Sebastian Stan no entendía un chiste de Thunderbolts

Thunderbolts ya está arrasando en los cines y está gustando gracias a su tono agridulce y momentos de acción intensa, pero hay una escena concreta que ha llamado la atención por su inesperado sentido del humor. Curiosamente, uno de sus protagonistas, Sebastian Stan, no entendió en absoluto el chiste… Hasta que vio la reacción del público.

Durante una entrevista concedida a Entertainment Weekly tras el estreno mundial de Thunderbolts, Sebastian Stan confesó que intentó convencer al director Jake Schreier de eliminar una escena que ahora se ha vuelto viral: el momento en que Bucky limpia su brazo de Vibranium en el lavavajillas. El gesto, tan doméstico como absurdo, ha hecho reír a millones de espectadores, pero el propio actor pensó que era un error.

«Le dije directamente a Jake: No entiendo por qué esto es gracioso. No lo necesitas. Es una tontería», reveló Sebastian Stan.

Lo que para él parecía fuera de tono, hoy es una de las imágenes más comentadas de la película. Pero para entender por qué este pequeño detalle ha causado tanto revuelo, hay que repasar el camino de Bucky Barnes en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM).

Del Soldado de Invierno al antihéroe más humano del UCM

Sebastian Stan debutó como James Buchanan “Bucky” Barnes en Capitán América: El primer vengador (2011), y desde entonces se ha convertido en una de las figuras más complejas y queridas del UCM. Su evolución como Soldado de Invierno, desde el control mental de Hydra hasta su redención como parte de los Vengadores, ha estado marcada por el trauma, la culpa y la búsqueda de identidad.

A lo largo de las películas, Bucky ha sido un personaje con poco espacio para el humor. Sus escenas suelen ser dramáticas, intensas, con pocos momentos de respiro. Por eso, ver al personaje ensuciar su camiseta blanca y lavar su brazo como si fuera un plato sucio resulta sorprendente. Y ahí está el chiste.

Un gag doméstico que revela más de lo que parece

El momento ocurre al principio de Thunderbolts, cuando vemos por primera vez el hogar de Bucky. La escena tiene un aire casi documental: el superhéroe lleva una vida sencilla, come comida rápida y se enfrenta a un problema muy mundano. El brazo metálico se le ensucia, y lo mete al lavavajillas. Literalmente.

«Jake me dijo: Quizá estés comiendo algo y eso simplemente se derrame por todas partes. Y yo pensé: ¿En serio? ¿Eso va a pasar?», recuerda Sebastian Stan. «Pero ahora lo entiendo. Es gracioso, tengo que admitirlo».

La anécdota es más que un simple gag. Funciona porque humaniza a un personaje que siempre ha sido percibido como estoico, frío y atormentado. Ver a Bucky lidiar con manchas de comida no solo genera risa, también crea cercanía con el público.

El humor como herramienta narrativa en el UCM

Marvel ha sabido equilibrar la épica con el humor desde sus inicios. Desde las ironías de Tony Stark hasta los comentarios sarcásticos de Rocket, los fans ya están acostumbrados a que los héroes tengan un lado cómico. Sin embargo, ese humor tiene que ser coherente con la evolución del personaje, y eso es lo que Thunderbolts logra con Bucky.

Aunque Sebastian Stan dudaba, el director Jake Schreier sabía que esa escena tenía algo especial. No solo se convirtió en uno de los momentos destacados del marketing, sino que el público la celebró como una de las secuencias más entrañables de la película.

Thunderbolts arranca con fuerza, aunque con un matiz

El estreno de Thunderbolts ha sido sólido, aunque no tan explosivo como otras entregas del UCM. Con 74,3 millones de dólares recaudados en su primer fin de semana en EE. UU., la película se posiciona como un éxito moderado, pero sus excelentes críticas y el boca a boca están impulsando su recorrido en taquilla.

Bucky Barnes de Sebastian Stan es fundamental en Thunderbolts

A pesar de los superpoderes, el brazo de Vibranium y su pasado como asesino, Bucky Barnes sigue siendo el más humano de todos. Su lucha contra el trauma, su sentido de la responsabilidad y su necesidad de encontrar un lugar en el mundo conectan profundamente con los fans.

La escena del lavavajillas, que pudo haber sido descartada, representa simbólicamente todo eso: es un momento de cotidianidad, torpeza y autenticidad. Nos recuerda que incluso los héroes más duros tienen días malos, se manchan la ropa y tienen que limpiar el desastre.

«Los superhéroes también son personas normales», parece decirnos Marvel. Y en esta ocasión, el mensaje llega con una salpicadura y mucho humor.

Cuando el humor construye humanidad

Sebastian Stan no entendía el chiste, y muchos quizás tampoco lo habrían aprobado en el guion. Pero Thunderbolts demuestra que incluso los momentos más pequeños pueden dejar una gran huella si están bien ejecutados. El brazo en el lavavajillas no solo provocó risas, también recordó a los fans por qué aman a Bucky.

Y ahora, Sebastian Stan lo entiende. Y se ríe con todos nosotros. El resto de sus aventuras en el UCM se pueden ver en Disney Plus con este enlace.

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