"Un anuncio absurdo y sin sentido". La industria reacciona a los aranceles de Donald Trump para el cine y avisa de un serio impedimento legal
A este paso, y no hemos alcanzado aún el ecuador del año, "arancel" tiene todas las papeletas para terminar convertida en la palabra estrella de 2025. La culpa, por supuesto, la tiene un Donald Trump que, tras demostrar que su incremento tributario drástico sobre economías como la china —a priori, la más perjudicada— no era más que un farol que se ha ido suavizando progresivamente, se ha sacado un nuevo disparate de la manga para hacer América, o más bien Hollywood, grande de nuevo. La propuesta no ha sido otra que imponer aranceles del 100% a cualquier obra cinematográfica —y potencialmente televisiva— producida fuera del territorio estadounidense para, según explicó en su red social Truth Social, salvar a la Meca del cine de la devastación provocada por los incentivos que ofrecen otros países para atraer a cineastas y estudios fuera de las fronteras del país de las barras y estrellas y, en última instancia, confrontar una "amenaza de seguridad nacional". Debacle sin fundamentos legales La imagen generada con IA con la que la Casa Blanca celebró el día de 'Star Wars'. Por supuesto, toda acción tiene una reacción, y la ocurrencia del actor de 'Solo en casa 2' tuvo su primer impacto en Wall Street. En la apertura de la jornada de ayer, las acciones de Lionsgate Studios llegaron a caer un 7%, mientras que las de Netflix, Disney, Warner Bros Discovery y Paramount lo hicieron en un 3,3%, un 2,4%, un 5,2% y un 2,2% respectivamente; cifras que mejoraron en mayor o menor medida de cara a un cierre en el que la Casa del Ratón fue la más beneficiada con pérdidas de tan sólo el 0,4%. Después del caos inicial generado por una reacción tan inesperada como disparatada, llega el momento de pensar con frialdad en la viabilidad de una maniobra que, sobre el papel y tal como apunta Schuvler Moore en Forbes, viola los tratados de la Organización Mundial del Comercio, que estipula una moratoria en los aranceles de transmisiones digitales renovada durante 27 años. Con los largometrajes entregados en archivos DCP y no en películas físicas —salvo contadas excepciones—, el gravamen cae por su propio peso. En Espinof "Hollywood quiere recuperar su edad de oro". Cómo los aranceles de Donald Trump pueden afectar a la industria cinematográfica mundial Dejando a un lado la inviabilidad legal del asunto, la ausencia ya no sólo de concisión en las palabras de Trump, sino de un plan que vaya más allá del exabrupto tuitero de turno ha generado desconcierto, estupefacción y preocupación —hasta cierto punto— a partes iguales entre miembros del gremio cinematográfico internacional. No obstante, lo más sorprendente ha sido la reacción —vía Deadline— del Gobernador de California Gavin Newsom, que subraya la falta de poder del presidente para ejecutar su idea. “Creemos que no tiene autoridad para imponer aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), ya que los aranceles no están listados como una medida contemplada por esa ley”. La opinión de la industria internacional Por su parte, Variety ha recopilado un buen puñado de opiniones, en buena parte anónimas, de insiders que auguran la devastación de la industria en caso de que estos aranceles lleguen a aplicarse de algún modo. Entre ellas destacan las de un productor con sede en Londres que pone en evidencia la nula preparación del proyecto de decreto, que deja más dudas que respuestas. “Si esto llega hasta el final, devastará la industria. Pero no se puede parar la producción así como así. ¿Cuándo entra en vigor? ¿Qué pasa con las películas en preproducción, en rodaje o en posproducción? ¿Se duplicarían sus costes? Nada de esto se ha pensado bien. Así que creo que la respuesta sensata es: veamos qué significa esto, esperemos a leer la letra pequeña”. En la misma línea, otro productor del Reino Unido ha subrayado el "absurdo" de todo el asunto. “Esto no tiene ningún sentido. Implica que una película