40 años de Hombres G, la banda que derrotó al 'hate' analógico
Mojabragas, pijos, blandengues, cursis, maricas... En los ochenta y noventa, menos mal que no había redes sociales, Hombres G eran la diana más agujereada del 'hate' musical en este país. Cuanto más éxito tenían, más se les insultaba y menospreciaba. Pero con el tiempo, los argumentos de aquellos odiadores analógicos quedaron obsoletos, mientras ellos vivían una segunda, tercera y hasta cuarta juventud. La caterva de 'haters' de Hombres G no entendía, o mejor dicho no quería entender lo más básico del fenómeno fan. No eran sólo gente de a pie, también se incluían periodistas y colegas de profesión, y para todos ellos, tener hordas de chicas gritando a tu alrededor era sinónimo de pusilánime, de vendido. Pero qué buenos son los Beatles oye. Es cierto que algunas melodías de Hombres G cantaban un poco a copia y pega, pero su brillantez pop no tiene vuelta de hoja. Porque no son uno, dos ni tres himnos inmortales los que dejan como legado. Es gracias al poderío de esos hits que siguen llenando estadios en España y América (del sur y del norte, valgan sus 'sold out' en el Madison Square Garden como ejemplo), y también que sus detractores se hayan rendido y dejen de verlos como una banda de niñatos, algunos de ellos llegando incluso a aceptarlos como 'placer culpable' y, con el tiempo, a reconocer su valía. ¿Cuántos grupos españoles pueden decir que están en su mejor momento 40 años después de nacer? ¿Alguien puede mencionar tan sólo uno? David Summers, Javier Molina y Daniel Mezquita eran amigos desde niños, y a Rafael Gutiérrez lo conocieron en 1982 haciendo 'playbacks' en los coros de los artistas que actuaban en el programa Aplauso de Televisión Española, en este caso Antonio y Carmen, los niños de Rocío Dúrcal y Junior. Ese mismo año formaron Hombres G. Los Bonitos Redford, La Burguesía Revolucionaria o Los Residuos fueron los primeros nombres de banda con los que probaron, pero en 1983 se decidieron por Hombres G y lanzaron un par de singles. La leyenda empezó a escribirse el 11 de marzo de 1985 , cuando Hombres G debutaron con un álbum producido por Paco Trinidad. Las canciones habían sido previamente rechazadas por las multinacionales CBS y RCA, que no las quisieron porque según ellos no tenían ningún futuro comercial (estuvieron tan acertados como Decca con los Beatles), y finalmente se publicaron en el sello Twins propiedad de Paco Martín con una portada de lo más bizarra que reproducía una imagen de la película 'El profesor chiflado' protagonizada por Jerry Lewis y Stella Stevens. Ese año vendió 50.000 copias, y actualmente esa cifra ya se ha multiplicado por diez. Para celebrar el 40º aniversario del disco con el que empezó todo, Hombres G publicarán el 11 de abril un nuevo álbum titulado '¿Por qué no ser amigos?' , en el que el grupo madrileño reinterpreta algunos de sus grandes éxitos junto con artistas nacidos y criados durante estas cuatro décadas, como Beret, Álvaro de Luna, Marlon, Carin León, Morat , Marc Seguí, Nil Moliner o Reik. «'Hombres G' fue nuestro primer disco homónimo y sin dudarlo el que nos cambió la vida para siempre», explica uno de los guitarristas del grupo, Dani Mezquita. «Aunque nos conocíamos desde niños, apenas llevábamos dos años como grupo musical intentando destacar con nuestras canciones en un Madrid vibrante en plena efervescencia cultural y social, marcada por la transición hacia la democracia». En enero de 1985, «con nuestra inexperiencia, pero con una gran energía y pasión», asegura, la banda encontró la oportunidad de grabar y mezclar el que sería su primer LP en tan sólo diez días, «y sin saberlo, sentar las bases de una nueva etapa de gran dinamismo en la música en español». Grabado en los estudios Trak de Madrid y con el «exorbitante» coste de un millón de pesetas, bromea Mezquita, su primera colección de canciones, entre las que se encuentran 'Venezia' o 'Devuélveme a mi chica' , quedaron registradas para la posteridad en este disco «sin saber que 40 años después esas mismas canciones seguirían batiendo récords en las plataformas digitales, no solo en España si no también en medio mundo», se vanagloria el guitarrista. «No solo creamos un gran primer disco al que le seguirían muchos más llenos de éxitos, sino que también los cuatro iniciamos una profunda amistad que mantenemos y que es clave para permanecer con la energía y un estilo en el que siempre hemos querido ser únicos».
Mojabragas, pijos, blandengues, cursis, maricas... En los ochenta y noventa, menos mal que no había redes sociales, Hombres G eran la diana más agujereada del 'hate' musical en este país. Cuanto más éxito tenían, más se les insultaba y menospreciaba. Pero con el tiempo, los argumentos de aquellos odiadores analógicos quedaron obsoletos, mientras ellos vivían una segunda, tercera y hasta cuarta juventud. La caterva de 'haters' de Hombres G no entendía, o mejor dicho no quería entender lo más básico del fenómeno fan. No eran sólo gente de a pie, también se incluían periodistas y colegas de profesión, y para todos ellos, tener hordas de chicas gritando a tu alrededor era sinónimo de pusilánime, de vendido. Pero qué buenos son los Beatles oye. Es cierto que algunas melodías de Hombres G cantaban un poco a copia y pega, pero su brillantez pop no tiene vuelta de hoja. Porque no son uno, dos ni tres himnos inmortales los que dejan como legado. Es gracias al poderío de esos hits que siguen llenando estadios en España y América (del sur y del norte, valgan sus 'sold out' en el Madison Square Garden como ejemplo), y también que sus detractores se hayan rendido y dejen de verlos como una banda de niñatos, algunos de ellos llegando incluso a aceptarlos como 'placer culpable' y, con el tiempo, a reconocer su valía. ¿Cuántos grupos españoles pueden decir que están en su mejor momento 40 años después de nacer? ¿Alguien puede mencionar tan sólo uno? David Summers, Javier Molina y Daniel Mezquita eran amigos desde niños, y a Rafael Gutiérrez lo conocieron en 1982 haciendo 'playbacks' en los coros de los artistas que actuaban en el programa Aplauso de Televisión Española, en este caso Antonio y Carmen, los niños de Rocío Dúrcal y Junior. Ese mismo año formaron Hombres G. Los Bonitos Redford, La Burguesía Revolucionaria o Los Residuos fueron los primeros nombres de banda con los que probaron, pero en 1983 se decidieron por Hombres G y lanzaron un par de singles. La leyenda empezó a escribirse el 11 de marzo de 1985 , cuando Hombres G debutaron con un álbum producido por Paco Trinidad. Las canciones habían sido previamente rechazadas por las multinacionales CBS y RCA, que no las quisieron porque según ellos no tenían ningún futuro comercial (estuvieron tan acertados como Decca con los Beatles), y finalmente se publicaron en el sello Twins propiedad de Paco Martín con una portada de lo más bizarra que reproducía una imagen de la película 'El profesor chiflado' protagonizada por Jerry Lewis y Stella Stevens. Ese año vendió 50.000 copias, y actualmente esa cifra ya se ha multiplicado por diez. Para celebrar el 40º aniversario del disco con el que empezó todo, Hombres G publicarán el 11 de abril un nuevo álbum titulado '¿Por qué no ser amigos?' , en el que el grupo madrileño reinterpreta algunos de sus grandes éxitos junto con artistas nacidos y criados durante estas cuatro décadas, como Beret, Álvaro de Luna, Marlon, Carin León, Morat , Marc Seguí, Nil Moliner o Reik. «'Hombres G' fue nuestro primer disco homónimo y sin dudarlo el que nos cambió la vida para siempre», explica uno de los guitarristas del grupo, Dani Mezquita. «Aunque nos conocíamos desde niños, apenas llevábamos dos años como grupo musical intentando destacar con nuestras canciones en un Madrid vibrante en plena efervescencia cultural y social, marcada por la transición hacia la democracia». En enero de 1985, «con nuestra inexperiencia, pero con una gran energía y pasión», asegura, la banda encontró la oportunidad de grabar y mezclar el que sería su primer LP en tan sólo diez días, «y sin saberlo, sentar las bases de una nueva etapa de gran dinamismo en la música en español». Grabado en los estudios Trak de Madrid y con el «exorbitante» coste de un millón de pesetas, bromea Mezquita, su primera colección de canciones, entre las que se encuentran 'Venezia' o 'Devuélveme a mi chica' , quedaron registradas para la posteridad en este disco «sin saber que 40 años después esas mismas canciones seguirían batiendo récords en las plataformas digitales, no solo en España si no también en medio mundo», se vanagloria el guitarrista. «No solo creamos un gran primer disco al que le seguirían muchos más llenos de éxitos, sino que también los cuatro iniciamos una profunda amistad que mantenemos y que es clave para permanecer con la energía y un estilo en el que siempre hemos querido ser únicos».
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