Muere, a los 91 años, el arquitecto Miguel de Oriol

En 2018, en el retrato que de él dejaba una entrevista firmada por Elena Pita, Miguel de Oriol e Ybarra , por entonces con 84 años de edad y aún en activo, se dibujaba nítidamente como un hombre de convicciones férreas , irredento frente a un mundo donde a sus creencias espirituales y la visión del mundo que de ellas ya no se les dejaba cabida. Oriol e Ybarra pertenecía con visceralidad a un tiempo que vio volatilizarse ante sus propios ojos. Nació en 1933, en el seno de una familia profundamente religiosa, y se formó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Obtuvo un sobresaliente con su Proyecto de Fin de Carrera en 1959: un monumento funerario. Prosiguió sus estudios en la Universidad de Yale (EE.UU) con una beca Fullbright, donde, decía, «atendí lecciones de los más grandes» y se formó particularmente en urbanismo junto a Christopher Tunnard. En 1964 recibió su doctorado en Madrid. Para entonces ya había realizado la remodelación del Monasterio de Alcántara y proyectado el Colegio Carmelitas de San Sebastián junto a Vicente Orbe Piniés. De la década de los sesenta datan también otros proyectos como la Residencia de San Jaime (Estepona), la sede de la Universidad de Deusto en San Sebastián, el Colegio Salesiano Santo Domingo Savio o el conjunto residencial La Rinconada. Su nombre es clave dentro de aquella generación arquitectónica del sesenta, clave en la modernización de la arquitectura y la sociedad española. En los años siguientes, la Torre Europa , el complejo Eurocis, la remodelación de la Plaza de Oriente, la Escuela de Música Reina Sofía de la Fundación Albéniz, el Club de Golf La Moraleja, el conjunto residencial Rosa Luxemburgo y el pabellón del Vaticano para la Exposición Universal de 1992 fueron algunos de sus proyectos más importantes . Su faceta como escultor da cuenta de su convicción de la dimensión artística que atribuía también a la arquitectura. Uno de sus compromisos como urbanista fue tratar de devolver la Gran Vía a Madrid . 'Madrid a pie, una utopía' fue el título de su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1990. Marcado por su fortísima creencia en el poder supremo de un dios infinito e indefinible, construyó también un gran número de iglesias y capillas , como expresión de una honda fe que le había ido llevando a terminar creyendo «no en el saber, sino en el creer». Es posible que esta firmeza espiritual fuera el sostén de su insobornable individualidad e independencia que le llevó a sentir la descalificación política y mediática de su figura. Decía haber procurado «no molestar, ofender lo menos posible», pero reconocía que «en ocasiones he dicho disparates». Columnista de ABC durante largo tiempo, fue también autor del libro 'Ser Arquitecto'.

May 7, 2025 - 14:56
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Muere, a los 91 años, el arquitecto Miguel de Oriol
En 2018, en el retrato que de él dejaba una entrevista firmada por Elena Pita, Miguel de Oriol e Ybarra , por entonces con 84 años de edad y aún en activo, se dibujaba nítidamente como un hombre de convicciones férreas , irredento frente a un mundo donde a sus creencias espirituales y la visión del mundo que de ellas ya no se les dejaba cabida. Oriol e Ybarra pertenecía con visceralidad a un tiempo que vio volatilizarse ante sus propios ojos. Nació en 1933, en el seno de una familia profundamente religiosa, y se formó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Obtuvo un sobresaliente con su Proyecto de Fin de Carrera en 1959: un monumento funerario. Prosiguió sus estudios en la Universidad de Yale (EE.UU) con una beca Fullbright, donde, decía, «atendí lecciones de los más grandes» y se formó particularmente en urbanismo junto a Christopher Tunnard. En 1964 recibió su doctorado en Madrid. Para entonces ya había realizado la remodelación del Monasterio de Alcántara y proyectado el Colegio Carmelitas de San Sebastián junto a Vicente Orbe Piniés. De la década de los sesenta datan también otros proyectos como la Residencia de San Jaime (Estepona), la sede de la Universidad de Deusto en San Sebastián, el Colegio Salesiano Santo Domingo Savio o el conjunto residencial La Rinconada. Su nombre es clave dentro de aquella generación arquitectónica del sesenta, clave en la modernización de la arquitectura y la sociedad española. En los años siguientes, la Torre Europa , el complejo Eurocis, la remodelación de la Plaza de Oriente, la Escuela de Música Reina Sofía de la Fundación Albéniz, el Club de Golf La Moraleja, el conjunto residencial Rosa Luxemburgo y el pabellón del Vaticano para la Exposición Universal de 1992 fueron algunos de sus proyectos más importantes . Su faceta como escultor da cuenta de su convicción de la dimensión artística que atribuía también a la arquitectura. Uno de sus compromisos como urbanista fue tratar de devolver la Gran Vía a Madrid . 'Madrid a pie, una utopía' fue el título de su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1990. Marcado por su fortísima creencia en el poder supremo de un dios infinito e indefinible, construyó también un gran número de iglesias y capillas , como expresión de una honda fe que le había ido llevando a terminar creyendo «no en el saber, sino en el creer». Es posible que esta firmeza espiritual fuera el sostén de su insobornable individualidad e independencia que le llevó a sentir la descalificación política y mediática de su figura. Decía haber procurado «no molestar, ofender lo menos posible», pero reconocía que «en ocasiones he dicho disparates». Columnista de ABC durante largo tiempo, fue también autor del libro 'Ser Arquitecto'.