Alex Garland es un cineasta genial hasta escogiendo canciones. Cómo abre y cierra ‘Warfare: Tiempo de guerra’ marca la película bélica más angustiosa de los últimos años
Escoger las canciones para una película es un arte muy concreto que puede elevar o subvertir lo que ya se está contando con imágenes, jugando con algo más poderoso al no emplear una pieza sonora compuesta específicamente para ello. Por supuesto, muchas películas comerciales han empleado canciones del momento para darse un pequeño impulso económico al ligarse a otros productos de éxito, pero los cineastas más astutos saben a veces que emplear un buen tema añade algo especial. Alex Garland ha ido mostrando un inmenso crecimiento como cineasta desde que diese el salto a la dirección, y eso que ya exhibió buena mano con su debut ‘Ex Machina’ que realza sus ya claras virtudes como guionista. Dentro de ese refinamiento como autor total han entrado cómo emplea las canciones menos obvias y más específicas para enfatizar su aproximación diferente a los géneros que toca y las ideas que quiere explorar, siendo ‘Civil War’ ya un ejemplo exquisito. Su último estreno, ‘Warfare: Tiempo de guerra’, no alcanza las mismas cotas de excelencia de su anterior producción, pero consigue crean una experiencia bélica angustiosa y demoledora de la mano de su co-director y co-guionista Ray Mendoza. Más importante, muestra que su refinado toque para escoger canciones sigue intacto incluso en una película donde reduce la música al mínimo, pero las canciones que escoge marcan un viaje singular. Aerobic eufórico De no tener logos como el de A24 al inicio de la cinta uno creería que se ha metido en la sala equivocada al inicio de la película. Garland y Mendoza empiezan mostrando imágenes en calidad del YouTube lo-fi de la época del videoclip de ‘Call on Me’, el himno electroclash del DJ sueco Eric Prydz que mostraba una clase de aerobic muy ochentera. Conforme progresa vemos como corta a todo el pelotón de soldados estadounidenses que protagoniza la cinta, formando un corrillo en torno al ordenador para disfrutar del vídeo. En Espinof El arma secreta de 'Civil War' es un increíble diseño de sonido: cómo se crearon los momentos más sobrecogedores de la película de Alex Garland Hay un motivo obvio para tener ese videoclip como punto de lanzamiento de la película, además del posible hecho de que sucediese en la realidad que vivió Mendoza como soldado destinado a Irak (la película se inspira en sus recuerdos y en los de sus compañeros). ‘Call On Me’ fue número uno en las listas de singles británicas, de donde procede Garland, aproximadamente en el periodo temporal donde tiene lugar la acción de la película. Suma eso a un videoclip, por así decirlo, subido de tono, y tienes a un grupo de combatientes eufóricos y excitados antes de proceder a su misión nocturna de infiltración. Uno casi podría reconocer cierto sarcasmo por parte de un Garland al que le gusta dejar sensaciones ambivalentes o incluso contradictorias en lo que decide plasmar con su mirada de falso documentalista. La guerra no deja nada, solo danza y sangre A esto le siguen aproximadamente 80 minutos de tensión, crudeza y cine bélico claustrofóbico, mucho más sensorial que analítico lo cuál lo hace muy efectivo como experiencia, aunque menos completa que ‘Civil War’. Aun así, las intenciones de ambas películas están en diálogo, tratando de plasmar la guerra como un suceso traumático y poco deseable que no va a traer nada especialmente positivo. A partir de aquí spoilers de ‘Warfare: Tiempo de guerra’ El final, eso sí, ha causado controversia en varios lugares precisamente por redoblar en cuanto a ambigüedad en su manera de abordar el tema. Algunos de mis compañeros, como Randy Meeks, han reaccionado de manera menos positiva (aunque justificada) a las decisiones tomadas cuando, tras todo el abrumador despliegue explosivo que no deja sino polvo, olor a quemado y casas destrozadas, decide cortar a lo que parece un clásico montaje de drama basado en hechos reales donde se ve a los protagonistas reales años después de sobrevivir al asalto, con su mensaje de agradecimiento por su servicio. En Espinof Es una de las mejores películas del año, un increíble espectáculo bélico, y meses después de arrasar en cines acaba de estrenarse en streaming El argumento en contra de este final asegura que este montaje corta las intenciones antibélicas de la película para hacer un homenaje al ejército americano, presente en el territorio bajo los preceptos de la guerra contra el terrorismo que no hizo sino dejar destrucción y más radicalización en la zona. Garland y Mendoza no desarrollan una crítica a esa presencia, y optan por algo más genérico contra la guerra en general, aunque la eliminación del contexto a su presencia en ese terreno (y también de los motivos del bando contrario para dispararles) persigue darle un carácter más atemporal a la película así como al mensaje. Con todo, es prácticamente imposible salir de ‘War

Escoger las canciones para una película es un arte muy concreto que puede elevar o subvertir lo que ya se está contando con imágenes, jugando con algo más poderoso al no emplear una pieza sonora compuesta específicamente para ello. Por supuesto, muchas películas comerciales han empleado canciones del momento para darse un pequeño impulso económico al ligarse a otros productos de éxito, pero los cineastas más astutos saben a veces que emplear un buen tema añade algo especial.
