Cannes mira por fin a la masacre en Gaza con un documental sobre una fotoperiodista asesinada por Israel
La directora iraní Epideh Farsi grabó en 'Put Your Soul on Your Hand and Walk' sus conversaciones con Fátima Hassouna hasta un día antes de morirOliver Laxe sumerge Cannes en una rave política e hipnótica con ‘Sirat’: “Me identifico con el gesto salvaje de los raveros” El director del Festival de Cannes repite todos los años que el certamen es político porque sus películas y los directores que las presentan lo son. Retratan la realidad, se les pregunta por ella en las ruedas de prensa y al final, Cannes acaba afectado por lo que ocurre en el mundo. Una afirmación que, si bien es cierta, también tiene otro significado, y es que el festival, como tal, no hace manifestaciones políticas. Cannes, como Eurovisión, no quiere mojarse. Prefiere que otros lo hagan dentro del marco que ellos ofrecen. Eso quedó de forma meridianamente clara el año pasado, cuando la masacre en Gaza fue una nota al pie, como mucho, de la edición. Solo hubo un filme palestino, y estaba colocado en una sección paralela, lejos de los principales escaparates de Cannes. Viendo lo que había ocurrido en Berlinale meses antes, donde una clausura política y con discursos en favor de Palestina fue acusada de antisemita, el certamen prefirió no entrar en líos. Y como las películas no hablaron del tema, Cannes tampoco lo hizo. Este año no ha habido escapatoria. La masacre en Gaza les ha tocado de lleno y el festival ha tenido que reaccionar. Quizás no todo lo que muchos esperaban, pero al menos sacando de la alfombra el asunto. Lo que ha provocado el cambio ha sido el asesinato de la fotoperiodista Fátima Hassouna, protagonista del documental de Put Your Soul on Your Hand and Walk, de la directora iraní Epideh Farsi. El filme fue seleccionado para participar en la sección Acid de Cannes un día antes de que Hassouna y seis miembros de su familia fueran aniquilados por un ataque del ejército israelí contra su casa. Una conversación en el móvil entre ambas en 'Put your soul on your hand and walk' El festival mandó un comunicado y, por primera vez, en la gala de inauguración se abordó el asunto. La presidenta del jurado, Juliette Binoche —que horas antes había sido preguntada por la ausencia de su firma en la carta de cientos de profesionales del mundo del cine pidiendo más contundencia y compromiso con este tema— abordó el asunto, habló de Fátima e hizo un llamamiento por la paz. Un momento inédito. Cannes, además, ha programado otra película Palestina, Once Upon a Time in Gaza en la segunda sección más importante, Una cierta mirada. Posteriormente, la actriz sumó su firma a la carta. El asesinato de Fátima fue un mazazo para todos, y ha convertido su documental en un objeto cinematográfico extraño. Triste pero necesario. Un testimonio de una personalidad arrolladora, la de esta fotoperiodista que se convirtió en los ojos de Gaza y que siempre estaba con una sonrisa. Put Your Soul on Your Hand and Walk capta, básicamente, las conversaciones a través de videollamadas entre la directora y Hassouna. Llamadas en donde se cuentan su vida, donde ambas se reconocen la una en la otra. Epideh Farsi, una artista que no puede volver a su país. Que vive en el exilio. Fátima Hassouna, otra artista que no puede salir y que ha decidido voluntariamente quedarse porque si no, hubieran ganado. Un símbolo de resistencia que siempre estaba con una sonrisa a pesar de contar el hambre en Gaza. Las muertes alrededor. La falta de suministros. Es un testimonio en primera persona desolador que debería abrir los ojos de aquellos que siguen sin querer hablar del genocidio que se está cometiendo en Palestina. Me pregunto por qué la gente está tan temerosa de decir el nombre del perpetrador, ¿piensan que los etiquetarán de antisemitas, que perderán contratos, que sufrirán palizas? Epideh Farsi — Cineasta

La directora iraní Epideh Farsi grabó en 'Put Your Soul on Your Hand and Walk' sus conversaciones con Fátima Hassouna hasta un día antes de morir
Oliver Laxe sumerge Cannes en una rave política e hipnótica con ‘Sirat’: “Me identifico con el gesto salvaje de los raveros”
El director del Festival de Cannes repite todos los años que el certamen es político porque sus películas y los directores que las presentan lo son. Retratan la realidad, se les pregunta por ella en las ruedas de prensa y al final, Cannes acaba afectado por lo que ocurre en el mundo. Una afirmación que, si bien es cierta, también tiene otro significado, y es que el festival, como tal, no hace manifestaciones políticas. Cannes, como Eurovisión, no quiere mojarse. Prefiere que otros lo hagan dentro del marco que ellos ofrecen.
Eso quedó de forma meridianamente clara el año pasado, cuando la masacre en Gaza fue una nota al pie, como mucho, de la edición. Solo hubo un filme palestino, y estaba colocado en una sección paralela, lejos de los principales escaparates de Cannes. Viendo lo que había ocurrido en Berlinale meses antes, donde una clausura política y con discursos en favor de Palestina fue acusada de antisemita, el certamen prefirió no entrar en líos. Y como las películas no hablaron del tema, Cannes tampoco lo hizo.
Este año no ha habido escapatoria. La masacre en Gaza les ha tocado de lleno y el festival ha tenido que reaccionar. Quizás no todo lo que muchos esperaban, pero al menos sacando de la alfombra el asunto. Lo que ha provocado el cambio ha sido el asesinato de la fotoperiodista Fátima Hassouna, protagonista del documental de Put Your Soul on Your Hand and Walk, de la directora iraní Epideh Farsi. El filme fue seleccionado para participar en la sección Acid de Cannes un día antes de que Hassouna y seis miembros de su familia fueran aniquilados por un ataque del ejército israelí contra su casa.
