Serrat, Soler y los pájaros

El contacto del cantautor con el narrador ocurre a un año exacto de la estrepitosa caída que sufrió Joaquín Sabina (12 de febrero de 2020) hacia el foso del escenario en el WiZink Center de Madrid, lo que le ocasionó una fractura en el hombro izquierdo y un derrame cerebral. La gira No hay dos... Leer más La entrada Serrat, Soler y los pájaros aparece primero en Zenda.

Mar 6, 2025 - 06:57
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Serrat, Soler y los pájaros

El 12 de febrero de 2021, cuando España vivía el pico de la tercera ola de coronavirus, entre toques de queda y la realidad atrapada entre las paredes de los pisos y apenas a dos meses de comenzada la campaña de vacunación, Jordi Soler recibió un correo de Joan Manuel Serrat en el que le preguntaba si todavía conservaba el mismo número de teléfono.

El contacto del cantautor con el narrador ocurre a un año exacto de la estrepitosa caída que sufrió Joaquín Sabina (12 de febrero de 2020) hacia el foso del escenario en el WiZink Center de Madrid, lo que le ocasionó una fractura en el hombro izquierdo y un derrame cerebral. La gira No hay dos sin tres de los dos grandes, Serrat y Sabina, tuvo que ser suspendida.

"Un tiempo atrás, Serrat manifestó su deseo de conocer a Jordi Soler tras la lectura de Los rojos de ultramar, sobre el exilio republicano en México"

Al mes de la caída de Sabina, mediante Real Decreto del 14 de marzo de 2020, se oficializa la pandemia de coronavirus en España. Estos dos eventos, la suspensión de la gira y el arribo de la peste, ocasionaron que Serrat se recluyera y meditara mucho sobre la vida y el sentido de su profesión. Trascurrido un año, Serrat declararía haber pasado varios meses sin componer: “Yo siempre he necesitado una razón para escribir, no cuatro versos, pero si vas a escribir ya unas canciones es para subirlas a los escenarios y cantarlas. Si no ¿quién las va a escuchar?”.

En ese estado reflexivo, forzado por las circunstancias, sus hábitos cambiaron:

“Me he dedicado mucho este año a ver crecer los árboles, ver lo que les pasa. También tengo una gran relación con todos los pájaros que viven alrededor de mi casa y me he convertido en un lector insistente: todos los libros que pensaba que se quedarían en las estanterías van cayendo”.

He allí la palabra clave: “pájaros”, que daría lugar a Y uno se cree (Alfaguara, 2025), la última obra (de no ficción) de Jordi Soler, en cuya portada aparecen las fotos de Serrat y Soler entre colores de jungla en forma de tucán y, al fondo, pájaros que surcan el cielo.

"En el referido correo seguido de la llamada telefónica, Serrat le comenta a Soler que le había gustado mucho un pasaje de su novela Ese príncipe que fui"

Un tiempo atrás, Serrat manifestó su deseo de conocer a Jordi Soler tras la lectura de Los rojos de ultramar (Alfaguara, 2004), sobre el exilio republicano en México. Como se sabe, Serrat es el más literario de los cantautores nacidos en España, no solo por el brillo de sus letras sino porque muchas se basan en poemas, desde Antonio Machado a Joan Salvat-Papasseit. De ese primer encuentro se forjó una amistad entre los dos artistas que se fue consolidando con otros encuentros en restaurantes en Barcelona en los que, para asombro de Soler, Serrat siempre pedía una mesa en el medio, a la vista de todo el mundo: la fama normalizada en una Barcelona discreta con las celebridades, la ciudad de las mil caras con su moral estereofónica, como afirma Soler.

En el referido correo seguido de la llamada telefónica (curiosamente desde México), Serrat le comenta a Soler (en Barcelona) que le había gustado mucho un pasaje de su novela Ese príncipe que fui (Alfaguara, 2015), en el que se refiere a varias especies de aves de la selva veracruzana de La Portuguesa en México, donde Soler creció compenetrado con el entramado de migrantes catalanes: “… las plumas multicolores de su capa de tucanes, de guacamayas, de cotorras y de colibríes, de periquitos…”. A esta enumeración se suman cuatro pájaros cuyos nombres (xoconaztlis, xirimicuiles, xirimicuatícuaros y xirimiticuaticolorodícuaros) son inventados por un narrador obsesionado con las palabras y su musicalidad. Admitida su fabulación, Serrat le dice:

—Estaba pensado que de ese párrafo podría salir una canción, ¿te animarías a escribirla?