Alex Garland ha ido mostrando un inmenso crecimiento como cineasta desde que diese el salto a la dirección, y eso que ya exhibió buena mano con su debut ‘Ex Machina’ que realza sus ya claras virtudes como guionista. Dentro de ese refinamiento como autor total han entrado cómo emplea las canciones menos obvias y más específicas para enfatizar su aproximación diferente a los géneros que toca y las ideas que quiere explorar, siendo ‘Civil War’ ya un ejemplo exquisito.
Su último estreno, ‘Warfare: Tiempo de guerra’, no alcanza las mismas cotas de excelencia de su anterior producción, pero consigue crean una experiencia bélica angustiosa y demoledora de la mano de su co-director y co-guionista Ray Mendoza. Más importante, muestra que su refinado toque para escoger canciones sigue intacto incluso en una película donde reduce la música al mínimo, pero las canciones que escoge marcan un viaje singular.
Aerobic eufórico
De no tener logos como el de A24 al inicio de la cinta uno creería que se ha metido en la sala equivocada al inicio de la película. Garland y Mendoza empiezan mostrando imágenes en calidad del YouTube lo-fi de la época del videoclip de ‘Call on Me’, el himno electroclash del DJ sueco Eric Prydz que mostraba una clase de aerobic muy ochentera. Conforme progresa vemos como corta a todo el pelotón de soldados estadounidenses que protagoniza la cinta, formando un corrillo en torno al ordenador para disfrutar del vídeo.
Hay un motivo obvio para tener ese videoclip como punto de lanzamiento de la película, además del posible hecho de que sucediese en la realidad que vivió Mendoza como soldado destinado a Irak (la película se inspira en sus recuerdos y en los de sus compañeros). ‘Call On Me’ fue número uno en las listas de singles británicas, de donde procede Garland, aproximadamente en el periodo temporal donde tiene lugar la acción de la película.
Suma eso a un videoclip, por así decirlo, subido de tono, y tienes a un grupo de combatientes eufóricos y excitados antes de proceder a su misión nocturna de infiltración. Uno casi podría reconocer cierto sarcasmo por parte de un Garland al que le gusta dejar sensaciones ambivalentes o incluso contradictorias en lo que decide plasmar con su mirada de falso documentalista.
La guerra no deja nada, solo danza y sangre
A esto le siguen aproximadamente 80 minutos de tensión, crudeza y cine bélico claustrofóbico, mucho más sensorial que analítico lo cuál lo hace muy efectivo como experiencia, aunque menos completa que ‘Civil War’. Aun así, las intenciones de ambas películas están en diálogo, tratando de plasmar la guerra como un suceso traumático y poco deseable que no va a traer nada especialmente positivo.
A partir de aquí spoilers de ‘Warfare: Tiempo de guerra’
El final, eso sí, ha causado controversia en varios lugares precisamente por redoblar en cuanto a ambigüedad en su manera de abordar el tema. Algunos de mis compañeros, como Randy Meeks, han reaccionado de manera menos positiva (aunque justificada) a las decisiones tomadas cuando, tras todo el abrumador despliegue explosivo que no deja sino polvo, olor a quemado y casas destrozadas, decide cortar a lo que parece un clásico montaje de drama basado en hechos reales donde se ve a los protagonistas reales años después de sobrevivir al asalto, con su mensaje de agradecimiento por su servicio.
El argumento en contra de este final asegura que este montaje corta las intenciones antibélicas de la película para hacer un homenaje al ejército americano, presente en el territorio bajo los preceptos de la guerra contra el terrorismo que no hizo sino dejar destrucción y más radicalización en la zona. Garland y Mendoza no desarrollan una crítica a esa presencia, y optan por algo más genérico contra la guerra en general, aunque la eliminación del contexto a su presencia en ese terreno (y también de los motivos del bando contrario para dispararles) persigue darle un carácter más atemporal a la película así como al mensaje.
Con todo, es prácticamente imposible salir de ‘Warfare: Tiempo de guerra’ con una sensación de triunfo o euforia (irónicamente, así empieza la experiencia). Tras ver la zona destrozada vemos como el controvertido montaje está acompañado de las texturas ruidosas e incómodas de ‘Dancing in Blood’, tema de unos Low recientemente reinventados hacia un rock experimental y distorsionado. Esos sonidos y esa letra oscura distorsionan lo que debería sentirse como un alivio, donde además observamos que muchos de los rostros reales están tapados probablemente por negativas de los protagonistas a querer mostrarse (entre ellos, la familia propietaria del domicilio principal destrozado). Esta mezcla de sensaciones no alcanza el éxtasis, sino que prolonga el trauma vivido durante 90 minutos de alta intensidad, haciendo de esta una decisión inspiradísima.
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La noticia
Alex Garland es un cineasta genial hasta escogiendo canciones. Cómo abre y cierra ‘Warfare: Tiempo de guerra’ marca la película bélica más angustiosa de los últimos años
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Pedro Gallego
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