Este restaurante, en un pequeño pueblo de la Rioja Baja, tiene los mejores platos de verduras que he probado en años

Suelo decir siempre que las patatas fritas y las aceitunas son el canario en la mina de un bar. Si ni si quiera se preocupan porque estén buenas es que, probablemente, el resto de cosas tampoco lo estén. Si en un restaurante lo primero que te sirven al sentarte son unas aceitunas caseras, recogidas de los olivos de enfrente, la cosa ya pinta bien. Y si al mirar la carta, no es muy abultada y casi todo es producto de temporada y guisos locales, es tu día de suerte. Supe de la existencia de La posada del laurel, en el pequeño pueblo de Préjano (La Rioja), porque estaba buscando un lugar para comer entre Pradejón y Soria y me sorprendió encontrar allí un restaurante con un sol Repsol, del que nunca había oído hablar. Aunque lleva 20 años funcionando, de La posada del laurel apenas hay información en internet, más allá de alguna referencia aislada en la prensa local. Ni siquiera su página web, que aparentemente lleva sin actualizarse desde que la diseñaron en 2011, da muchas pistas sobre lo que uno va a encontrar. Pero en la zona es bien conocido: sobre todo entre trabajadores y empresarios de la potente industria del calzado de Arnedo (a 15 minutos en coche), que saben que es un buen restaurante al que llevar a los clientes, sobre todo si vienen de otras partes de España. Y es que, como explica el cocinero Dámaso Navajas, para los riojanos es normal tener al alcance de la mano espárragos, alcachofas o pochas de temporada, pero más allá de la ribera del Ebro lo que llega tiene poco o nada que ver. “Aquí a la gente le cuesta ir a un restaurante y pagar por verduras, todo el mundo tiene huerta”, explica Navajas que, de hecho, abastece al restaurante casi por completo con el material de primera que compra a sus vecinos. “Sin embargo, viene gente de fuera y alucina”. Verduras salteadas a la parrilla: hay 19 variedades. Todas en su punto. Todas sabrosísimas. Un platazo. Unos platos de verduras sublimes Navajas va cambiando la carta de verduras del restaurante en función de la temporada. Durante nuestra visita justo se habían terminado las alcachofas de invierno –las mejores, según el cocinero– y todavía no habían llegado los buenos espárragos blancos. Por ello estaba sirviendo un plato de verduras de 19 verduras variadas (21,60 euros), al que Navajas no concedía especial importancia, pero estaba acojonantemente bueno: cada hortaliza estaba cocinada en su punto, a la brasa, con no más añadido que un buen aceite de oliva y sal. Un aliño que es el único que el cocinero considera aceptable cuando estamos tratando con verduras de calidad. Como explica Navajas, la verdura ha sido siempre el componente principal de la dieta de la Rioja Baja, la zona más humilde de la comunidad. “Aquí siempre se ha comido la alubia verde con patata, un buen chorrito de aceite de oliva y ya está”, explica. “La gente de la zona alta le echa costillas, pero a mí me jode”. Pochas con calabaza: muy sabrosas, pero suaves. Otro platazo. No hay proteína animal tampoco en el plato de legumbres estrella del restaurante, las pochas con calabaza, una elaboración típica de la zona en las casas, que es muy difícil de encontrar en los restaurantes. “Es un plato baratísimo de toda la vida”, explica Navajas. Ahora las pochas no son tan baratas, pero ese plato bien vale los 15,50 euros que cuesta. En temporada, también es posible encontrar pochas con setas, muy abundantes en la zona. En Directo al Paladar Pradejón es Villa Champiñón: viaje al pueblo de La Rioja que cultiva un tercio de las setas de toda España Tampoco hay carne en el plato de caracoles a la sartén (15,80 euros), otro hit de la posada, que Navajas prepara con una antigua receta de la zona, solo con mucha cebolla y ajo, confitados a fuego lento. “Mola más que vaya viudo el caracol”, explica. Y es que, asegura, sabe más al propio caracol que con la clásica elaboración riojana, de tomate y chorizo. Otro platazo. Lo bueno de las verduras es que llenan menos, así que puedes comer más. Por ello aún tuve espacio para probar sus pimientos asados (16,60 euros), que preparan a destajo a finales de verano para tener congelados durante el resto del año. “Hemos llegado a hacer mil y pico kilos de pimiento de Nájera, que es el que más se vende”, explica Navajas. En temporada, además, hacen un plato de degustación de distintos pimientos rojos de la zona. Los caracoles se cocinan solo con cebolla y ajo. Buenísimos. La importancia de la brasa Aparte de las verduras, la otra gran protagonista de La posada del laurel es la brasa, por donde pasan casi todas las verduras, pero también carnes y pescados. “Últimamente nos queremos publicitar como asador”, explica Navajas. Las verduras son el gran reclamo para el público de fuera y