El festival mandó un comunicado y, por primera vez, en la gala de inauguración se abordó el asunto. La presidenta del jurado, Juliette Binoche —que horas antes había sido preguntada por la ausencia de su firma en la carta de cientos de profesionales del mundo del cine pidiendo más contundencia y compromiso con este tema— abordó el asunto, habló de Fátima e hizo un llamamiento por la paz. Un momento inédito. Cannes, además, ha programado otra película Palestina, Once Upon a Time in Gaza en la segunda sección más importante, Una cierta mirada. Posteriormente, la actriz sumó su firma a la carta.
El asesinato de Fátima fue un mazazo para todos, y ha convertido su documental en un objeto cinematográfico extraño. Triste pero necesario. Un testimonio de una personalidad arrolladora, la de esta fotoperiodista que se convirtió en los ojos de Gaza y que siempre estaba con una sonrisa. Put Your Soul on Your Hand and Walk capta, básicamente, las conversaciones a través de videollamadas entre la directora y Hassouna.
Llamadas en donde se cuentan su vida, donde ambas se reconocen la una en la otra. Epideh Farsi, una artista que no puede volver a su país. Que vive en el exilio. Fátima Hassouna, otra artista que no puede salir y que ha decidido voluntariamente quedarse porque si no, hubieran ganado. Un símbolo de resistencia que siempre estaba con una sonrisa a pesar de contar el hambre en Gaza. Las muertes alrededor. La falta de suministros. Es un testimonio en primera persona desolador que debería abrir los ojos de aquellos que siguen sin querer hablar del genocidio que se está cometiendo en Palestina.
Me pregunto por qué la gente está tan temerosa de decir el nombre del perpetrador, ¿piensan que los etiquetarán de antisemitas, que perderán contratos, que sufrirán palizas?
La directora sabía, como reconoce en el documental, que “cada conversación podía ser la última”, lo que no imaginaba es que después de un año hablando, su amiga sería asesinada un día después de que ella le comunicara que el filme iría a Cannes y que quería que ella fuera a presentarlo para que escucharan su testimonio. Fue un último momento de alegría grabado en el filme el 15 de abril de este año.
Para la directora, su amiga es una más de “esas brillantes existencias que fueron aplastadas por un dedo que presionó un botón y lanzó una bomba para borrar una casa más de Gaza”. “Ya no cabe duda: lo que ocurre hoy en Gaza no es, ni ha sido durante mucho tiempo, una respuesta a los crímenes cometidos por Hamás el 7 de octubre; es un genocidio perpetrado por Israel. Culpo a quienes lo cometen, así como a sus cómplices, y pido justicia para Fátima y para todos los palestinos inocentes que han muerto”, dijo en un comunicado tras conocer la noticia.
La directora iraní cuenta ante un pequeño grupo de periodistas en Cannes que el documental nació como una forma de que se escuchara “la voz de los palestinos”, porque los “medios de comunicación hablan de números, como los generales”. Es consciente de que el asesinato de Fátima ha hecho que una película que es igual que hace dos meses, cobre una dimensión y se perciba de forma diferente, y no le importa, porque también sabe que eso ha hecho que “la gente preste atención a lo que está pasando”.
Este es el principal problema al que nos enfrentamos ahora: cada vez más gobernantes y gobiernos violan las convenciones y leyes internacionales
Se niega a decir la expresión ‘abrir los ojos’, porque tiene claro que todos sabían lo que ocurría en Gaza. “Es muy triste y amargo decirlo, porque la película no ha cambiado anda, pero ahora la gente llora cuando la ve. Me alegra que la gente se conmueva, pero si ella hubiera estado aquí conmigo hoy, ¿se hubiera recibido igual la película?, ¿hubiéramos recibido tanta atención? Así de cruel es el mundo… Y, por un lado, claro que me alegra que estemos contribuyendo a alzar las voces palestinas y a que el festival sea más explícito con el tema, pero por otro, lo que realmente me importa es que esto pueda ayudar a poner fin a la guerra”, asegura con franqueza.
Como muchos, se extraña de que hay discursos, como el de Binoche, en el que nunca se nombre una palabra que para muchos sigue siendo tabú: Israel. “Me pregunto por qué la gente está tan temerosa de decir ciertos nombres, ¿piensan que los etiquetarán de antisemitas, que perderán contratos, que sufrirán palizas o qué es lo que temen exactamente? No lo sé. Si no nombras al perpetrador, ¿de qué sirve eso? No creo que sea suficiente. Pero cada persona y cada institución es diferente”, critica.
Una tibieza que también ve con muchos países europeos. Pone de ejemplo la orden de arresto que emitió la Corte Internacional de Justicia contra Netanyahu y que muchos países como Alemania o Francia dijeron que iban a ignorar: “¿Por qué este doble rasero? Esto no solo refuerza a la derecha y la extrema derecha en Europa, en Israel, a gente como Netanyahu, sino que también ayuda al régimen iraní y a todos los demás dictadores, porque dirán que si otros pueden hacerlo y no hay consecuencias, ellos también pueden. Y entonces a nadie le importará lo que diga la Corte Internacional de Justicia. Este es el principal problema al que nos enfrentamos ahora: cada vez más gobernantes y Gobiernos violan las convenciones y leyes internacionales”.