estadounidense debe rodarse en EE.UU. Pero las películas de ‘Harry Potter’, ‘El señor de los anillos’, ‘La lista de Schindler’, ‘Misión Imposible’, ‘Gladiator’, ‘Avatar’ y muchas más son películas estadounidenses que se rodaron en el extranjero por razones obvias. ¿Se supone que esas películas deben rodarse en EE.UU. a partir de ahora? Es un anuncio absurdo, sin sentido ni comprensión del relato ni de los impulsos creativos”. En Francia, Gaeten Bruel, presidente del Centro Nacional de Cine, advierte que "Todos saldrán perdiendo, empezando por la propia industria estadounidense"; un directivo de un importante festival del país —hagamos las cuentas, porque no hay tantos— hace hincapié en que "las películas son servicios sobre los que no se pueden imponer aranceles", idea que refuerza del siguiente modo un productor de grandes superproducciones: “No vendemos productos, vendemos un servicio

A este paso, y no hemos alcanzado aún el ecuador del año, "arancel" tiene todas las papeletas para terminar convertida en la palabra estrella de 2025. La culpa, por supuesto, la tiene un Donald Trump que, tras demostrar que su incremento tributario drástico sobre economías como la china —a priori, la más perjudicada— no era más que un farol que se ha ido suavizando progresivamente, se ha sacado un nuevo disparate de la manga para hacer América, o más bien Hollywood, grande de nuevo.
La propuesta no ha sido otra que imponer aranceles del 100% a cualquier obra cinematográfica —y potencialmente televisiva— producida fuera del territorio estadounidense para, según explicó en su red social Truth Social, salvar a la Meca del cine de la devastación provocada por los incentivos que ofrecen otros países para atraer a cineastas y estudios fuera de las fronteras del país de las barras y estrellas y, en última instancia, confrontar una "amenaza de seguridad nacional".
Debacle sin fundamentos legales

Por supuesto, toda acción tiene una reacción, y la ocurrencia del actor de 'Solo en casa 2' tuvo su primer impacto en Wall Street. En la apertura de la jornada de ayer, las acciones de Lionsgate Studios llegaron a caer un 7%, mientras que las de Netflix, Disney, Warner Bros Discovery y Paramount lo hicieron en un 3,3%, un 2,4%, un 5,2% y un 2,2% respectivamente; cifras que mejoraron en mayor o menor medida de cara a un cierre en el que la Casa del Ratón fue la más beneficiada con pérdidas de tan sólo el 0,4%.
Después del caos inicial generado por una reacción tan inesperada como disparatada, llega el momento de pensar con frialdad en la viabilidad de una maniobra que, sobre el papel y tal como apunta Schuvler Moore en Forbes, viola los tratados de la Organización Mundial del Comercio, que estipula una moratoria en los aranceles de transmisiones digitales renovada durante 27 años. Con los largometrajes entregados en archivos DCP y no en películas físicas —salvo contadas excepciones—, el gravamen cae por su propio peso.
Dejando a un lado la inviabilidad legal del asunto, la ausencia ya no sólo de concisión en las palabras de Trump, sino de un plan que vaya más allá del exabrupto tuitero de turno ha generado desconcierto, estupefacción y preocupación —hasta cierto punto— a partes iguales entre miembros del gremio cinematográfico internacional. No obstante, lo más sorprendente ha sido la reacción —vía Deadline— del Gobernador de California Gavin Newsom, que subraya la falta de poder del presidente para ejecutar su idea.
“Creemos que no tiene autoridad para imponer aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), ya que los aranceles no están listados como una medida contemplada por esa ley”.
La opinión de la industria internacional

Por su parte, Variety ha recopilado un buen puñado de opiniones, en buena parte anónimas, de insiders que auguran la devastación de la industria en caso de que estos aranceles lleguen a aplicarse de algún modo. Entre ellas destacan las de un productor con sede en Londres que pone en evidencia la nula preparación del proyecto de decreto, que deja más dudas que respuestas.
