Qué es el pollo clorado de EEUU prohibido en Europa que Trump exige que le compremos para librarnos de aranceles
La guerra arancelaria que tiene a la economía mundial en vilo desde hace semanas ha lanzado sobre la mesa una vieja polémica entre Estados Unidos y Europa: el pollo clorado. Prohibido en los países de la UE, entre otros, se denomina así a una técnica que aplica la industria a la carne de ave en el país americano y que, ahora, Donald Trump exige que sea admitida en nuestros mercados. El presidente Trump lamentó públicamente la semana pasada que Europa rechazara la importación de pollo estadounidense por motivos de seguridad alimentaria. “El Reino Unido mantiene normas no basadas en la ciencia que restringen gravemente las exportaciones estadounidenses de productos cárnicos y avícolas seguros y de alta calidad”, ha afirmado la Casa Blanca en un comunicado dirigido concretamente al mercado británico. Estas declaraciones han reavivado un viejo debate en Reino Unido; Nigel Farage, líder del partido reformista, ha defendido la posibilidad de incluir el pollo clorado en un hipotético acuerdo de libre comercio con el país americano, mencionando el deseo de Trump de que los británicos compraran sus productos agrícolas, pero el Gobierno se niega a cambiar su postura. El Secretario de Estado Jonathan Reynolds se ha mostrado categórico en una reciente entrevista en Sky News: el país “no cambiará nunca sus normas alimentarias”. Qué es el pollo clorado La cloración del pollo es una técnica usada en la industria alimentaria que procesa carne de ave para su comercialización en crudo. Consiste en aplicar por inmersión una solución antimicrobiana a base de compuestos de cloro a la carne tras el sacrificio, para reducir la posible presencia y desarrollo de bacterias y otros patógenos causantes de enfermedades, especialmente Salmonella y Campylobacter. El cloro y sus compuestos se usa en niveles específicos de concentración aprobados aprobados por el departamento de Agricultura y la agencia para la Alimentación y los Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés). Se considera una técnica segura que permite reducir las enfermedades transmitidas por alimentos, alargar la vida útil de los productos y aumentar la eficiencia productiva del sector avícola, facilitando que las empresas cumplan con los estándares de seguridad. En Directo al Paladar Qué son las líneas blancas de las pechugas de pollo y por qué deberíamos o no quitarlas Por tanto, Estados Unidos defiende la seguridad e inocuidad de este tratamiento, pero en la Unión Europea está prohibido desde 1997. No solo no se puede aplicar en los países de la Unión, tampoco se puede importar o vender pollo que haya sido tratado con esta solución. Por qué está prohibido en Europa: el problema no es el cloro Lo cierto es que el tratamiento por inmersión de solución de cloro ha caído en desuso en los últimos años. Como explica a National Public Radio Dianna Bourassa, microbióloga avícola, la gran mayoría del pollo procesado en Estados Unidos no se ha sometido al lavado con cloro, tan solo alrededor del 5% de granjas lo usan. Hoy se utilizan ácidos orgánicos para reducir la contaminación cruzada, como ácido peracético, o peroxiacético, una mezcla de vinagre y peróxido de hidrógeno. Entonces, ¿por qué la Europa sigue rechazando la importación de pollo estadounidense? El cloro realmente nunca fue el problema, sino lo que implica aplicar este tipo de tratamientos. Son dos formas de entender y afrontar la seguridad y regulación alimentaria. En Europa apostamos por el principio de precaución, reforzando la prevención, mientras que en Estados Unidos se aboga por un enfoque más permisivo durante el proceso de producción. Y esto es lo que no gusta en la UE. La perspectiva europea considera que los tratamientos químicos que aplica el país americano son una forma de paliar la falta de higiene y de seguridad en todas las fases de producción de la carne. Además, el uso del cloro o ácidos orgánicos sale mucho más barato que aplicar unos estándares de seguridad más estrictos en toda la cadena productiva. En otras palabras, la normativa alimentaria de la Unión Europea solo permite procesos y productos que han demostrado ser seguros, mientras que Estados Unidos permite todo lo que no se haya demostrado que sea peligroso. Dos maneras de entender la seguridad alimentaria condenadas a chocar, salvo que una esté dispuesta a dar su brazo a torcer. Y no parece que Estados Unidos esté dispuesto a adaptar sus normativas a las nuestras. Imágenes | Freepik/azerbaijan_stockers - En DAP | La forma más rápida de descongelar el pollo sin que suponga un riesgo para la salud En DAP | Pechugas, muslos o contramuslos: cuáles son las partes más saludables del pollo y cómo elegir la mejor para tus recetas - La noticia Qué es el pollo clorado de EEUU prohibido en Europa que Trump exige que le compremos para librarnos de aranceles fue publicada o

La guerra arancelaria que tiene a la economía mundial en vilo desde hace semanas ha lanzado sobre la mesa una vieja polémica entre Estados Unidos y Europa: el pollo clorado. Prohibido en los países de la UE, entre otros, se denomina así a una técnica que aplica la industria a la carne de ave en el país americano y que, ahora, Donald Trump exige que sea admitida en nuestros mercados.
