La mejor manera de cenar pepino sin que se repita es con esta receta saludable, ligera, digestiva y riquísima

El pobre pepino tiene fama de sentar regular si se consume crudo, que es la manera tradicional de consumirlo, porque a mucha gente se le repite. Y no es lo que más apetece después de la cena para conciliar el sueño, ciertamente. Sin embargo, la solución es sencilla: escoger variedades más amables y preparar un plato que sea digestivo a la par que sabroso. Una de las ensaladas que más repito desde que la probé por primera vez, sobre todo cuando los días se hacen más largos, es la ensalada de piña, pepino y cacahuetes. Fue todo un descubrimiento por su sencillez y mágica combinación de sabores y texturas, un festival para las papilas gustativas que, además, sienta de maravilla. La piña ya sabemos que es muy digestiva, además de ligera e hidratante, y el pepino se suma a ella si elegimos variedades como el baby o el tipo francés u holandés, más delicados y suaves que el español -ojo, todos se cultivan en España a pesar de sus nombres-. Pero si puedes elegir, escoge el baby o mini, de los que se consumen como snack. Los cacahuetes tostados aportan proteínas y grasas de calidad, además de un punto extra crujiente, aunque la he probado con anacardos y también con almendras y me gusta igual. El aliño redondea el conjunto con el frescor de la lima y la salsa asiática de pescado, al que se suman las hierbas frescas y un toque picante de chile o guindilla. Puedes ajustar estos ingredientes a tu gusto o simplemente usar el aderezo que más te guste. En DAP | Sándwich de pepino En DAP | Ensalada de pepino - La noticia La mejor manera de cenar pepino sin que se repita es con esta receta saludable, ligera, digestiva y riquísima fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .

May 11, 2025 - 17:06

El pobre pepino tiene fama de sentar regular si se consume crudo, que es la manera tradicional de consumirlo, porque a mucha gente se le repite. Y no es lo que más apetece después de la cena para conciliar el sueño, ciertamente. Sin embargo, la solución es sencilla: escoger variedades más amables y preparar un plato que sea digestivo a la par que sabroso.

Una de las ensaladas que más repito desde que la probé por primera vez, sobre todo cuando los días se hacen más largos, es la ensalada de piña, pepino y cacahuetes. Fue todo un descubrimiento por su sencillez y mágica combinación de sabores y texturas, un festival para las papilas gustativas que, además, sienta de maravilla.

La piña ya sabemos que es muy digestiva, además de ligera e hidratante, y el pepino se suma a ella si elegimos variedades como el baby o el tipo francés u holandés, más delicados y suaves que el español -ojo, todos se cultivan en España a pesar de sus nombres-. Pero si puedes elegir, escoge el baby o mini, de los que se consumen como snack.

Los cacahuetes tostados aportan proteínas y grasas de calidad, además de un punto extra crujiente, aunque la he probado con anacardos y también con almendras y me gusta igual. El aliño redondea el conjunto con el frescor de la lima y la salsa asiática de pescado, al que se suman las hierbas frescas y un toque picante de chile o guindilla. Puedes ajustar estos ingredientes a tu gusto o simplemente usar el aderezo que más te guste.

En DAP | Sándwich de pepino

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