Olga Ravn: Los empleados
Idioma original: danésTítulo original: De ansatteAño de publicación: 2018Traducción: Victoria AlonsoValoración: para mí, recomendableSi digo que esta novela supone una deconstrucción posmoderna de la ciencia-ficción cultivada por Stanislaw Lem y Philip K. Dick, más de uno y una entre quienes nos leen se mosquearán por: Considerarme un pedantuelo gafapástico con ganas de dar la nota.Considerarme un hereje provocador con ganas de dar la nota.Considerarme un gilipollas, sin más. Con ganas de dar la nota, eso sí...Y probablemente todas las opciones sean ciertas. Pero es que, además, estaría mintiendo o, cunado menos, siendo bastante inexacto porque:No hay ninguna deconstrucción, sino que nos encontramos ante una narración fragmentada en múltiples testimonios emitidos por un número igualmente indeterminado de declarantes y que, en principio, pueden dar una apariencia caótica, pero que en verdad nos van guiando de manera firme por toda la narración, hasta su desenlace.Cierto que es una novela de Ciencia-Ficción "blanda" que deriva por momentos hacia una metafísica algo difusa, expresando los personajes -es decir, los declarantes o testigos a los que me he referido- sus dudas sobre su identidad, la fiabilidad de sus recuerdos o la finalidad de su misión. Si esto no os recuerda a la narrativa de Lem y de Dick, indiscutibles -y fundamentales- autores de Ciencia-Ficción, ya me diréis...Por otra parte, tanto Philip K. Dick como Stanislaw Lem ya resultan suficientemente posmodernos-; de hecho, no se puede serlo más-, aunque sus nombres no se encuentren en los tratados de literatura "seria". Así que hacer una deconstrucción, construcción o doble tirabuzón de sus obras sería redundante.Resumen resumido: la nave seis mil, procedente de la Tierra, se encuentra cerca del ¿planeta? llamado Reciente Descubrimiento, con el propósito de recoger posibles hallazgos -objetos- y trasladarlos a la nave. Tales objetos, de imprecisa naturaleza -no queda claro si se trata de seres vivos o no, o siquiera si se pueden definir de esta forma- se custodian en salas que bien se podrían considerar museísticas -algunos de estos objetos se dirían más instalaciones de arte contemporáneo que entes extraterrestres- y ejercen una difusa pero innegable influencia sobre los tripulantes de la nave que entran ellas. Tripulantes o, mejor aún, empleados, entre los que se encuentran tanto humanos como otros de apariencia humana, fabricados ya adultos y dotados de un software que incluye falsos recuerdos (¿a alguien le suena esta idea?); tanto unos como otros van prestando sus testimonios a un comité encargado por la empresa u organismo que les ha enviado allí -Homebase- de investigar y/o registrar lo que acontece en la nave. O tal vez se trate de un procedimiento estándar de Recursos Humanos - es decir, humanos y con apariencia humana-, que cosas más raras se han visto, incluso en nuestra prosaica realidad; en todo caso, son estos testimonios los que componen la novela, a modo de pequeños "capítulos" (lo entrecomillo porque tampoco es que se trate de eso, exactamente, ya digo que con una apariencia más desordenada de lo que lo están, en realidad,Es cierto que esta premisa lo mismo valdría para una novela de Ci-Fi más especulativa u otra con un tono humorístico, de terror, ciberpunk o lo que sea... Pero lo que hace Olga Ravn es, en primer lugar, dotarla de un tono sutilmente poético, en el que cobran gran importancia las impresiones sensoriales, tanto las inmediatas, parece que estimuladas por los objetos, como aquéllas que han quedado impresas en la memoria de los empleados. En segundo término, más que en las peripecias espaciales de los tripulantes de la nave seis mil la novela se centra en las relaciones entre ellos y, sobre todo, en la asunción o alienación de su humanidad por unos y otros; los humanos parecen cada vez sentir menos su condición, mientras que sus compañeros de apariencia humana van tomando conciencia de serlo... El resultado es una novela un tanto inasible -sobre todo al principio-, recorrida por un aliento poético, si que éste llegue a estomagar o a condicionar en exceso la lectura. pero sí que deja un poso en la misma, un aire entre existencialista y onírico que puede resultar del gusto de muchos lectores 7as, aunque también espantar a otros. de ahí la valoración que he puesto en esta reseña; no se trata de que , en mi opinión, esta novela sea recomendable (obviamente, siempre es según mi opinión), sino que me parece recomendable para gente que tenga un gusto y un interés no digo similares a los míos, pero sí en sintonía con ellos y, sobre todo, en sintonía con lo que nos propone Olga Ravn. A quien así le ocurra, la novela no le decepcionará.
Título original: De ansatte
Año de publicación: 2018
Traducción: Victoria Alonso
Valoración: para mí, recomendable
Si digo que esta novela supone una deconstrucción posmoderna de la ciencia-ficción cultivada por Stanislaw Lem y Philip K. Dick, más de uno y una entre quienes nos leen se mosquearán por:
- Considerarme un pedantuelo gafapástico con ganas de dar la nota.
- Considerarme un hereje provocador con ganas de dar la nota.
- Considerarme un gilipollas, sin más. Con ganas de dar la nota, eso sí...
- No hay ninguna deconstrucción, sino que nos encontramos ante una narración fragmentada en múltiples testimonios emitidos por un número igualmente indeterminado de declarantes y que, en principio, pueden dar una apariencia caótica, pero que en verdad nos van guiando de manera firme por toda la narración, hasta su desenlace.
- Cierto que es una novela de Ciencia-Ficción "blanda" que deriva por momentos hacia una metafísica algo difusa, expresando los personajes -es decir, los declarantes o testigos a los que me he referido- sus dudas sobre su identidad, la fiabilidad de sus recuerdos o la finalidad de su misión. Si esto no os recuerda a la narrativa de Lem y de Dick, indiscutibles -y fundamentales- autores de Ciencia-Ficción, ya me diréis...
- Por otra parte, tanto Philip K. Dick como Stanislaw Lem ya resultan suficientemente posmodernos-; de hecho, no se puede serlo más-, aunque sus nombres no se encuentren en los tratados de literatura "seria". Así que hacer una deconstrucción, construcción o doble tirabuzón de sus obras sería redundante.