Eurovisión parecía ser un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+, pero ahora tampoco lo es. Creo que solo puede presumir de ser el festival de la hipocresía

Por si fuera poco con el hecho de permitir que siga participando Israel después de ver lo que está ocurriendo en Gaza, el Festival de Eurovisión ha vuelto a generar controversia por prohibir expresamente que se exhiban en el escenario otras banderas o símbolos que no representen la nacionalidad de los participantes. Como, por ejemplo, las banderas LGTBIQ+. Suiza será la sede oficial del festival por primera vez desde 1989 y, a pesar de las críticas que ha recibido por permitir que siga participando Israel, seguirá adelante adoptando medidas para evitar más conflictos. Aunque en realidad han conseguido todo lo contrario. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) espera que su lema "Unidos por la música" ayude a que nos centremos en la música y el espectáculo, pero lo cierto es que es imposible ignorar lo que ocurre tras las cámaras. En Espinof Eurovisión veta una canción por un juego de palabras grosero. En su país se lo han tomado como censura pura hacia su idioma La participación de Israel sigue en pie Es cierto que el Festival de Eurovisión gira en torno a la música, pero no se puede olvidar que la política lo vertebra de muchas maneras distintas y el hecho de que siga participando Israel es un motivo de queja e incomodidad más que razonable. La encargada de representarle este año será Yuval Raphael, superviviente del ataque liderado por Hamas del 7 de octubre de 2023 que acabó con la vida de 1.200 personas, y por mucho que se empeñen en hablar de un festival de música y entretenimiento, el propio Israel también impide que se pueda mirar hacia otro lado, utilizándolo como altavoz para hacer propaganda. Porque no podemos ignorar que Israel es responsable de la muerte de más de 50.000 palestinos (según funcionarios sanitarios locales). Al igual que tampoco se pasó por alto la invasión de Rusia en Ucrania, excluyendo al país presidido por Vladimir Putin en su momento de participar en Eurovisión. Las excusas no sirven Viendo el revuelo que causaba, y que sigue causando, la participación de Israel, la UER defendió que esto se permitía porque el país estaba representado por KAN, su emisora ​​de televisión pública, y no por su gobierno. También, el director del festival Martin Green dijo que el concurso debería promover una conexión a pesar de la agitación política y ser un "espacio momentáneo de alegría y una vía de escape". "Mi esperanza este año es que Eurovisión haga lo que ha hecho durante los últimos 69 años, que es demostrar que la música puede unirnos", contaba Green en unas declaraciones recogidas por Reuters. "Sé que quizá suene un poco cursi, pero ese es el propósito del concurso". Sin embargo, aunque muchos lo considerásemos un espacio seguro, especialmente para la comunidad LGTBIQ+, los movimientos internos y las políticas que se adoptan solo alejan a Eurovisión de ser la idea de festival de la diversidad y la libertad de la que tanto se abandera. Siempre puede ser peor Por si la indignación por el papel de Israel en el festival no fuera suficiente, acaban de adoptarse medidas que obligan a dejar fuera del escenario y la conocida sala verde toda bandera que no sea la que represente a los países que participan. Esto prohíbe el uso de banderas LGBTQ+ para los cantantes, aunque sí que se permitirá que las lleven los fans y los artistas en otros lugares públicos. Sobre esto, el director de la UER dijo que esta restricción se pensó para llegar a cierta claridad y equilibrio. "Eurovisión no necesita ninguna bandera para demostrar que es aliada y una celebración del colectivo LGBTQ+. Solo hay que ver el espectáculo, a la gente que participa y escuchar lo que cantan". No obstante, gran parte de la comunidad cree que es una manera de censurar y que consigue todo lo contrario. Y un paso más en un camino que se sigue retrocediendo y que no hace más que decepcionar a gran parte de los fans. En Espinof | El humor de Andreu Buenafuente funciona en TVE, pero tiene un gran enemigo: Montoya En Espinof | Era muy fan de 'Tu cara me suena' y me sigue entreteniendo, pero hace tiempo que perdió la frescura que lo hacía especial - La noticia Eurovisión parecía ser un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+, pero ahora tampoco lo es. Creo que solo puede presumir de ser el festival de la hipocresía fue publicada originalmente en Espinof por Belén Prieto .