“Si esto llega hasta el final, devastará la industria. Pero no se puede parar la producción así como así. ¿Cuándo entra en vigor? ¿Qué pasa con las películas en preproducción, en rodaje o en posproducción? ¿Se duplicarían sus costes? Nada de esto se ha pensado bien. Así que creo que la respuesta sensata es: veamos qué significa esto, esperemos a leer la letra pequeña”.
En la misma línea, otro productor del Reino Unido ha subrayado el "absurdo" de todo el asunto.
“Esto no tiene ningún sentido. Implica que una película estadounidense debe rodarse en EE.UU. Pero las películas de ‘Harry Potter’, ‘El señor de los anillos’, ‘La lista de Schindler’, ‘Misión Imposible’, ‘Gladiator’, ‘Avatar’ y muchas más son películas estadounidenses que se rodaron en el extranjero por razones obvias. ¿Se supone que esas películas deben rodarse en EE.UU. a partir de ahora? Es un anuncio absurdo, sin sentido ni comprensión del relato ni de los impulsos creativos”.
En Francia, Gaeten Bruel, presidente del Centro Nacional de Cine, advierte que "Todos saldrán perdiendo, empezando por la propia industria estadounidense"; un directivo de un importante festival del país —hagamos las cuentas, porque no hay tantos— hace hincapié en que "las películas son servicios sobre los que no se pueden imponer aranceles", idea que refuerza del siguiente modo un productor de grandes superproducciones:
“No vendemos productos, vendemos un servicio, así que no veo cómo podría ser gravable... Es difícil saber de qué estamos hablando en este punto, a qué se refiere. Todavía es muy vago, y con Trump las cosas pueden cambiar cada día”.
Manuela Cacciamani, CEO de los míticos estudios italianos de Cinecittà, parece más diplomática al abogar por los intercambios culturales recíprocos para, después, sacar pecho, barrer para casa y, en cierto modo, sacar los colores a Estados Unidos.
“Estamos convencidos de que, especialmente en la industria cultural —y el sector audiovisual está a la vanguardia—, los intercambios entre países deben ser lo más recíprocos y circulares posible.
Sabemos cuánto se benefician las producciones estadounidenses de nuestros incentivos fiscales, y sobre todo de ese ecosistema de belleza, localizaciones, clima, cultura, estilo, conocimiento, por el cual siempre han elegido Italia buscando una calidad que no se puede encontrar en otro sitio”.
Desde España, un agente de ventas con sede en Madrid aboga por la calma al asegurar que “deberíamos esperar a ver si es cierto que se están aplicando estos aranceles, cuándo se aplican y cómo se aplican" y dibuja un escenario en el que Europa quedaría reforzada después de que EE.UU. se pegue un tiro en el pie.
“Las compañías estadounidenses podrían ser las grandes perdedoras en esta guerra comercial, ya que las ventas de películas americanas en Europa representan un porcentaje elevado. Los distribuidores europeos podrían aumentar su cuota de películas europeas y la producción y explotación de contenido local”.
Para terminar, Hans Fraikin, asesor global de medios en Dubai, ha teorizado sobre un ángulo que, personalmente, no se me había ocurrido, al poner sobre la mesa que "al final, todo esto sólo va a empujar a los estudios a hacer un uso mucho más intensivo de la inteligencia artificial". Y es que, si te va a costar una fortuna desplazarte al extranjero, un prompt que genere escenarios que integrar en el volumen o que componer sobre una pantalla verde puede salvar los muebles... y poner aún más patas arriba la industria y las suficientemente duras condiciones laborales que la marcan.
Sea como fuere, viendo los precedentes, no sería de extrañar que Donald Trump diese marcha atrás, maquillase su último delirio de grandeza legislativa, y que todo termine quedando en algún pequeño ajuste en los incentivos fiscales a las producciones en suelo estadounidense. Por el momento, sólo queda esperar.
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La noticia
"Un anuncio absurdo y sin sentido". La industria reacciona a los aranceles de Donald Trump para el cine y avisa de un serio impedimento legal
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Víctor López G.
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