La razón por la que los geranios siguen presentes en tantos balcones y nunca pasan de moda

Es curioso cómo algunas plantas se niegan a quedar relegadas al álbum de la nostalgia. Los geranios, por ejemplo, han sobrevivido a modas minimalistas, revoluciones de interior y hasta al auge de la monstera en Instagram. Mientras otros decoran sus hogares con ficus retorcidos o costillas de Adán XXL, ellos siguen ahí, inalterables, floreciendo con dignidad en balcones y patios como si los likes no importaran. No se trata de una tendencia pasajera ni de un revival impostado. El geranio nunca se fue del todo. Quizás es porque hay algo reconfortante en su presencia: ese estallido de color sencillo, su aroma inconfundible, la forma en que se aferra a las barandillas como si le fuera la vida en ello. Lo cierto es que su resistencia, tanto al paso del tiempo como al calor más implacable, lo ha convertido en una especie de clásico imperecedero. Al final, siempre hay un momento en la vida en el que uno compra geranios para su balcón.  No es coincidencia que los patios andaluces, probablemente el escaparate floral más icónico del sur, sigan rindiéndole homenaje cada primavera. El geranio no solo decora, también estructura el espacio, crea identidad. En Directo al Paladar Así puedes cultivar un árbol frutal en maceta: cabe en cualquier terraza. Y, sí, puede dar fruta fresca Allí donde florece, hay cierta sensación de permanencia, de arraigo. Pero incluso fuera de Andalucía, en cualquier rincón urbano donde haya un poco de sol, los geranios siguen encontrando su lugar. Una flor resistente Más allá de su estética tradicional, lo que convierte a esta planta en una aliada valiosa para quienes no tienen demasiadas horas de jardinería en su agenda es su resiliencia. Tolera el sol directo, agradece la luz abundante y no se ofende por algún descuido puntual. Eso sí, prefiere los riegos regulares por la mañana y al atardecer, y detesta que el agua se acumule en sus raíces. El secreto está en observar sin obsesionarse.  Su mantenimiento no requiere experiencia, pero sí ciertos principios básicos: drenaje eficiente, macetas con el tamaño adecuado (unos 18 cm de profundidad), y algo de espacio entre ejemplares para que puedan desarrollarse sin competir entre sí. Si el recipiente está bien preparado, la mitad del trabajo está hecho. La otra mitad es atender a sus señales: hojas amarillas, manchas marrones, o alguna oxidación son avisos de que algo no va bien. También en el cultivo de estas plantas influye el tipo de abono. A los geranios les sientan bien los fertilizantes de liberación lenta y, en verano, agradecerán algún refuerzo líquido que potencie su floración. No es cuestión de saturarlos, sino de acompañarlos en su crecimiento. Lo que dan a cambio —flores abundantes durante meses— lo compensa con creces. Otro punto a favor es su versatilidad. Aunque solemos verlos al aire libre, los geranios también funcionan en interiores bien iluminados. Colocados cerca de una ventana o en un centro de mesa con buena exposición solar, aportan un toque de frescura sin pretensiones. Cambiar el tiesto por uno de barro esmaltado o cerámica artesanal eleva su presencia sin perder su esencia. Así, sin hacer ruido ni reclamar protagonismo, el geranio ha sabido consolidarse como un clásico de la decoración botánica. No por nostalgia ni por moda, sino porque sigue cumpliendo con su misión estética y vital sin dar problemas. En tiempos donde lo natural es tendencia, pocas cosas lo son más —de verdad— que una maceta llena de geranios floreciendo sin pedir permiso. Foto | Magda Ehlers y Barnabas Davoti En DAP | Esta es la única manera para hacer florecer tus rosales en casa: lo dicen los expertos En DAP | Por qué deberías guardar los neumáticos de tu coche cuando los cambies: son ideales como maceta - La noticia La razón por la que los geranios siguen presentes en tantos balcones y nunca pasan de moda fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