Según podemos leer en las 108 páginas que conforman este bálsamo de libro para el espíritu, Joan Manuel Serrat está situado en el pináculo de un triángulo de “Juanes” que conforman la tríada (Santísima Trinidad) del narrador. Los otros dos iconos, desde la distancia de la selva mexicana, son el futbolista Johan Cruyff (de quien recibió siendo niño un autógrafo enviado desde Barcelona); y Juan Marsé (con quien entablaría años más tarde una estrecha amistad una vez mudado Soler a Barcelona y convertidos en colegas de oficio).

"Jordi Soler agrega pinceladas sobre su estilo de escritura, y se torna algo metaliterario al juntarlo con el hecho de escribir una canción para un cantautor que es un poeta"

El narrador mexicano, que también ha sido DJ y locutor de radio, siempre fue adorador del rock progresivo, por lo que de buenas a primeras el enamoramiento con la música de Serrat podría parecer una paradoja. Ello se debe a que los discos de Serrat eran el cordón umbilical que daba sentido al idioma de sus abuelos y a la tribu barcelonesa exiliada de la Guerra Civil.

Soler admite que el impulso vital iniciático como escritor recae en el álbum que Serrat compuso con los poemas de Miguel Hernández, y que oyó hasta la desintegración. Además, las canciones de Serrat —que él y su hermano Joan se sabían de memoria— fueron lo que permitió la clemencia del director de la escuela para que pudieran matricularse en el colegio en Veracruz. Serrat, en suma, era un farol para aquellos que se fueron de su tierra natal.

El desarrollo de la premisa central del libro alterna —más o menos de manera simétrica— un capítulo en el presente en el proceso de escribir la letra de la canción con uno del pasado, durante la niñez, adolescencia y vida adulta por parte del autor en México. Jordi Soler agrega pinceladas sobre su estilo de escritura, y se torna algo metaliterario al juntarlo con el hecho de escribir una canción para un cantautor que es un poeta.

"Tal vez sin la llegada de la pandemia Serrat no se hubiese fijado tanto en los pájaros alrededor de su casa y no habría ocurrido la llamada a Soler el 12 de febrero de 2021"

Dice Antonio Muñoz Molina —incluyéndose en esta afirmación— que los narradores son como la infantería de ejército de la literatura. Los poetas por ende tienen la precisión de un caza bombardero. Ese ejemplo lo vemos en cómo va evolucionando la canción encomendada desde la prosa poética de Soler hacia la poesía pura de Serrat. La letra inicial propuesta por Soler crece a medida que se reduce, rebaja y se sustituye por palabras más atinadas en esta edificante negociación filológica. Soler admitió en la presentación a casa llena en La Central de la calle Mallorca en Barcelona que sostenía una conexión afectiva con Artemisa; el personaje central de su novela En el reino del toro sagrado (Alfaguara, 2024): se la imaginaba caminando con frutas en su cabeza y pájaros a su alrededor. Serrat, sin embargo, defenestra el título de “La reina de la selva” por el de “Un manto de pájaros”. Cuando el cantautor le manda una estrofa pulida y le pregunta qué le parece, Soler le responde: “Me parece cojonudo”. Serrat hace magia con las palabras.

¿Y qué ocurre luego de tantos intercambios de correos —algunos reproducidos en el libro—, llamadas, mensajes, reuniones que son una lección de perseverancia y altísimos niveles de exigencia de ambos? Joan Manuel Serrat decide hacer su última gira, El vicio de cantar (1965-2022). La canción se vio así truncada, interrumpida, inconclusa.

El 7 de febrero de 2025 la editorial publicó en sus redes un mensaje filmado de Serrat: “Empezamos a desarrollar una historia que está muy avanzada desde hace más de dos años y que no hemos llegado a terminar. Espero que en un futuro muy cercano seamos capaces de poder presentarles esta historia”. Tal vez sin la llegada de la pandemia Serrat no se hubiese fijado tanto en los pájaros alrededor de su casa y no habría ocurrido la llamada a Soler el 12 de febrero de 2021. Las peores tragedias pueden traer cosas muy buenas: el libro de Soler y la promesa de una canción.

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Autor: Jordi Soler. Título: Y uno se cree. Editorial: Alfaguara. Venta: Todos tus libros.

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