La croqueta como religión: en Poblenou hay un altar y se llama Catacroquet
En Barcelona, decir que se sirven buenas croquetas es como asegurar que uno hace la mejor tortilla. Una afirmación temeraria, repetida y con altas probabilidades de decepción. En un rincón del Poblenou esa promesa se promueve y si no son las mejores, al menos son reconocidas por su amplia oferta y variedad: desde las opciones tradicionales hasta las más modernas y de fusión. El restaurante en cuestión, Catacroquet, no necesita un interiorismo brillante (recién renovado tras una década de ardua batalla) ni vajilla de diseño para impactar, aunque no prescinda de estos. Basta un bocado para entender que la croqueta es, en realidad, una inspiración. Su bechamel es cremosa, densa en sabor , y el rebozado cruje sin aspavientos. Aquí no hay trampa ni cartón. No en vano son expertos en la materia. Este restaurante ha cumplido diez años y lo hace alardeando de la terraza más canalla en uno de los barrios más hipster de la Barcelona actual. Aunque su carta de croquetas es larga, por ejemplo de huevo de corral, cabrales con pera y calamar con jamón ibérico, reconocen que “no todo es croquetable”. En Directo al Paladar Este bar de Gràcia rompe las reglas en Barcelona: tapa de cocina gratis con la bebida En consecuencia, su carta también incluye pescado fresco, por ejemplo taco crujiente de langostinos, y carnes, a gusto del consumidor, como un codiciado ternasco en pleno barrio del Poblenou. Este es uno de los platos que también tiene fama en el barrio por su punto meloso. Un mix que también quiere colarse más allá de la estructura de platos para compartir. En cualquier caso, lo que hay es respeto por la receta y mano de cocina que sabe lo que hace. El ambiente es relajado, con ese aire de barrio que huye de los escaparates gastronómicos y apuesta por el contenido. No se trata de postureo, sino de plato y buen comer. Los comensales repiten, y no por moda, sino porque saben que hay pocas cosas más sinceras que una buena croqueta. Y en este local, la honestidad se sirve en ración doble. El boca-oreja hace su trabajo, y lo que era secreto de iniciados empieza a sonar con más fuerza. Pero no hay prisa: quienes lo descubren suelen regresar, y quienes aún no han ido, lo harán. Porque en el fondo, un restaurante no necesita titulares si tiene algo que decir con cuchara y tenedor. Catacroquet Dirección: Almogàvers, 211 Teléfono: 932 80 90 59 Precio: 35 € Horario: De lunes a viernes, de 13 a 23.30 horas. Sábados, de 12.30 a 12, y domingos de 12.30 a 20 horas. Foto | @catacroquet/Instagram En DAP | El ineludible restaurante de Nou Barris que tiene encandilado al vecindario con su menú de mediodía En DAP | Hay un restaurante de menú en el Eixample de Barcelona que siempre está petado: su secreto es tan simple como efectivo - La noticia La croqueta como religión: en Poblenou hay un altar y se llama Catacroquet fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

En Barcelona, decir que se sirven buenas croquetas es como asegurar que uno hace la mejor tortilla. Una afirmación temeraria, repetida y con altas probabilidades de decepción. En un rincón del Poblenou esa promesa se promueve y si no son las mejores, al menos son reconocidas por su amplia oferta y variedad: desde las opciones tradicionales hasta las más modernas y de fusión.
El restaurante en cuestión, Catacroquet, no necesita un interiorismo brillante (recién renovado tras una década de ardua batalla) ni vajilla de diseño para impactar, aunque no prescinda de estos.
Basta un bocado para entender que la croqueta es, en realidad, una inspiración. Su bechamel es cremosa, densa en sabor , y el rebozado cruje sin aspavientos. Aquí no hay trampa ni cartón. No en vano son expertos en la materia.
Este restaurante ha cumplido diez años y lo hace alardeando de la terraza más canalla en uno de los barrios más hipster de la Barcelona actual. Aunque su carta de croquetas es larga, por ejemplo de huevo de corral, cabrales con pera y calamar con jamón ibérico, reconocen que “no todo es croquetable”.
En consecuencia, su carta también incluye pescado fresco, por ejemplo taco crujiente de langostinos, y carnes, a gusto del consumidor, como un codiciado ternasco en pleno barrio del Poblenou.
Este es uno de los platos que también tiene fama en el barrio por su punto meloso. Un mix que también quiere colarse más allá de la estructura de platos para compartir.
En cualquier caso, lo que hay es respeto por la receta y mano de cocina que sabe lo que hace. El ambiente es relajado, con ese aire de barrio que huye de los escaparates gastronómicos y apuesta por el contenido. No se trata de postureo, sino de plato y buen comer.
Los comensales repiten, y no por moda, sino porque saben que hay pocas cosas más sinceras que una buena croqueta. Y en este local, la honestidad se sirve en ración doble.
El boca-oreja hace su trabajo, y lo que era secreto de iniciados empieza a sonar con más fuerza. Pero no hay prisa: quienes lo descubren suelen regresar, y quienes aún no han ido, lo harán. Porque en el fondo, un restaurante no necesita titulares si tiene algo que decir con cuchara y tenedor.
Catacroquet
- Dirección: Almogàvers, 211
- Teléfono: 932 80 90 59
- Precio: 35 €
- Horario: De lunes a viernes, de 13 a 23.30 horas. Sábados, de 12.30 a 12, y domingos de 12.30 a 20 horas.
Foto | @catacroquet/Instagram
En DAP | El ineludible restaurante de Nou Barris que tiene encandilado al vecindario con su menú de mediodía
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La croqueta como religión: en Poblenou hay un altar y se llama Catacroquet
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Directo al Paladar
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Joana Costa
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