Apr 22, 2025 - 19:57
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Este restaurante, en un pequeño pueblo de la Rioja Baja, tiene los mejores platos de verduras que he probado en años

Este restaurante, en un pequeño pueblo de la Rioja Baja, tiene los mejores platos de verduras que he probado en años

Suelo decir siempre que las patatas fritas y las aceitunas son el canario en la mina de un bar. Si ni si quiera se preocupan porque estén buenas es que, probablemente, el resto de cosas tampoco lo estén.

Si en un restaurante lo primero que te sirven al sentarte son unas aceitunas caseras, recogidas de los olivos de enfrente, la cosa ya pinta bien. Y si al mirar la carta, no es muy abultada y casi todo es producto de temporada y guisos locales, es tu día de suerte.

Supe de la existencia de La posada del laurel, en el pequeño pueblo de Préjano (La Rioja), porque estaba buscando un lugar para comer entre Pradejón y Soria y me sorprendió encontrar allí un restaurante con un sol Repsol, del que nunca había oído hablar.

Sala

Aunque lleva 20 años funcionando, de La posada del laurel apenas hay información en internet, más allá de alguna referencia aislada en la prensa local. Ni siquiera su página web, que aparentemente lleva sin actualizarse desde que la diseñaron en 2011, da muchas pistas sobre lo que uno va a encontrar. Pero en la zona es bien conocido: sobre todo entre trabajadores y empresarios de la potente industria del calzado de Arnedo (a 15 minutos en coche), que saben que es un buen restaurante al que llevar a los clientes, sobre todo si vienen de otras partes de España.

Y es que, como explica el cocinero Dámaso Navajas, para los riojanos es normal tener al alcance de la mano espárragos, alcachofas o pochas de temporada, pero más allá de la ribera del Ebro lo que llega tiene poco o nada que ver.

“Aquí a la gente le cuesta ir a un restaurante y pagar por verduras, todo el mundo tiene huerta”, explica Navajas que, de hecho, abastece al restaurante casi por completo con el material de primera que compra a sus vecinos. “Sin embargo, viene gente de fuera y alucina”.

Verduras Verduras salteadas a la parrilla: hay 19 variedades. Todas en su punto. Todas sabrosísimas. Un platazo.

Unos platos de verduras sublimes

Navajas va cambiando la carta de verduras del restaurante en función de la temporada. Durante nuestra visita justo se habían terminado las alcachofas de invierno –las mejores, según el cocinero– y todavía no habían llegado los buenos espárragos blancos. Por ello estaba sirviendo un plato de verduras de 19 verduras variadas (21,60 euros), al que Navajas no concedía especial importancia, pero estaba acojonantemente bueno: cada hortaliza estaba cocinada en su punto, a la brasa, con no más añadido que un buen aceite de oliva y sal. Un aliño que es el único que el cocinero considera aceptable cuando estamos tratando con verduras de calidad.

Como explica Navajas, la verdura ha sido siempre el componente principal de la dieta de la Rioja Baja, la zona más humilde de la comunidad. “Aquí siempre se ha comido la alubia verde con patata, un buen chorrito de aceite de oliva y ya está”, explica. “La gente de la zona alta le echa costillas, pero a mí me jode”.

