Vladimir Putin quiere hacer su propio Eurovisión... otra vez. La increíble historia de Intervision, el festival de la canción soviético que empezó hace 60 años
El 24 de mayo de 1956 es una fecha marcada por muchos en el calendario de las efemérides históricas... Y es que fue el primer día en que, al mismo tiempo, se emitió en varios países de Europa el Gran Premio Eurovisión de la Canción Europea. O, como lo llamamos ahora por abreviar, Eurovisión. Eso sí, el formato permitía que la gente se fuera a la cama antes, porque solo competían 7 países, aunque cada uno de ellos con dos canciones distintas (la mitad, curiosamente, cantadas en francés... y ninguna en inglés). Ganó Lys Assia por Suiza con la canción 'Refrain', y abrió la puerta al resto del continente. Bueno, más o menos. La canción de acero Durante años, los países participantes en Eurovisión han ido y han venido, con una gran duda que durante años se fue haciendo más y más grande: ¿Qué hacemos con Rusia? El país, a caballo entre Europa y Asia, debutó en la edición de 1994 con 'Vechny strannik', de Youddiph, y llegó a marcar época no solo con la explosión de las T.A.T.U, sino también con el éxito de 'Believe', de Dima Bilan, que ganó en 2009. Pero lo cierto es que lo de los festivales de música no le venía de nuevas, porque muchos años antes el país ya participó en su propio Eurovisión: esta es la extraña historia de Intervisión. Año 1965. Eurovisión llevaba ya nueve años de éxito, y sumaba ya 18 participantes (ese año, particularmente, España llevó a Conchita Bautista con su 'Qué bueno, qué bueno', logrando unos meritorios 0 puntos, qué malo, qué malo), entre los que ni siquiera se olía a Rusia, que por aquel entonces formaba parte de la URSS y aún no tenía visos de dejar caer el telón de acero. Pero, por supuesto, no iban a dejar que Europa se quedara con el monopolio de los festivales de música competitivos. Así, ese año se emitió, por primera vez, el Concurso Intervisión Collar de Oro. O, para los amigos, Intervision. En Espinof Cuando 4 países ganaron Eurovisión a la vez porque no había reglas para el desempate... y España estaba entre ellos Desde 1965 hasta 1968, Intervisión se emitió desde Checoslovaquia (concretamente, desde el Teatro Karlin de Praga), con las mismas reglas del concurso europeo. De hecho, contaron con ganadores de Eurovisión, como Udo Jürgens o Sandie Shaw, para amenizar los actos intermedios. En un principio, los concursantes solo eran seis, por motivos obvios: la Unión Soviética, Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Polonia y Alemania Oriental. El año siguiente el rango se amplió a Finlandia y Bulgaria, después a Rumanía, y, al final, en 1968 acabó siendo una especie de 'Eurovisión 2'. Y es que ese año la Unión Soviética acabó con la censura de los medios en Checoslovaquia, y aprovecharon para invitar a otros países eurovisivos como Suiza, Alemania Occidental, Austria y, por supuesto, España. Sí, España participó con Salomé, que quedó tercera tan solo un año antes de ganar Eurovisión (empatada con otros tres países, todo sea dicho) con su 'Vivo cantando'. Ese mismo año, los soviets invadieron Checoslovaquia y el país jamás volvió a producir Intervisión. Pero, si algo aprenderéis en esta historia, es que Intervisión no muere jamás. No hay quien lo Sopot-e Así fue: en 1977, nueve años después de su primer final, la televisión polaca resucitó Intervisión (con rumba catalana incluida), pero en esta ocasión hizo que formara parte de un festival de canciones internacional, el de Sopot, creado una década antes por el mismísimo Władysław Szpilman -si te suena el nombre, es porque fue interpretado por Adrien Brody en 'El pianista'-. En este caso intentaron, eso sí, darle un formato más comercial: quienes competirían serían no solo los estados, sino también las discográficas de todo el mundo. La idea loca duró cuatro años (la causa es triste: la ley marcial en Polonia que duró desde 1981 hasta 1983), y el festival siguió su propio rumbo de manera independiente, llegando a considerarse más importante incluso que el de Benidorm. A lo largo de este lustro escaso, Intervisión se dio el lujo de invitar a todo tipo de países, saliéndose de las estrictas normas europeas: en Sopot llegaron a participar Cuba, República Dominicana, Mongolia, Nueva Zelanda, Nigeria, Perú o Sudáfrica, entre muchos otros. Y después, llegó el olvido. Rusia pasó a formar parte de Eurovisión en 1994, y casi todo el mundo se olvidó de él hasta que, 28 años después, en 2008, once países participaron en una nueva edición sorpresa que acabó ganando Tajikistán. Desde entonces, Vladimir Putin ha insistido en volver a celebrar el festival, proponiendo una alternativa a Eurovisión entre Rusia, China y varios países asiáticos. En Espinof La película sobre Eurovisión de Will Ferrell en Netflix que se sabe idiota y logra mimetizar la locura de las canciones eurovisivas De hecho, esta insistencia se hizo más patente en 2014, cuando, después de la vi

El 24 de mayo de 1956 es una fecha marcada por muchos en el calendario de las efemérides históricas... Y es que fue el primer día en que, al mismo tiempo, se emitió en varios países de Europa el Gran Premio Eurovisión de la Canción Europea. O, como lo llamamos ahora por abreviar, Eurovisión. Eso sí, el formato permitía que la gente se fuera a la cama antes, porque solo competían 7 países, aunque cada uno de ellos con dos canciones distintas (la mitad, curiosamente, cantadas en francés... y ninguna en inglés). Ganó Lys Assia por Suiza con la canción 'Refrain', y abrió la puerta al resto del continente. Bueno, más o menos.