El presidente Trump lamentó públicamente la semana pasada que Europa rechazara la importación de pollo estadounidense por motivos de seguridad alimentaria. “El Reino Unido mantiene normas no basadas en la ciencia que restringen gravemente las exportaciones estadounidenses de productos cárnicos y avícolas seguros y de alta calidad”, ha afirmado la Casa Blanca en un comunicado dirigido concretamente al mercado británico.
Estas declaraciones han reavivado un viejo debate en Reino Unido; Nigel Farage, líder del partido reformista, ha defendido la posibilidad de incluir el pollo clorado en un hipotético acuerdo de libre comercio con el país americano, mencionando el deseo de Trump de que los británicos compraran sus productos agrícolas, pero el Gobierno se niega a cambiar su postura. El Secretario de Estado Jonathan Reynolds se ha mostrado categórico en una reciente entrevista en Sky News: el país “no cambiará nunca sus normas alimentarias”.
Qué es el pollo clorado
La cloración del pollo es una técnica usada en la industria alimentaria que procesa carne de ave para su comercialización en crudo. Consiste en aplicar por inmersión una solución antimicrobiana a base de compuestos de cloro a la carne tras el sacrificio, para reducir la posible presencia y desarrollo de bacterias y otros patógenos causantes de enfermedades, especialmente Salmonella y Campylobacter.
El cloro y sus compuestos se usa en niveles específicos de concentración aprobados aprobados por el departamento de Agricultura y la agencia para la Alimentación y los Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés). Se considera una técnica segura que permite reducir las enfermedades transmitidas por alimentos, alargar la vida útil de los productos y aumentar la eficiencia productiva del sector avícola, facilitando que las empresas cumplan con los estándares de seguridad.
Por tanto, Estados Unidos defiende la seguridad e inocuidad de este tratamiento, pero en la Unión Europea está prohibido desde 1997. No solo no se puede aplicar en los países de la Unión, tampoco se puede importar o vender pollo que haya sido tratado con esta solución.
Por qué está prohibido en Europa: el problema no es el cloro
Lo cierto es que el tratamiento por inmersión de solución de cloro ha caído en desuso en los últimos años. Como explica a National Public Radio Dianna Bourassa, microbióloga avícola, la gran mayoría del pollo procesado en Estados Unidos no se ha sometido al lavado con cloro, tan solo alrededor del 5% de granjas lo usan. Hoy se utilizan ácidos orgánicos para reducir la contaminación cruzada, como ácido peracético, o peroxiacético, una mezcla de vinagre y peróxido de hidrógeno.
Entonces, ¿por qué la Europa sigue rechazando la importación de pollo estadounidense? El cloro realmente nunca fue el problema, sino lo que implica aplicar este tipo de tratamientos.

Son dos formas de entender y afrontar la seguridad y regulación alimentaria. En Europa apostamos por el principio de precaución, reforzando la prevención, mientras que en Estados Unidos se aboga por un enfoque más permisivo durante el proceso de producción. Y esto es lo que no gusta en la UE.
La perspectiva europea considera que los tratamientos químicos que aplica el país americano son una forma de paliar la falta de higiene y de seguridad en todas las fases de producción de la carne. Además, el uso del cloro o ácidos orgánicos sale mucho más barato que aplicar unos estándares de seguridad más estrictos en toda la cadena productiva.
En otras palabras, la normativa alimentaria de la Unión Europea solo permite procesos y productos que han demostrado ser seguros, mientras que Estados Unidos permite todo lo que no se haya demostrado que sea peligroso. Dos maneras de entender la seguridad alimentaria condenadas a chocar, salvo que una esté dispuesta a dar su brazo a torcer. Y no parece que Estados Unidos esté dispuesto a adaptar sus normativas a las nuestras.
Imágenes | Freepik/azerbaijan_stockers -
En DAP | La forma más rápida de descongelar el pollo sin que suponga un riesgo para la salud
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Qué es el pollo clorado de EEUU prohibido en Europa que Trump exige que le compremos para librarnos de aranceles
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Directo al Paladar
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Liliana Fuchs
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