May 12, 2025 - 15:56
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Eurovisión parecía ser un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+, pero ahora tampoco lo es. Creo que solo puede presumir de ser el festival de la hipocresía

Eurovisión parecía ser un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+, pero ahora tampoco lo es. Creo que solo puede presumir de ser el festival de la hipocresía

Por si fuera poco con el hecho de permitir que siga participando Israel después de ver lo que está ocurriendo en Gaza, el Festival de Eurovisión ha vuelto a generar controversia por prohibir expresamente que se exhiban en el escenario otras banderas o símbolos que no representen la nacionalidad de los participantes. Como, por ejemplo, las banderas LGTBIQ+.

Suiza será la sede oficial del festival por primera vez desde 1989 y, a pesar de las críticas que ha recibido por permitir que siga participando Israel, seguirá adelante adoptando medidas para evitar más conflictos. Aunque en realidad han conseguido todo lo contrario.

La Unión Europea de Radiodifusión (UER) espera que su lema "Unidos por la música" ayude a que nos centremos en la música y el espectáculo, pero lo cierto es que es imposible ignorar lo que ocurre tras las cámaras.

La participación de Israel sigue en pie

El público de Eurovisión

Es cierto que el Festival de Eurovisión gira en torno a la música, pero no se puede olvidar que la política lo vertebra de muchas maneras distintas y el hecho de que siga participando Israel es un motivo de queja e incomodidad más que razonable.

La encargada de representarle este año será Yuval Raphael, superviviente del ataque liderado por Hamas del 7 de octubre de 2023 que acabó con la vida de 1.200 personas, y por mucho que se empeñen en hablar de un festival de música y entretenimiento, el propio Israel también impide que se pueda mirar hacia otro lado, utilizándolo como altavoz para hacer propaganda.

Porque no podemos ignorar que Israel es responsable de la muerte de más de 50.000 palestinos (según funcionarios sanitarios locales). Al igual que tampoco se pasó por alto la invasión de Rusia en Ucrania, excluyendo al país presidido por Vladimir Putin en su momento de participar en Eurovisión.

Las excusas no sirven

Nemo, el último ganador del festival

Viendo el revuelo que causaba, y que sigue causando, la participación de Israel, la UER defendió que esto se permitía porque el país estaba representado por KAN, su emisora ​​de televisión pública, y no por su gobierno. También, el director del festival Martin Green dijo que el concurso debería promover una conexión a pesar de la agitación política y ser un "espacio momentáneo de alegría y una vía de escape".

"Mi esperanza este año es que Eurovisión haga lo que ha hecho durante los últimos 69 años, que es demostrar que la música puede unirnos", contaba Green en unas declaraciones recogidas por Reuters. "Sé que quizá suene un poco cursi, pero ese es el propósito del concurso".

Sin embargo, aunque muchos lo considerásemos un espacio seguro, especialmente para la comunidad LGTBIQ+, los movimientos internos y las políticas que se adoptan solo alejan a Eurovisión de ser la idea de festival de la diversidad y la libertad de la que tanto se abandera.

Siempre puede ser peor

Marco Mengoni

Por si la indignación por el papel de Israel en el festival no fuera suficiente, acaban de adoptarse medidas que obligan a dejar fuera del escenario y la conocida sala verde toda bandera que no sea la que represente a los países que participan. Esto prohíbe el uso de banderas LGBTQ+ para los cantantes, aunque sí que se permitirá que las lleven los fans y los artistas en otros lugares públicos.

Sobre esto, el director de la UER dijo que esta restricción se pensó para llegar a cierta claridad y equilibrio. "Eurovisión no necesita ninguna bandera para demostrar que es aliada y una celebración del colectivo LGBTQ+. Solo hay que ver el espectáculo, a la gente que participa y escuchar lo que cantan".

No obstante, gran parte de la comunidad cree que es una manera de censurar y que consigue todo lo contrario. Y un paso más en un camino que se sigue retrocediendo y que no hace más que decepcionar a gran parte de los fans.

En Espinof | El humor de Andreu Buenafuente funciona en TVE, pero tiene un gran enemigo: Montoya

En Espinof | Era muy fan de 'Tu cara me suena' y me sigue entreteniendo, pero hace tiempo que perdió la frescura que lo hacía especial

-
La noticia Eurovisión parecía ser un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+, pero ahora tampoco lo es. Creo que solo puede presumir de ser el festival de la hipocresía fue publicada originalmente en Espinof por Belén Prieto .