La "mejor cirugía" para el día de tu boda. Así es el demencial reality que (para sorpresa de nadie) no pasó de la primera temporada
La historia televisiva de los realities es un pozo negro lleno de auténticos horrores y, si tiras de la cuerda, salen títulos a cada cual más enfangado. 'Bridalplasty' es uno de los experimentos más sórdidos que se han podido ver por TV ya desde su propia premisa: varias mujeres compitiendo por la "cirugía perfecta" para el esperado día de su boda. Camino al altar (quirúrgico) Esto se remonta a 2010, cuando a la cadena estadounidense E! se le ocurrió estrenar 'Bridalplasty', un formato que reunía a 12 mujeres en una casa para que se enfrentaran por lograr la boda de sus sueños. Hasta ahí, pues bueno, nada nuevo bajo el sol, pero dicha celebración incluía un requisito indispensable: la cirugía estética. En Espinof Este reality de niñas ricas gastando dinero a espuertas tuvo tanto éxito que acabó convertido en una saga de terror Cada participante tenía una wishlist de operaciones estéticas y la ganadora de los retos de cada semana (relacionados con la preparación de sus bodas) conseguía una de las intervenciones quirúrgicas de su lista. Shanna Moakler ejercía de maestra de ceremonias de este circo, junto al doctor Terry Dubrow, que se encargaba de echarle mano al bisturí. El cirujano les daba un repaso a las concursantes, buscándoles todos sus "defectos" que se prestaban a ser carne de operación (por si no venían con suficientes complejos de casa, el programa se encargaba de "encarrilarlas" en la dirección que les interesaba), para dar pie a rinoplastias, liposucciones, bótox, implantes, carillas dentales y demás intervenciones a las que se sometían en el show. Pese a su carácter mamarracho y pretendidamente desenfadado, la verdad es que el programa era un escaparate de ideas bastante horribles, empezando con que esa "lista de deseos" partía de las exigencias de los maridos de las concursantes, más interesados en cómo sería el físico de sus futuras esposas después de pasar por quirófano que en ellas como personas. Sin duda, la idea de premiar a las concursantes con operaciones estéticas suena absolutamente demencial, pero a principios de los 2010 no despertó tanta polémica como podría suceder ahora. Hubo algunas críticas pero fueron bastante aisladas, por parte de medios especializados e incluso por la American Society of Plastic Surgeons: "Tenemos prohibido regalar intervenciones (quirúrgicas) como premio de un concurso. Socava totalmente la relación médico-paciente". Sin embargo, la poca repercusión que tuvo en ese sentido no se debió tanto a que no hubiera elementos criticables, sino más bien a que no la vio ni Cristo: la audiencia fue menguando a lo largo de los 10 episodios que conformaron su primera temporada, hasta acabar con cifras raquíticas en su episodio final. En Espinof Cuando 'Gran Hermano' se cruzó con el cine para adultos. Un reality tan cutre como exitoso cuyo creador acabó siendo alcalde No es de extrañar que el reality no fuera renovado y, tras concluir a principios de 2011, no volvimos a tener otra ronda de señoras buscando la felicidad en la cirugía para satisfacer ideales de belleza francamente surrealistas. Un grotesco ejemplo para desmentir aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor". En Espinof | Fue nombrado "el peor programa de TV de todos los tiempos" y se vinculó a un crimen espantoso, pero el show de Jerry Springer duró 27 años En Espinof | Las 27 mejores series de la historia de Netflix - La noticia La "mejor cirugía" para el día de tu boda. Así es el demencial reality que (para sorpresa de nadie) no pasó de la primera temporada fue publicada originalmente en Espinof por Carla Monfort .

La historia televisiva de los realities es un pozo negro lleno de auténticos horrores y, si tiras de la cuerda, salen títulos a cada cual más enfangado. 'Bridalplasty' es uno de los experimentos más sórdidos que se han podido ver por TV ya desde su propia premisa: varias mujeres compitiendo por la "cirugía perfecta" para el esperado día de su boda.
Camino al altar (quirúrgico)
Esto se remonta a 2010, cuando a la cadena estadounidense E! se le ocurrió estrenar 'Bridalplasty', un formato que reunía a 12 mujeres en una casa para que se enfrentaran por lograr la boda de sus sueños. Hasta ahí, pues bueno, nada nuevo bajo el sol, pero dicha celebración incluía un requisito indispensable: la cirugía estética.
Cada participante tenía una wishlist de operaciones estéticas y la ganadora de los retos de cada semana (relacionados con la preparación de sus bodas) conseguía una de las intervenciones quirúrgicas de su lista. Shanna Moakler ejercía de maestra de ceremonias de este circo, junto al doctor Terry Dubrow, que se encargaba de echarle mano al bisturí.
El cirujano les daba un repaso a las concursantes, buscándoles todos sus "defectos" que se prestaban a ser carne de operación (por si no venían con suficientes complejos de casa, el programa se encargaba de "encarrilarlas" en la dirección que les interesaba), para dar pie a rinoplastias, liposucciones, bótox, implantes, carillas dentales y demás intervenciones a las que se sometían en el show.

Pese a su carácter mamarracho y pretendidamente desenfadado, la verdad es que el programa era un escaparate de ideas bastante horribles, empezando con que esa "lista de deseos" partía de las exigencias de los maridos de las concursantes, más interesados en cómo sería el físico de sus futuras esposas después de pasar por quirófano que en ellas como personas.
Sin duda, la idea de premiar a las concursantes con operaciones estéticas suena absolutamente demencial, pero a principios de los 2010 no despertó tanta polémica como podría suceder ahora. Hubo algunas críticas pero fueron bastante aisladas, por parte de medios especializados e incluso por la American Society of Plastic Surgeons: "Tenemos prohibido regalar intervenciones (quirúrgicas) como premio de un concurso. Socava totalmente la relación médico-paciente".

Sin embargo, la poca repercusión que tuvo en ese sentido no se debió tanto a que no hubiera elementos criticables, sino más bien a que no la vio ni Cristo: la audiencia fue menguando a lo largo de los 10 episodios que conformaron su primera temporada, hasta acabar con cifras raquíticas en su episodio final.
No es de extrañar que el reality no fuera renovado y, tras concluir a principios de 2011, no volvimos a tener otra ronda de señoras buscando la felicidad en la cirugía para satisfacer ideales de belleza francamente surrealistas. Un grotesco ejemplo para desmentir aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor".
En Espinof | Las 27 mejores series de la historia de Netflix
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La "mejor cirugía" para el día de tu boda. Así es el demencial reality que (para sorpresa de nadie) no pasó de la primera temporada
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Carla Monfort
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