ríos habitan sus lugares en colores imposibles para otorgarles una voz escombraria, llena de imágenes reconocibles por la realidad a la que sometemos a nuestro planeta.
En Zenda reproducimos cinco poemas de De lo que acontece a la orilla del caudaloso río que atraviesa nuestra ciudad (Ya lo dijo Casimiro Parker), de José Naveiras.
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Acontecimiento II
Los perros rojos siempre observan el norte,
desde la orilla sur del caudaloso río que atraviesa nuestra ciudad.
No ladran, solo observan. No se sabe muy bien qué.
Aparecen la primera mañana del día 3 de marzo.
Cuando el 6 de abril el último pingüino amarillo ha hecho ¡puf!, todos los perros rojos alzan sus hocicos hacia el cielo,
desde la orilla sur del caudaloso río que atraviesa nuestra ciudad,
y comienzan a inspirar con fuerza como si quisieran llevarse todo el olor que dejaron los pingüinos amarillos.
*
Acontecimiento VIII
Sesenta y tres gatos
de color rosa
avanzan desde el sur
en formación de
nueve filas por
siete columnas.
Lo hacen en diagonal,
al unísono,
cruzan sus patas delanteras
de forma acompasada y marcial.
Cuando llegan hasta la orilla
del caudaloso río que atraviesa
nuestra ciudad
se dispersan.
Recorren la ciudad
y buscan las pantallas
electrónicas que cada
uno de nosotros
tenemos en nuestros hogares.
Se colocan delante
y ya no nos permiten
realizar nuestro trabajo,
ni ver nuestros
programas de televisión favoritos.
Algunos, los de un color rosa
más oscuro, fucsia,
se tumban sobre los libros
de aquellos que leen.
Comienza un largo
fin de semana
y todos salimos al
parque más cercano
o a pasear a la orilla
del caudaloso río que atraviesa
nuestra ciudad.
*
Acontecimiento XIII
Los aviones vuelan
todos en uve.
Despiertan a los zorros transparentes
con sus zumbidos perennes.
Migran a otras tierras
más azules.
Suena el último zumbido de la última bandada de aviones
y los zorros transparentes comienzan
a sangrar flores multicolor
y solo por eso sabemos que caminan.
Entonces hay un cambio de viento
y este suena a pianos.
Ella me toma la mano,
yo la beso.
Juntas escuchamos las notas
del viento y nos recreamos en los
caminos multicolor que los zorros
transparentes han creado.
El tiempo crece y el amor es hoy latón.
Bésame
a esta orilla
del caudaloso río
que atraviesa nuestra ciudad.
*
Acontecimiento XVII
Ayer se nos apareció
el cantante levitando
con máximas que salían de sus labios
con triángulos tatuados
en el espacio del tercer ojo
hablando de los hombres
y de los huecos que hablan
del perdón a los nadie.
Al lado se nos apareció la poeta
que no le daba réplica
sino que nos contaba sus propios amargos
y por qué deben ser los llantos
y los fríos, sobre todos los fríos
y el porqué de los dolores
o de los ecos.
Una ya no recuerda.
Tampoco entiende,
ni sabe de porqués,
ni si es el bardo la pensadora
o si es ella
quien nos canta.
Solo sabemos que
se escucha una melodía
desde la otra orilla
del caudaloso río
que atraviesa nuestra ciudad.
*
Acontecimiento XXII
Y caminar sobre la yerba que el próximo agosto se encargará de dorar. Llegar al puente que cruza el caudaloso río que atraviesa nuestra ciudad y parar a mirar. Mirar. Mirar. Solo mirar y oler, más que escuchar, oler el plomo que hay sobre nuestras cabezas del que huyen las asustadas gotas hacia el perenne aluminio que está a nuestros pies. Oler. Oler. Lo que la humedad hace con las madreselvas y con la parda tierra. Con las raíces de los prisioneros árboles y con los lomos de las bestias. Oler. Oler. Cómo escapan las flores o las vergüenzas. Oler. Oler. Lo que la estrellas provocan en las alas de las aves, en los pensamientos de los pingüinos. Mirar. Mirar. Cómo caen silenciosas las gotas causando torbellino, revelando el sin sentido. Mirar. Mirar. Cómo la hamaca muere por abandono y como los tréboles confiesan sus secretos a la lluvia. Mirar. Mirar. La desaparición del sol en vida, la arena con su vientre marchito parar. Oler. Oler. La ceniza y sus cambios de color, la verdad antes de llegar a cualquier boca. Oler. Oler. Las manos cuando tocan un cuerpo, el tiempo que regresa violento. Oler. Oler. La lápida que se convirtió en camino y las pupilas jugando a ser viento.
Mirar. Mirar.
El amor,
solo el amor,
tan solo el amor,
el amor solo,
solo tanto amor.
*
José Naveiras nace en el Cementerio de la Almudena, en Madrid. Durante veintidós años este será el lugar donde crecer, jugar, llorar, reír, alimentarse… Aprende a montar en bicicleta entre tumbas y juega al fútbol en la entrada principal del cementerio más neogótico de la Comunidad de Madrid. Lleva con orgullo su amor por el cementerio que le crio y por el barrio, La Elipa, que le vio crecer. Actualmente, una de las cosas con las que más disfruta es viajando en moto.
Artista polifacético, hace fotografía, cocina, escribe poesía y prosa y hace alguna cosa como diseñador gráfico. Ha publicado siete libros de poesía y dos de narrativa. También ha sido editor llevando un par de editoriales de poesía y actualmente dirige y financia una revista de poesía que lleva por nombre Atentado celeste. Anteriormente llevó varios proyectos similares como las revistas poéticas Es hora de embriagarse y Feliz el cerdo. Además, participa en la dirección de la revista de relatos Al otro lado del espejo.
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Autor: José Naveiras. Título: De lo que acontece a la orilla del caudaloso río que atraviesa nuestra ciudad. Editorial: Ya lo dijo Casimiro Parker. Venta: Todostuslibros.
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