Pochas Pochas con calabaza: muy sabrosas, pero suaves. Otro platazo.

No hay proteína animal tampoco en el plato de legumbres estrella del restaurante, las pochas con calabaza, una elaboración típica de la zona en las casas, que es muy difícil de encontrar en los restaurantes. “Es un plato baratísimo de toda la vida”, explica Navajas. Ahora las pochas no son tan baratas, pero ese plato bien vale los 15,50 euros que cuesta. En temporada, también es posible encontrar pochas con setas, muy abundantes en la zona.

Tampoco hay carne en el plato de caracoles a la sartén (15,80 euros), otro hit de la posada, que Navajas prepara con una antigua receta de la zona, solo con mucha cebolla y ajo, confitados a fuego lento. “Mola más que vaya viudo el caracol”, explica. Y es que, asegura, sabe más al propio caracol que con la clásica elaboración riojana, de tomate y chorizo. Otro platazo.

Lo bueno de las verduras es que llenan menos, así que puedes comer más. Por ello aún tuve espacio para probar sus pimientos asados (16,60 euros), que preparan a destajo a finales de verano para tener congelados durante el resto del año. “Hemos llegado a hacer mil y pico kilos de pimiento de Nájera, que es el que más se vende”, explica Navajas. En temporada, además, hacen un plato de degustación de distintos pimientos rojos de la zona.

Caracoles Los caracoles se cocinan solo con cebolla y ajo. Buenísimos.

La importancia de la brasa

Aparte de las verduras, la otra gran protagonista de La posada del laurel es la brasa, por donde pasan casi todas las verduras, pero también carnes y pescados.

“Últimamente nos queremos publicitar como asador”, explica Navajas. Las verduras son el gran reclamo para el público de fuera y los comensales con más inquietudes gastronómicas, pero, sobre todo en fin de semana, sus grandes éxitos son la chuleta y el rodaballo.

Navajas selecciona las chuletas en función de cómo le van llegando: “No tengo prejuicios, me da igual que sea polaca, danesa, alemana, gallega…” A diferencia de muchos asadores, el cocinero no se ata a un solo proveedor y va cambiando para asegurarse de tener siempre el producto que más le encaja.

Como ocurre en casi todos los restaurantes, el rodaballo a la brasa tiene siempre mucho éxito, pero a Navajas le gusta especialmente otro plato de pescado fijo de la carta: el ossobuco de atún rojo. Esta parte de la cola del atún, formado por los lomos que están pegados al hueso de la espina, “no es tan cara como otros cortes y para la parrilla es muy agradecido”.

Pimientos Asados Pimientos najeranos asados. No hay fallo.

Ya no hay laurel, pero seguirá habiendo cocina

La posada del laurel debe su nombre al enorme árbol de laurel que dominaba la terraza del restaurante. “Este verano se nos cayó”, explica Navajas. “Era tremendo de grande y lo arrancó el viento en una tormenta, pero fue súper noble, porque cayó ahí [dice señalando el patio]”.

Junto al tronco del árbol caído, Navajas ha plantado en maceta un nuevo laurel que, al igual que su restaurante, irá creciendo poco a poco.

Durante la pandemia, Navajas y su socio, Pedro, se dieron cuenta de que no era necesario trabajar tanto y dejaron de servir cenas. “Si te conformas, vives bien”, concluye el cocinero. “La hostelería es súper esclava. No lo vemos como una rendición ni nada, ha sido un proceso”.

Sin grandes alardes, ni pretensiones de estrellas, hay que defender restaurantes como este, que sirven una cocina local, honesta y a precios razonables. Y lo llevan haciendo durante décadas.

La posada del laurel

  • Dónde: C. Carretera, 3. Préjano. La Rioja.
  • Precio medio: 50 euros.
  • Reservas: 941 39 90 44
  • Horarios: Cierra lunes. No da cenas.

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La noticia Este restaurante, en un pequeño pueblo de la Rioja Baja, tiene los mejores platos de verduras que he probado en años fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Miguel Ayuso Rejas .