El Papa que no existió

«Hijos míos, antes de ceñirme la tiara, viví —como pocos han vivido— la humillación de ser excluido, ignorado, malinterpretado por los doctos que presumen de sabiduría, pero carecen de discernimiento espiritual. Mas el Altísimo quiso que yo, sacerdote proscrito por la jerarquía anglicana y despreciado por la romana, fuese llevado hasta el mismísimo corazón del misterio: el cónclave. ¡Qué espectáculo, ese teatro sagrado donde las almas se venden con votos y las verdades se enmascaran con incienso! Los cardenales, hombres venerables en apariencia, no eran sino piezas de un ajedrez mundano, temerosos del cambio, aferrados a su cómoda mediocridad. Y, sin embargo, en medio de sus intrigas y cálculos diplomáticos, la Providencia habló. No con estruendo, sino con silenciosa insistencia.... Ver Más

May 8, 2025 - 13:44
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El Papa que no existió
«Hijos míos, antes de ceñirme la tiara, viví —como pocos han vivido— la humillación de ser excluido, ignorado, malinterpretado por los doctos que presumen de sabiduría, pero carecen de discernimiento espiritual. Mas el Altísimo quiso que yo, sacerdote proscrito por la jerarquía anglicana y despreciado por la romana, fuese llevado hasta el mismísimo corazón del misterio: el cónclave. ¡Qué espectáculo, ese teatro sagrado donde las almas se venden con votos y las verdades se enmascaran con incienso! Los cardenales, hombres venerables en apariencia, no eran sino piezas de un ajedrez mundano, temerosos del cambio, aferrados a su cómoda mediocridad. Y, sin embargo, en medio de sus intrigas y cálculos diplomáticos, la Providencia habló. No con estruendo, sino con silenciosa insistencia.... Ver Más