Vuelve Enrique Vila-Matas y lo hace por todo lo alto con una novela que conecta con algunos libros capitales en su narrativa, como la ‘Historia abreviada de la literatura portátil’ o ‘Bartleby y compañía’ pero que, a la vez, salta sus límites y ensancha su obra. El protagonista, Vidal Escabia, trabaja en la elaboración de un canon por encargo de su maestro, el escritor Altobelli, que antes de morir trabajaba en una antología « de escritores desorientados, perdidos, malditos, sonámbulos o, por decirlo de otro modo, paralizados por su lucidez». Pero este canon tiene poco de convencional: es un canon desplazado e intempestivo formado a partir de libros que Escabia elige casi a ciegas en una biblioteca a oscuras, uno...
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