La canción de acero
Durante años, los países participantes en Eurovisión han ido y han venido, con una gran duda que durante años se fue haciendo más y más grande: ¿Qué hacemos con Rusia? El país, a caballo entre Europa y Asia, debutó en la edición de 1994 con 'Vechny strannik', de Youddiph, y llegó a marcar época no solo con la explosión de las T.A.T.U, sino también con el éxito de 'Believe', de Dima Bilan, que ganó en 2009. Pero lo cierto es que lo de los festivales de música no le venía de nuevas, porque muchos años antes el país ya participó en su propio Eurovisión: esta es la extraña historia de Intervisión.
Año 1965. Eurovisión llevaba ya nueve años de éxito, y sumaba ya 18 participantes (ese año, particularmente, España llevó a Conchita Bautista con su 'Qué bueno, qué bueno', logrando unos meritorios 0 puntos, qué malo, qué malo), entre los que ni siquiera se olía a Rusia, que por aquel entonces formaba parte de la URSS y aún no tenía visos de dejar caer el telón de acero. Pero, por supuesto, no iban a dejar que Europa se quedara con el monopolio de los festivales de música competitivos. Así, ese año se emitió, por primera vez, el Concurso Intervisión Collar de Oro. O, para los amigos, Intervision.
Desde 1965 hasta 1968, Intervisión se emitió desde Checoslovaquia (concretamente, desde el Teatro Karlin de Praga), con las mismas reglas del concurso europeo. De hecho, contaron con ganadores de Eurovisión, como Udo Jürgens o Sandie Shaw, para amenizar los actos intermedios. En un principio, los concursantes solo eran seis, por motivos obvios: la Unión Soviética, Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Polonia y Alemania Oriental. El año siguiente el rango se amplió a Finlandia y Bulgaria, después a Rumanía, y, al final, en 1968 acabó siendo una especie de 'Eurovisión 2'.
Y es que ese año la Unión Soviética acabó con la censura de los medios en Checoslovaquia, y aprovecharon para invitar a otros países eurovisivos como Suiza, Alemania Occidental, Austria y, por supuesto, España. Sí, España participó con Salomé, que quedó tercera tan solo un año antes de ganar Eurovisión (empatada con otros tres países, todo sea dicho) con su 'Vivo cantando'. Ese mismo año, los soviets invadieron Checoslovaquia y el país jamás volvió a producir Intervisión. Pero, si algo aprenderéis en esta historia, es que Intervisión no muere jamás.

No hay quien lo Sopot-e
Así fue: en 1977, nueve años después de su primer final, la televisión polaca resucitó Intervisión (con rumba catalana incluida), pero en esta ocasión hizo que formara parte de un festival de canciones internacional, el de Sopot, creado una década antes por el mismísimo Władysław Szpilman -si te suena el nombre, es porque fue interpretado por Adrien Brody en 'El pianista'-. En este caso intentaron, eso sí, darle un formato más comercial: quienes competirían serían no solo los estados, sino también las discográficas de todo el mundo. La idea loca duró cuatro años (la causa es triste: la ley marcial en Polonia que duró desde 1981 hasta 1983), y el festival siguió su propio rumbo de manera independiente, llegando a considerarse más importante incluso que el de Benidorm.
A lo largo de este lustro escaso, Intervisión se dio el lujo de invitar a todo tipo de países, saliéndose de las estrictas normas europeas: en Sopot llegaron a participar Cuba, República Dominicana, Mongolia, Nueva Zelanda, Nigeria, Perú o Sudáfrica, entre muchos otros. Y después, llegó el olvido. Rusia pasó a formar parte de Eurovisión en 1994, y casi todo el mundo se olvidó de él hasta que, 28 años después, en 2008, once países participaron en una nueva edición sorpresa que acabó ganando Tajikistán. Desde entonces, Vladimir Putin ha insistido en volver a celebrar el festival, proponiendo una alternativa a Eurovisión entre Rusia, China y varios países asiáticos.
De hecho, esta insistencia se hizo más patente en 2014, cuando, después de la victoria de Conchita Wurst, Rusia subrayó la "decadencia moral de occidente". Se llegó incluso a anunciar el revival, pero nunca llegó a tomar forma... hasta este 2025. Y es que, tras la expulsión eurovisiva de Rusia en 2022 debido a su guerra con Ucrania, Putin ha afirmado que este año volverá a tener lugar Intervisión, aunque la fecha está aún por definir. El encargado de levantarlo será Dmitri Chernishenko, el viceprimer ministro, supervisado por Putin. Todo queda en casa.
Ojo: más allá de su futura existencia, aún se sabe poco sobre este mega-concurso de la canción que pretende hacer la puñeta a una Eurovisión mermada por las polémicas. ¿Es Intervisión el futuro de los festivales de música o su revival se quedará en una anécdota al margen? ¿Volveremos a participar alguna vez? Y, sobre todo, ¿sabrán explotar el mamarracheo para conquistar a los eurofans cansados de los continuos vaivenes de la UER? Habrá que verlo.
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Vladimir Putin quiere hacer su propio Eurovisión... otra vez. La increíble historia de Intervision, el festival de la canción soviético que empezó hace 60 años
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Espinof
por
Randy Meeks
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