Comprender la política desde la ficción
Este ensayo indaga en lo político desde su articulación en la ficción. A través de la obra de autores como Kundera, Sciascia, Rushdie, David F. Wallace y otros, el autor demuestra que la ficción narrativa sirve para iluminar y profundizar en la realidad que nos rodea. En este making of José María Herrera explica los... Leer más La entrada Comprender la política desde la ficción aparece primero en Zenda.

Este ensayo indaga en lo político desde su articulación en la ficción. A través de la obra de autores como Kundera, Sciascia, Rushdie, David F. Wallace y otros, el autor demuestra que la ficción narrativa sirve para iluminar y profundizar en la realidad que nos rodea.
En este making of José María Herrera explica los motivos que le llevaron a escribir La musa política (Bokeh).
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Si hay una situación cotidiana en la que hasta las personas más lúcidas e inteligentes no pueden evitar volverse un poco estúpidas, y a veces totalmente estúpidas, es cuando se discute de política. Yo sé, lector, que usted también lo había notado, claro que sí, pero no, no me refiero a ellos, los que piensan de otra manera a como pensamos nosotros, me refiero también a nosotros, los que estamos en posesión de la verdad. Y es que la política, cualquiera sabe el motivo, tiene la capacidad de activar la parte más obtusa de nuestro cerebro, a menudo suficientemente obtuso de suyo.
¿Cómo hablar entonces lúcidamente de política? No se puede. La única alternativa, y esto con sumo peligro, porque hacerlo le ha costado ya a algún autor un ojo de la cara, es la ficción. La ficción permite tomar distancia de la realidad, alejarse de los lugares comunes de la discusión y crear mundos que no son reales, pero que se asemejan lo bastante a la realidad como para que sus personajes, que tampoco son reales, sufran y, por lo tanto comprendan las consecuencias de sus acciones igual que nosotros. Gracias a todo eso, la forma quizá más perfecta de la ficción, la novela, fue desde su origen un espejo en el que mirarse y, también, aunque oblicuamente, una maestra de vida.
Creer que la novela, y me refiero particularmente a sus versiones egregias, es una forma de conocimiento que, a diferencia de la religiones, las ideologías omniscientes o la ciencia, se vuelca en la vida humana para comprenderla aceptando su cambiante realidad y la imposibilidad, pues, de alcanzar verdades definitivas que la expliquen, fue el primer paso en el camino que me llevó a escribir los ensayos que forman La musa política.
Los diez que lo componen giran en torno a cierto problema político concreto que, una vez elevado al nivel de la ficción, sublimada por así decir la circunstancia que lo produjo, puede ser considerado arquetípico: la memoria histórica, el humor como herramienta crítica, el totalitarismo, la mafia y la degradación de las instituciones, la cuestión judía, el fanatismo, el estatuto de los animales, la traición política, el aburrimiento y la diversión en la sociedad del espectáculo y, por último, el problema ecológico. Mi propósito, el propósito del libro, era enfocar dichos problemas renunciando a los usos habituales, esos que convierten a un presidente en hater y a un hater en presidente, y tomar como referencia la obra, por definición más compleja, de varios prestigiosos novelistas contemporáneos que han mostrado un interés singular por comprenderlos: Bassani, Kundera, Kadaré, Sciascia, Philip Roth, Rushdie, Coetzee, Esterhazy, David F. Wallace y Richard Powers.
La nómina de asuntos y autores que elegí podría haberse ampliado con otros nombres. De hecho, durante la elaboración del trabajo —un trabajo irregular, mil veces interrumpido, hecho a lo largo de varios años, y un poco al siempre venturoso azar de la lectura— pensé en incluir también capítulos dedicados a Gaddis y la cultura de masas, Burgess y el problema del mal, Vonnegut y el libre albedrío, Martin Amis y la revolución sexual, Morrison y el racismo, Oates y la violencia… pero como en ningún momento aspiré a agotar las posibilidades del proyecto, sino sólo pensar en ciertos temas políticos con los autores que en cada momento más me atrajeron, decidí darlo por concluido en el estado actual y dejar a otros la oportunidad de continuarlo.
Quizás a alguien le extrañe no encontrar en la lista que acabo de dar autores españoles o que escriban en español. La razón es que no he encontrado a ninguno que aborde en sus novelas con la profundidad de los anteriores las cuestiones políticas que me interesaban, bien porque la aproximación a esos temas haya sido circunstancial, de una sola obra, por ejemplo; bien porque los problemas que se abordan sólo tengan importancia a nivel patrio, cosa que quise evitar desde el principio.
Versiones ya muy depuradas de algunos de estos textos fueron publicadas en Cuadernos Hispanoamericanos siendo director Juan Malpartida, a quien tengo que agradecer la amistosa confianza que manifestó siempre en mi proyecto, y en Frontera D, cuyo director, Alfonso Armada, no ha cejado en ningún momento de apoyar el plan general de la obra, pues La musa política, ahora publicada en español por la editorial norteamericana Bokeh, forma parte de una trilogía a la que pertenecen La tumba de Dios (y otras tumbas vacías), publicado en 2022 por la editorial Turner, y un libro ya terminado y a la espera de editor titulado El museo de la amargura. Se trata de tres ensayos complementarios en los que he tratado de describir desde la ficción (los mitos en los que hemos dejado de creer, la novela como forma de conocimiento y la pintura narrativa del siglo XX, desde Kokoschka a Paula Rego) la situación espiritual en que nos encontramos. Hay un hilo conductor en todo ello que quizá algún día será posible ver.
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Autor: José María Herrera. Título: La musa política. Editorial: Bokeh. Venta: Todostuslibros.
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