Dramaturgia contemporánea: Ni tristes ni tigres, de Esther Garboni

Desde el comienzo, la estructura de las obras atrapa por su juego con las convenciones del género dramático. Un ratón así de grande, con su escenario omnipresente, y Dormir y callar, con sus actos convertidos en “destellos” de luz, son ejemplos de cómo Garboni subvierte la forma sin perder la esencia del teatro. Estas innovaciones reflejan la... Leer más La entrada Dramaturgia contemporánea: Ni tristes ni tigres, de Esther Garboni aparece primero en Zenda.

Mar 20, 2025 - 02:10
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Dramaturgia contemporánea: Ni tristes ni tigres, de Esther Garboni

El teatro contemporáneo a menudo desafía los límites de lo convencional, y Ni tristes ni tigres, de Esther Garboni, no es la excepción. Dividida en tres piezas interconectadas, esta obra presenta un recorrido por las complejidades de la vida cotidiana, teñidas de humor y de una ácida crítica social. Lo que hace destacable a esta trilogía es su capacidad para hablar del ser humano común, sin adornos heroicos ni tragedias grandilocuentes. Aquí, la cotidianidad y las decisiones individuales son el verdadero motor de la trama.

Desde el comienzo, la estructura de las obras atrapa por su juego con las convenciones del género dramático. Un ratón así de grande, con su escenario omnipresente, y Dormir y callar, con sus actos convertidos en “destellos” de luz, son ejemplos de cómo Garboni subvierte la forma sin perder la esencia del teatro. Estas innovaciones reflejan la atención al detalle que caracteriza a la autora, herencia de sus incursiones poéticas en Sala de espera y A mano alzada, donde ya exploraba la idea del lenguaje como salvación.

"Su habilidad para infundir emoción y ritmo a los pasajes de transición aportó un toque de profundidad y conexión con el público"

Tuve la oportunidad de presenciar la dramatización en la Feria del Libro de Sevilla, donde la actuación de Pepa Domínguez como la voz en off fue particularmente memorable. Su habilidad para infundir emoción y ritmo a los pasajes de transición aportó un toque de profundidad y conexión con el público. Este detalle escénico resaltó la importancia de las acotaciones en la obra, transformándolas en un puente entre el texto y el espectador, y evidenció la capacidad de Garboni para usar estos recursos como parte integral de su narrativa.

El uso de acotaciones en Ni tristes ni tigres es especialmente llamativo; lejos de limitarse a situar a los personajes, se convierten en pasajes poéticos que enriquecen el texto y potencian su capacidad reflexiva. La voz que surge de estas indicaciones transforma la lectura en una experiencia dual: una pieza teatral y un diálogo interno que guía al lector hacia la empatía y la contemplación crítica de la sociedad actual.

Además, la pareja de actores Laura Páez y Daniel Vasco, con su distintivo enfoque y barbas lúdicas, realzaron el humor y la química en escena, acentuando la naturaleza absurda de la obra. Su complicidad se tradujo en actuaciones que iluminaron los diálogos y provocaron risas genuinas en el público, todo sin eclipsar el texto principal.

Un personaje que deja huella es Toby, una vaca que simboliza la ternura y evoca de forma curiosa la imagen de una hija ideal. Garboni consigue que, pese a la peculiaridad de Toby, el público sienta simpatía por ella, infundiendo humanidad en un entorno de humor absurdo. Su presencia aporta un contrapunto emotivo que equilibra la crítica social y refuerza el tono irónico.

No obstante, a pesar de los puntos fuertes en la construcción formal y los destellos de ingenio, Ni tristes ni tigres puede experimentar momentos donde el ritmo varía. Estas pausas permiten al lector reflexionar sobre los matices de la obra, aunque a veces podrían parecer menos dinámicas para quienes buscan una comedia más ligera. Aun así, la ironía presente en los diálogos y la narrativa aporta equilibrio, proporcionando frescura y un toque distintivo que invita a una lectura pausada y entretenida.

"Garboni teje un retrato de la sociedad contemporánea, donde la lucha por la libertad se debate entre lo absurdo y lo cotidiano"

Con personajes que parecen nuestros propios amigos o vecinos, Garboni teje un retrato de la sociedad contemporánea, donde la lucha por la libertad se debate entre lo absurdo y lo cotidiano. La crítica a las limitaciones impuestas por una sociedad tecnológicamente controlada, presente sobre todo en Dientes de leche, resuena como un eco de advertencia que, aunque sutil, no deja de incomodar:

«¡Pues el futuro será así! Todos tendremos puesto el ojo y la oreja encima. Dios será sustituido por un algoritmo. Y sí que será verdad que no podremos hacer nada sin que ese nuevo Dios lo sepa. No habrá movimiento ni pensamiento que no esté registrado. Nos harán creer que somos libres y que nuestra opinión importa, pero nos contarán nuevos cuentos de miedo con moraleja para fabricarnos la opinión y hacer con nosotros lo que quieran».

En conclusión, Ni tristes ni tigres es una obra que se lee y se contempla con la expectativa de encontrar algo más que simple entretenimiento: una invitación a reflexionar entre risas. La contribución de Pepa Domínguez en la voz en off en el evento fue una prueba de cómo la interpretación adecuada puede realzar aún más la experiencia teatral y conectar profundamente con la audiencia.

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