Apr 18, 2025 - 12:33
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La razón por la que los geranios siguen presentes en tantos balcones y nunca pasan de moda

La razón por la que los geranios siguen presentes en tantos balcones y nunca pasan de moda

Es curioso cómo algunas plantas se niegan a quedar relegadas al álbum de la nostalgia. Los geranios, por ejemplo, han sobrevivido a modas minimalistas, revoluciones de interior y hasta al auge de la monstera en Instagram. Mientras otros decoran sus hogares con ficus retorcidos o costillas de Adán XXL, ellos siguen ahí, inalterables, floreciendo con dignidad en balcones y patios como si los likes no importaran.

No se trata de una tendencia pasajera ni de un revival impostado. El geranio nunca se fue del todo. Quizás es porque hay algo reconfortante en su presencia: ese estallido de color sencillo, su aroma inconfundible, la forma en que se aferra a las barandillas como si le fuera la vida en ello.

Lo cierto es que su resistencia, tanto al paso del tiempo como al calor más implacable, lo ha convertido en una especie de clásico imperecedero. Al final, siempre hay un momento en la vida en el que uno compra geranios para su balcón.  No es coincidencia que los patios andaluces, probablemente el escaparate floral más icónico del sur, sigan rindiéndole homenaje cada primavera. El geranio no solo decora, también estructura el espacio, crea identidad.

Allí donde florece, hay cierta sensación de permanencia, de arraigo. Pero incluso fuera de Andalucía, en cualquier rincón urbano donde haya un poco de sol, los geranios siguen encontrando su lugar.

Una flor resistente

Más allá de su estética tradicional, lo que convierte a esta planta en una aliada valiosa para quienes no tienen demasiadas horas de jardinería en su agenda es su resiliencia. Tolera el sol directo, agradece la luz abundante y no se ofende por algún descuido puntual. Eso sí, prefiere los riegos regulares por la mañana y al atardecer, y detesta que el agua se acumule en sus raíces.

El secreto está en observar sin obsesionarse.  Su mantenimiento no requiere experiencia, pero sí ciertos principios básicos: drenaje eficiente, macetas con el tamaño adecuado (unos 18 cm de profundidad), y algo de espacio entre ejemplares para que puedan desarrollarse sin competir entre sí.

Si el recipiente está bien preparado, la mitad del trabajo está hecho. La otra mitad es atender a sus señales: hojas amarillas, manchas marrones, o alguna oxidación son avisos de que algo no va bien.

También en el cultivo de estas plantas influye el tipo de abono. A los geranios les sientan bien los fertilizantes de liberación lenta y, en verano, agradecerán algún refuerzo líquido que potencie su floración. No es cuestión de saturarlos, sino de acompañarlos en su crecimiento. Lo que dan a cambio —flores abundantes durante meses— lo compensa con creces.

Pexels Barnabas Davoti 31615494 28023561

Otro punto a favor es su versatilidad. Aunque solemos verlos al aire libre, los geranios también funcionan en interiores bien iluminados. Colocados cerca de una ventana o en un centro de mesa con buena exposición solar, aportan un toque de frescura sin pretensiones. Cambiar el tiesto por uno de barro esmaltado o cerámica artesanal eleva su presencia sin perder su esencia.

Así, sin hacer ruido ni reclamar protagonismo, el geranio ha sabido consolidarse como un clásico de la decoración botánica. No por nostalgia ni por moda, sino porque sigue cumpliendo con su misión estética y vital sin dar problemas. En tiempos donde lo natural es tendencia, pocas cosas lo son más —de verdad— que una maceta llena de geranios floreciendo sin pedir permiso.

Foto | Magda Ehlers y Barnabas Davoti

En DAP | Esta es la única manera para hacer florecer tus rosales en casa: lo dicen los expertos

En DAP | Por qué deberías guardar los neumáticos de tu coche cuando los cambies: son ideales como maceta

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La noticia La razón por la que los geranios siguen presentes en tantos balcones y nunca pasan de moda fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .