4 poemas góticos

Las piezas que componen esta antología hablan de amor y muerte, lanzan insinuaciones sobrenaturales y transcurren en atmósferas inquietantes. Son, claro, versos de quienes cultivaron el género más tenebroso de cuantos existen: el gótico.

En Zenda reproducimos cuatro poemas —William Shakespeare, Charlote Mew, Thomas Hardy y Anne Brontë— de Amores eternos: Poesía gótica (Alba).

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Soneto 4

William Shakespeare

Juventud derrochadora, ¿por qué inviertes
solo en ti la herencia de tu belleza?
El legado de la naturaleza no regala, solo presta,
y pródiga como es solo ofrece a los generosos.

Entonces, hermosa tacaña, ¿por qué abusas de
la generosa abundancia que se entregó para repartir?
Empobrecido usurero, ¿por qué no empleas,
tan enorme suma de sumas para vivir?

Al mercadear solo contigo mismo,
tú y solo tú a tu yo más dulce engañas.
Y cuando la naturaleza te anuncie la partida,
¿qué saldo favorable podrás presentar?

La belleza desaprovechada te acompañará a la tumba
la misma que, bien aprovechada, sería tu albacea.

***

El camino que conduce a Kerity

Charlote Mew

¿Te acuerdas de los dos ancianos que dejamos
atrás en el camino que conduce a Kerity?
Descansaban sobre las piedras, junto a la cuneta húmeda,
y nos miraron con sus ojos sin luz,
bajo la lluvia racheada, antes de volver a ensimismarse
en las rocas y en la prolongada línea blanca de la corriente.
Esos fantasmas helados un día fueron niños,
recién casados, padre y madre
y ahora nos escrutan con ojos gélidos.
¿Alguna vez te cruzaste con presencias tan frías o tan viejas?
Pero nosotros, abrazados, no permitimos
que nos alcanzase el frío

***

La voz

Thomas Hardy

Mujer que tanto extraño, cómo, cómo me llamas,
diciendo que ahora ya no eres como eras
después de haber dejado de ser para mí todo,
sino como al principio, en nuestros días bellos.

¿Puedes ser tú a quien oigo? Déjame verte, entonces,
erguida como cuando llegaba a la ciudad
donde tú me esperabas; sí, como te vi entonces,
incluso en el vestido azul original.

¿O es tan solo la brisa, en su apatía, que viene
hasta aquí atravesando las húmedas praderas,
para siempre disuelta tú en pálida inconsciencia,
ya nunca más oída ni lejos ni cerca?

Así yo, avanzando, vacilante,
las hojas cayendo a mi alrededor,
el viento del norte rezumando entre los espinos
y la mujer llamándome.

***

Noche

Anne Brontë

Amo la silenciosa hora de la noche,
cuando pueden surgir sueños maravillosos
que revelan a mi vista hechizada
lo que mis ojos despiertos no pueden consagrar.

Entonces hallo en mi oído voces
que años atrás silenció la muerte,
y la esperanza y el éxtasis pueden manifestarse
en el sitio de la soledad y las aflicciones.

Lleva años fría en la tumba
la forma que alegraba mis ojos,
solo los sueños pueden regresar
al viejo amor de mi corazón.

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Autor: VVAA. Título: Amores eternos: Poesía gótica. Editorial: Alba. Venta: Todos tus libros.

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