Muestran el interior de «la casa de los horrores» donde encerraron a tres hermanos, y lo que se ve deja a todos sin aliento

Cuando la realidad supera cualquier ficción. A veces ocurre algo tan estremecedor que paraliza a toda una sociedad. Hechos que rompen la rutina informativa y se clavan como una astilla en la conciencia colectiva. Así ha sucedido en Oviedo, donde tres niños han sido rescatados tras años de encierro en condiciones inhumanas. Fue durante un ... Leer más

May 1, 2025 - 10:00
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Muestran el interior de «la casa de los horrores» donde encerraron a tres hermanos, y lo que se ve deja a todos sin aliento

Cuando la realidad supera cualquier ficción.

A veces ocurre algo tan estremecedor que paraliza a toda una sociedad. Hechos que rompen la rutina informativa y se clavan como una astilla en la conciencia colectiva. Así ha sucedido en Oviedo, donde tres niños han sido rescatados tras años de encierro en condiciones inhumanas.

Fue durante un apagón, casi como si el destino lo hubiera planeado, cuando la Policía Local irrumpió en una vivienda rural a las afueras de la ciudad. Allí, entre montones de desperdicios, medicamentos esparcidos y un olor insoportable, encontraron a tres hermanos de entre ocho y diez años. Los menores no solo estaban sin escolarizar: llevaban cuatro años viviendo aislados del mundo, encerrados con sus padres.

El comisario principal de la Policía Local, Francisco Javier Lozano, confirmó que hay pruebas claras de que se ha cometido un delito grave. El matrimonio detenido, ya en prisión preventiva, está acusado de abandono de menores y detención ilegal. Se trata de un hombre alemán, doctor en Filosofía, y su pareja, una mujer con doble nacionalidad alemana y estadounidense.

Un infierno con paredes y persianas.

Las imágenes obtenidas por el programa Y ahora Sonsoles revelan el espanto sin filtros: habitaciones llenas de excrementos, cunas rodeadas de vaselina y productos médicos, dibujos grotescos en las paredes y un silencio impuesto durante años. La escena, más propia de una novela distópica, sacude al espectador por su crudeza.

Entre los hallazgos más escalofriantes está la presencia de una rata de tamaño inusual, descrita por los agentes como “enorme”. Los niños, además, mostraban claros síntomas de deterioro físico y emocional. Según fuentes presenciales, uno de los efectos más visibles era una fuerte infección por hongos en los pies, además de un miedo constante al entorno.

Cristina Rusiñol, enviada especial al lugar, relató que los pequeños reaccionaban con pánico a estímulos básicos. Todo apunta a que desarrollaron una fobia generalizada fruto del encierro y del contexto hostil en el que se criaron. Su mundo, limitado a unas pocas estancias insalubres, les arrebató la infancia sin que nadie lo notara.

El silencio de los muros.

Quizás lo más perturbador de esta historia es lo que no ocurrió. Nadie alertó. Nadie sospechó. Los vecinos, al ser preguntados, aseguraron no haber visto jamás a los niños, aunque admitieron haber notado que las persianas del chalet subían y bajaban esporádicamente. Esa mínima señal fue, durante años, la única pista de que alguien vivía allí dentro.